La iglesia tiene un problema con su imagen pública en el Occidente moderno. Con el auge de los medios digitales y el aumento de la tecnofilia, la imagen que a menudo presentamos al mundo no es la de Cristo, sino la de nosotros mismos. Creamos minicelebridades en el nombre de Jesús, pidiendo que el mundo las siga. A veces puede volverse insignificante que Jesús sea realmente glorificado o no.
Enfocarnos en celebridades tiene efectos devastadores en las congregaciones, los miembros de la iglesia y los líderes. En algunas iglesias norteamericanas, los feligreses han caído en cultos erigidos sobre una personalidad que promueve su gloria bajo el ardid de la proclamación del evangelio.
Si la iglesia ha de reclamar su poder como testigo contracultural de Cristo, debemos evaluar los efectos de este tipo de idolatría. Debemos aprender a reconocer el culto a una personalidad, ya sea grande o pequeño.
Si la iglesia ha de reclamar su poder como testigo contracultural de Cristo, debemos evaluar los efectos del tipo de idolatría que es el culto a una personalidad
Los efectos del culto a una personalidad
- Si una personalidad es más grande que Jesús, también lo es el mensaje de esa persona. A medida que las personas ascienden y ganan influencia, se convierten en árbitros indiscutibles de la verdad, hasta el punto de que pueden desafiar un mandato de Jesús.
- Cuando esto ocurre, se pierde la voz profética de la iglesia. La personalidad, en lugar de la Palabra profética de Dios, se convierte en la voz de autoridad. El poder y la verdad de las Escrituras se intercambian por palabras humanas. Cuando la iglesia eleva las palabras de un líder carismático, las palabras de Cristo disminuyen.
- La fe de la iglesia ya no se basa en Cristo, sino en una personalidad. En lugar de confiar en lo que Cristo ha dicho a través de su Palabra, las personas confían en lo que dice la personalidad. La fe de la iglesia se encuentra ahora en una posición peligrosa, ya que se ha separado de Cristo.
- Si la fe de la iglesia aún no ha sido separada de Cristo, es anémica a un punto peligroso. El factor sustentador de la iglesia ahora es la personalidad del líder. La iglesia no crecerá a la plenitud del cuerpo de Cristo, sino que será una imitación barata de la celebridad que dirige a la iglesia. Si Jesús no es apreciado por encima de todo en la iglesia, comienza a ponerte tu atuendo fúnebre.
- En los cultos más idólatras a la persona, la iglesia comienza a proclamar a la personalidad, no a Jesús. Esto es blasfemia.
Muchos de estos efectos pueden ocurrir en iglesias que parecen saludables y exitosas en la superficie. Puede suceder aun en iglesias que afirman el cristianismo histórico y ortodoxo. Por lo tanto, como cristianos sabios, debemos aprender formas de identificar cuándo se están formando cultos a una personalidad.
Cómo detectar un culto a la persona
- Autopromoción descarada: este es quizás el signo más revelador de un culto a la personalidad y suele ser el más fácil de detectar. Mira las redes sociales o la página web de la personalidad o la iglesia. ¿Está llena de fotos de la personalidad en el escenario y frente a grandes multitudes? Los cultos a la personalidad fuerzan tu atención a una sola persona y Él no es de Nazaret. Los cultos a la personalidad te ofrecen muchas oportunidades para convertirte en suscriptor, seguidor o cliente. Con frecuencia, esto no es evangelización o discipulado, sino publicidad.
- Los números son lo más importante: el número de seguidores o la cantidad de dinero recaudado es un asunto de atención regular y justifica el trabajo de la personalidad. Puede que te sientas tentado a pensar: tanta gente no puede estar equivocada.
- Un rastro de disidentes: si los que plantean preguntas o inquietudes son silenciados o marginados, es posible que se trate de un culto a la personalidad. Los cultos a la personalidad se concentran en torno a una sola persona. Cualquiera que no asienta —que desafíe, esté en desacuerdo o disienta— por lo general es expulsado.
Algunas preguntas de diagnóstico
- ¿Es la personalidad humilde, accesible y servicial? ¿Está la celebridad solo frente a las personas pero nunca al lado de ellas?
- ¿Las redes sociales te animan a seguir a Jesús o a la personalidad?
- ¿Ves fotos sinceras de la personalidad o solo imágenes de éxito?
- ¿La personalidad comparte el liderazgo con los demás?
- ¿Te parece que al seguir a esta personalidad estás comprando un producto que te convierte en una persona del círculo interno?
- ¿Muestra la celebridad alguna responsabilidad?
- Si la celebridad abandona la fe, ¿te sentirías obligado a hacer lo mismo?
Solo hay una persona digna de tanta fama y atención: Jesús. Cuando construimos nuestras iglesias alrededor de cualquier personalidad aparte de Jesús, le robamos la adoración que solo Él se merece. En Él no vemos a alguien pidiendo atención, fama e influencia. Vemos a un Salvador humilde, dispuesto a convertirse en nada para poder ser nuestro todo.
