×

Muchos pastores pueden relacionarse con la siguiente experiencia (basada libremente en mi vida pastoral cotidiana; todos los nombres fueron cambiados para proteger a los inocentes):

Juan, un miembro de la iglesia, me envía por correo electrónico el resumen del último sermón de su pastor celebridad favorito. Quiere que yo lo escuche y dé mi retroalimentación. Para Juan, esto es a menudo un intento velado de presumir humildemente sobre su perspicacia teológica o tratar de alterar lo que él considera deficiente en mi propio entendimiento. Una hora más tarde, Facebook muestra un mensaje de Susana, también miembro de la iglesia. Ella ha leído una publicación sobre [inserte el tema de última hora aquí] y quiere mi opinión. Más tarde ese día, el recién llegado Shane me escribe con una pregunta sobre un libro de su autor favorito. Quiere saber si lo he leído y lo que pienso al respecto.

Por 2000 años, ser pastor ha sido un trabajo bastante arduo. Pero el pastor de hoy se encarga de los deberes diarios de pastoreo mientras también pastorea ovejas que a menudo son alimentadas por las manos de otros pastores. La mezcla de redes sociales y tribalización de la iglesia moderna deja al asistente promedio un mar vertiginoso de pastores famosos entre los cuales elegir. Dentro de las congregaciones, puedo observar a “las aves del mismo plumaje” creando subtribus de seguidores de un pastor héroe. Inevitablemente, las ovejas comparan a su pastor con el pastor 24/7 de las redes. Piénsalo: el asistente promedio de una iglesia tiene un mar de opciones entre las cuales elegir. Con el COVID-19 empujando a la mayoría de las iglesias a estar en línea, los cristianos pueden “ir” a cualquier iglesia nacional o internacional que les plazca. ¿Por qué escuchar a tu pastor usual cuando puedes sentarte a los pies de un pastor héroe?

El apóstol Pablo, pastor héroe (si alguna vez hubo uno), condenó enérgicamente las lealtades a los líderes: “Me refiero a que cada uno de ustedes dice: ‘Yo soy de Pablo’, otro: ‘yo de Apolos’, otro: ‘yo de Cefas’, y otro: ‘yo de Cristo’. ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por ustedes? ¿O fueron bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Co. 1:12-13). El problema con los héroes humanos es que pueden desplazar o disminuir la lealtad de nuestro corazón hacia nuestro héroe principal, Jesucristo.

Hay al menos dos problemas importantes con venerar a los pastores héroes a la distancia.

1. Lo ves a la distancia

He hablado con muchos miembros de iglesias dirigidas por pastores héroes. A menudo no están tan enamorados del pastor como sus seguidores distantes.

¿Por qué? Lo ven de manera integral. Ellos aprecian profundamente sus dones únicos y generalmente son conscientes de su influencia de gran alcance. Pero también lo ven en sus días malos (los que no salen en el podcast). Lo observan de cerca, una perspectiva que sus seguidores nunca alcanzan. En resumen, su rebaño tiene la ventaja de entender adecuadamente a su pastor. Lo ven interactuar con el personal y los ancianos. Ellos observan su respuesta cuando algo falla o fracasa. Ellos perciben sus cargas y pérdidas, además de las alegrías y victorias, en su lenguaje corporal fuera de cámara. Todo esto disminuye la veneración, proporcionando una valoración más realista y honesta. De alguna manera, esto puede ser edificante, ya que nos relacionamos mejor con las personas en sus debilidades que en sus fortalezas. Pero las redes sociales oscurecen esta perspectiva, porque allí solo hay fortaleza sobre fortaleza, semana tras semana.

Esta es la razón por la que los pastores héroes se descarrilan mucho antes de que sus rebaños tribales se enteren. Lo que es impactante para una audiencia nacional es mucho menos para su congregación local. A menudo perciben que algo anda mal en su tono, conducta, o ética de trabajo, o por las miradas en los rostros de su esposa e hijos.

2. Él te ve a la distancia

Todos nos vemos mejor a la distancia. El pastor héroe no puede confrontar los pecados actuales en tu vida porque no está consciente de ellos. Nunca te ve en tu debilidad, en tu mal día, en tu mal humor. De hecho, él solo puede verte como una estadística. Eres un número en su informe de descarga mensual o reporte de ventas de libros; en el mejor de los casos, él lee personalmente tu carta de admiración. De esta manera, él es seguro; un pastor que siempre tiene un cayado, no una vara. Y muchas ovejas prefieren pastores sin varas.

Como es un humano lejano, nunca sabrá lo suficiente de ti para enfrentar los fracasos de tu vida. Los héroes apostólicos, escribiendo con la inspiración del Espíritu Santo, algunas veces confrontaban a personas desde lejos. Evodia y Síntique llevarán esta incómoda distinción para siempre entre los redimidos glorificados (Fil. 4:2). Los apóstoles eran peligrosos. Los pastores héroes rara vez lo son.

Nunca tendrás un desacuerdo con un pastor héroe sobre la dirección del ministerio. No hay momentos relacionales extraños que perdonar. Él nunca te decepciona por no aparecer en tu crisis. En resumen, el pastor héroe nunca te falla. Es como una extraña experiencia de citas en línea donde ninguna de las partes conoce a la otra, pero ambas están obsesionadas.

Ama al pastor normal (real) en tu vida

Cada uno de nosotros tiene autores y pastores, vivos o muertos, de los que nos hemos beneficiado maravillosamente. Atesoramos a los siervos elegidos de Dios. Sin embargo nosotros, tus pastores comunes y reales, queremos ser los verdaderos pastores en tu vida como Dios nos ha llamado a ser. Queremos pastorearte en tus altibajos, y queremos pastorearte en nuestros altibajos. Puede que no seamos predicadores dotados, escritores brillantes, visionarios reflexivos, o pensadores perspicaces. Pero lo que te ofrecemos es mejor.

Puede que no seamos predicadores dotados, escritores brillantes, visionarios reflexivos, o pensadores perspicaces, pero lo que les ofrecemos es mejor. Te conocemos. Tú nos conoces

Nosotros te conocemos y tú nos conoces. Somos pastores comunes de ovejas comunes. Así como ustedes estarían horrorizados si amáramos más a las ovejas de otros rebaños, así queremos que amen, sigan, y sirvan a nuestro lado; de nosotros los comunes. Puede que no seamos predicadores dotados, escritores brillantes, visionarios reflexivos, o pensadores perspicaces, pero lo que te ofrecemos es mejor. Te conocemos. Tú nos conoces.

Alaba a Dios si tienes un pastor normal. Debemos honrarlos, no compararlos. Ora por ellos, no los arregles. Ámalos; no exijas que su combinación de dones dados por el Espíritu sea diferente. Tres aplausos a los pastores normales que hacen el trabajo duro y cincelador entre el pueblo de Dios en el día a día de la vida de iglesia. Estos son los líderes que también te conocen y aman.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Felipe Ceballos Zúñiga.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando