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Las maravillas de la tecnología nos permiten no solo trabajar a distancia en empresas a miles de kilómetros de nosotros, sino que también nos pueden ayudar a ser freelancers: emprender una carrera como nuestros propios jefes, trabajando de forma independiente.

Por varios años pude trabajar así en marketing digital y estoy agradecido a Dios por todo lo que aprendí en mis relaciones con clientes, proyectos realizados, y avance profesional. Pero también reconozco que fue un periodo lleno de retos para mi corazón.

Si eres un creyente que trabaja como freelancer o estás considerando hacerlo, déjame compartir contigo tres consejos desde mi experiencia.

1. Cuídate de ser un llanero solitario

Dependiendo de tu personalidad, tus inclinaciones, y tus pecados particulares, es posible que trabajar como freelancer de cierta manera te empuje a desarrollar un individualismo poco saludable y hasta destructivo para tus relaciones.

Me refiero a que puede ser fácil sucumbir a la tentación a sentir que, como nos va bien trabajando solos, así también deberíamos trabajar solos en los proyectos familiares o la iglesia. También es fácil descuidar nuestras habilidades y relaciones al estar mucho tiempo trabajando de manera muy independiente.

En medio de tu trabajo como freelancer, no descuides tus verdaderas prioridades como hijo de Dios.

He estado allí y conozco a otros que también lo han estado. La verdad es que Dios nos llama a glorificarlo a Él en nuestras relaciones familiares (cp. Ef. 5-6), y también a abrazar nuestros roles en la iglesia como miembros dentro de un cuerpo (1 Co. 12). Por tanto, procuremos saturarnos de la visión que la Biblia presenta sobre nuestras relaciones y roles, para ver su belleza y vivir conforme a ella para la gloria de Dios.

2. No descuides tus verdaderas prioridades

Trabajar como freelancer ofrece excelentes oportunidades para administrar mejor tu tiempo, ya que por lo general no estás limitado a un horario rígido en tus días laborales. Así que te animo a tomar muy en serio Efesios 5:15-17:

“Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor”.

Cuando eres freelancer, puede ser fácil sucumbir a la idea de que lo mejor que puedes hacer con tu tiempo libre es pasar el día abrazando el ocio, viendo películas en Netflix o navegando en las redes sociales (por ejemplo). Pero cuando Dios te da más flexibilidad en tu agenda personal no es para que simplemente tengas más “tiempo para ti”.

No descuides tus verdaderas prioridades como hijo de Dios: tu relación con Él, tu familia, y la expansión del Reino. Procura aprovechar bien tu tiempo a la luz de la obra de Cristo.

3. Depende del Señor para tu productividad

El trabajo independiente requiere ser muy intencionales en la búsqueda de la productividad, ya que no tenemos a un jefe detrás de nosotros impulsándonos para ser productivos, y usualmente se trabaja desde casa, donde las distracciones abundan. En medio de eso, tenemos la tentación de olvidarnos de Dios en nuestra búsqueda por ser productivos, en vez de dejar que el evangelio transforme nuestra visión de la productividad.

Aunque seamos trabajadores independientes ante los hombres, nunca dejamos de depender del Señor.

Me fascina hablar sobre productividad. Sin embargo, como he escrito en otro lugar, hasta hace relativamente poco, no podía ver que algo en mi práctica de la productividad no estaba bien. Buscaba aplicar los mejores hacks que leía en libros de gurús sobre el tema. Pero esos trucos por sí solos no eran suficientes. Si, por ejemplo, borraba del teléfono una aplicación de redes sociales para distraerme menos, igual me distraía más tiempo frente a la laptop. He encontrado que muchos experimentan esto.

Mi problema (y el de muchos) es este: aunque esos trucos y lecciones pueden ser útiles, no pueden cambiar nuestros corazones, así como pintar de rojo una carcacha no la convierte en un Ferrari. Esos trucos no pueden darnos mayor pasión por Dios. No pueden darnos en lo profundo de nuestro ser una mente más enfocada en el trabajo. Por eso la Biblia nos enseña que necesitamos que el Espíritu Santo haga el milagro de concedernos ser productivos de verdad. Necesitamos experimentar más unidad con la vid verdadera (Jn. 15:5.)

Somos tan pecadores que necesitamos a Dios para glorificarlo a Él en todo lo que hagamos, incluyendo nuestro trabajo como freelancer. Sin embargo, la gracia de Dios mostrada en Cristo es mucho más grande que nuestro pecado. Confiemos en Él en nuestros esfuerzos por ser productivos para su gloria. Aunque seamos trabajadores independientes ante los hombres, nunca dejamos de depender del Señor.

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