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En Coalición por el Evangelio estamos felices de poder regalarte para descarga gratuita Cinco verdades que cambian vidas: Redescubriendo el mensaje de la Reforma para nuestro días, un ebook ideal para leer en este mes de la Reforma Protestante.

A continuación tienes la introducción de este recurso, que oramos pueda ser de edificación para ti y te invitamos a compartir con otras personas.


¿En qué piensas cuando escuchas las palabras «Reforma protestante»?

Puede que pienses en la historia de la iglesia o en teólogos idolatrados por gente —a veces presumida o muy intelectual— que devora libros sobre doctrina. Tal vez piensas en debates aburridos o simples expresiones dogmáticas sin mucha aplicación práctica para nuestras vidas.

No pretendo juzgarte si piensas así. Hubo un tiempo en el que pensé lo mismo. Sin embargo, ¡nada puede estar más lejos de la realidad!

Sí, la Reforma fue un movimiento histórico. Pero no fue cualquier movimiento: puede que sea el avivamiento o la exaltación del evangelio más importante en la historia desde los días de los apóstoles, cuyo impacto todavía permanece.

Sí, hubo teólogos que hoy son idolatrados por algunos. Pero esos teólogos no tienen la culpa de eso. Estos hombres falibles, como Lutero y Calvino, fueron instrumentos que buscaron dirigir nuestra mirada a Dios y no a ellos mismos.

La Reforma tiene implicaciones prácticas porque la Palabra de Dios tiene aplicación a la vida diaria

Sí, también hubo debates muy prolongados, que incluso continúan hasta el día de hoy, donde se discutían dogmas que podrían sonar abstractos. Pero en realidad la Reforma tiene implicaciones prácticas porque la Palabra de Dios tiene aplicación a la vida diaria. Todos tenemos ideas y creemos dogmas sobre Dios, estemos conscientes de ellos o no, y la Reforma vino a ser la búsqueda de que la Biblia sea el instrumento que moldee e informe nuestra visión de Él.

Lo que buscó la Reforma

La Reforma se inició en 1517, cuando el papa León X autorizó reducciones en el castigo por los pecados a quienes dieran dinero para la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma. La forma en que se vendían y promocionaban estas reducciones, conocidas como indulgencias, resultó escandalosa para un monje llamado Martín Lutero, que vivía en Wittenberg, Alemania. «Tan pronto caiga la moneda a la cajuela, el alma del difunto al cielo vuela», exclamaba en público John Tetzel, encargado de la venta de indulgencias en varias regiones de Alemania.

Lutero escribió noventa y cinco tesis para responder a esta venta de indulgencias y las publicó el 31 de octubre de 1517. Él argumentó que el arrepentimiento requerido por Dios para el perdón de los pecados involucra una actitud interna en la persona y no consistía solo en un acto exterior (como realizar un pago a la Iglesia). Él solo quería promover un debate saludable por el bien de la Iglesia. Pero lo que se desencadenó por la gracia de Dios no solo llegó a revelar la falsedad del sistema de indulgencias, sino también de toda la estructura religiosa y gran parte de la doctrina de la cristiandad que primaba en ese momento.

En una época en que la tradición y los dogmas de la Iglesia católica había oscurecido y distorsionado la enseñanza de la Escritura, la Reforma buscó levantar la Biblia para aprender lo que Dios nos revela, con su centro en el evangelio de la gracia de Dios, y responder en adoración genuina a Él. De hecho, la mayoría de los evangélicos hoy no imaginan que, sin la Reforma, no solo el verdadero evangelio tal vez no hubiese llegado a nosotros, sino que incluso no habría Biblias en nuestro idioma y quizás hasta fuésemos analfabetos. Así de importante es la Reforma.

Cinco verdades cruciales

En este recurso de Coalición por el Evangelio, queremos mostrar la relevancia diaria de las doctrinas más importantes que la Reforma rescató del olvido y las muchas capas de supersticiones, ritos, y dogmas humanos que con el correr de los siglos fueron arrojados por encima del mensaje de la Biblia.

Cada capítulo a continuación busca abordar una de las cinco solas de la Reforma. Son frases en latín que surgieron durante la Reforma para resumir las verdades bíblicas más centrales que este movimiento promovió y predicó en contraste con la doctrina y práctica de la Iglesia católica romana.

Todavía hay necesidad de unirnos a los reformadores en la proclamación de las cinco solas

Las cinco solas son las siguientes:

  • Sola Scriptura: La Escritura sola, sin necesidad de añadir algo más (como la tradición, los concilios y las palabras de teólogos), es nuestra única autoridad final para asuntos de fe y práctica. Esto no significa que la tradición y las palabras de los hombres no tienen algún valor, sino que la Palabra de Dios está por encima como máxima autoridad.
  • Sola Fide: La fe sola, sin necesidad de añadir algo más que pretenda aportar a nuestra salvación (como obras o rituales) es el único medio por el cual recibimos la justificación en Cristo, es decir, somos declarados justos ante Dios y así somos reconciliados con Él. Esta fe siempre viene acompañada de obras, pues el evangelio cambia nuestras vidas, pero estas obras no son necesarias para nuestra justificación, pues somos justificados solo por la obra de Cristo a nuestro favor.
  • Sola Gratia: La gracia sola, sin necesidad de que se requieran méritos, es la razón por la que somos salvos. La salvación es un regalo totalmente inmerecido. No podemos ni siquiera pretender ganar méritos ante Dios por nuestra fe y obediencia que nos hagan dignos de salvación.
  • Solus Christus: Solo Cristo, sin necesidad de otros mediadores, es el único autor de nuestra salvación. Él es la cabeza de la iglesia y no el papa o cualquier otra criatura o persona. Él pagó completamente el precio de nuestra redención. Él es nuestro único Salvador y Señor, digno de toda nuestra adoración.
  • Soli Deo Gloria: La gloria sea solo a Dios, pues todas las cosas (incluyendo nuestras vidas y redención) son de Él, por Él y para Él.

Mientras haya personas perdidas en sus pecados y existan congregaciones afirmando un falso evangelio y negando la autoridad final de las Escrituras, todavía hay necesidad de unirnos a los reformadores en la proclamación de estas solas.

Nuestra oración es que este recurso te anime a que, cuando escuches las palabras «Reforma protestante», pienses primero que nada en la belleza de la salvación que tenemos en el Señor, quien nos ama sin medida, y seas alentado a compartir el evangelio con otros y adorar más a Dios. Esto es lo que querían los reformadores y es lo que somos llamados a buscar hoy.

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