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5 ventajas de un ministerio juvenil centrado en el evangelio

Cuando empecé a conducir se necesitaba un mapa para encontrar mi destino. Me refiero a un mapa desplegable.

No era raro que, cuando se usaba uno que no se había actualizado para incluir nuevos caminos, uno diera un giro equivocado y tuviera que detenerse, mirar el mapa de nuevo y ajustar la ruta. No había nada de Google Maps, nada de ajustes automáticos de las instrucciones para ayudarme a encontrar la mejor ruta. Era, más bien, un proceso lento, y en comparación con hoy en día parece muy arcaico.

Y esta reacción, todo parece muy arcaico, es la respuesta que a veces recibo cuando hablo de un “ministerio juvenil centrado en el evangelio”. Cuando analizo lo que estoy haciendo y cómo lo hago, me puedo preguntar si esta es realmente la manera en que Dios ha llamado a su pueblo para que ministre a los demás.

Simplemente parece… demasiado lento.

¿En qué otro trabajo se pasa uno el tiempo proclamando a un hombre divino nacido de una virgen, que creció para ser ejecutado en una cruz romana? ¿Qué otro trabajo se involucra en la enseñanza de escritos de miles de años de antigüedad? ¿Qué otro trabajo alienta a las personas a que le digan este mensaje a otros y les sirvan sin esperar nada a cambio? ¿Qué otro trabajo da una esperanza sólida, una seguridad profunda, y una nueva identidad para aquellos que creen?

Cuando pienso en el ministerio juvenil centrado en el evangelio de esta manera, resueno con lo que dijo Pablo: el mensaje de la cruz es una tontería… pero para aquellos de nosotros que creemos que es también el poder de Dios para salvar (1 Co. 1:18; Ro. 1:16), persistimos en la obra.

El evangelio debe estar en el corazón del ministerio juvenil por al menos cinco razones.

1. Conduce a los estudiantes a Jesús

El corazón del ministerio juvenil centrado en el evangelio intenta mostrar la gracia a los estudiantes.

El corazón de la fe cristiana es el evangelio, el mensaje de gracia de lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesús. Como Efesios 2:8 nos recuerda: “Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios”. Él ha mostrado su amor por nosotros a través del don de su Hijo, y por medio de la muerte y resurrección de Cristo ahora vivimos a la luz de esa gracia.

El corazón del ministerio juvenil centrado en el evangelio intenta mostrar esta gracia a los estudiantes. En todo lo que hacemos, a pesar de nuestras imperfecciones, estamos conduciendo a nuestros estudiantes hacia Jesús. Buscamos apuntar a Él, mostrarlo, revelarlo, confiar en Él, y obedecerlo para que nuestros estudiantes se “transformen en su imagen con una gloria cada vez mayor” (2 Cor. 3:18).

2. Proporciona una perspectiva eterna

En nuestro mundo rápidamente cambiante, y con la creciente presión sobre los estudiantes, a menudo nos centramos únicamente en el ahora. Sin embargo, al contar la historia de Jesús nos ubicamos en una historia que tiene miles de años. La gracia que proclamamos continúa la labor que comenzó desde hace mucho tiempo. Al hacerlo, ayuda a nuestros estudiantes a obtener una perspectiva eterna, una visión a largo plazo, una que les ayuda a entender su lugar en el mundo y en la historia de Dios.

Solo piensa en este famoso versículo bíblico: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquél que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn. 3:16).

Aquí encontramos una pepita del evangelio que da una perspectiva eterna. Existe la verdad del amor de Dios, el don de su Hijo, el llamado a creer, y la insistencia de que la vida es eterna. La vida momentánea que habitamos nosotros y nuestros estudiantes es parte de la historia más grande de Dios, la cual nos lleva a comprender que hay algo y alguien más grande que nosotros.

3. Enseña la Palabra de Dios

2 Timoteo 3:16 nos recuerda: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la Biblia es útil para todas las cosas en la vida y en la fe. Por supuesto, necesitamos crecer en nuestra comprensión de ella, pero Dios ha ordenado que su Palabra sea la forma en que nos habla.

Un ministerio juvenil fiel debe tomar la Biblia en serio.

Por lo tanto, un ministerio juvenil fiel debe tomar la Biblia en serio. Al enseñar y aplicar las Escrituras, reconocemos que la verdad proviene de Dios y no de nosotros. Nuestra visión del mundo y nuestra comprensión de quiénes somos, dónde encajamos, y cuál es nuestro propósito proviene de fuera de nosotros mismos. Viene a través de la revelación de Dios.

4. Alienta a la misión y al servicio

A menudo nos inspiramos (y actuamos) por algo que leemos, miramos, o escuchamos, ya sea sobre nuestra salud y estado físico, nuestro ministerio, o nuestros hábitos de gastos. El evangelio nos inspira a ayudar a otros a entender las cosas de Dios. Nos sentimos inspirados a compartir las buenas nuevas, y buscamos amar a los demás al servirles, y buscamos oportunidades para ayudarlos y cuidarlos.

Hacemos esto porque refleja la buena noticia. El ministerio juvenil centrado en el evangelio es parte de la misión de Dios en el mundo.

5. Da esperanza, seguridad, y una comprensión de la identidad

Nuestro objetivo final del ministerio juvenil es ver que los estudiantes conozcan a Dios a través de Cristo y crezcan en semejanza a Él. Este es el llamado de Dios para todos nosotros. Y para los estudiantes y el mundo en que viven, existe una necesidad constante de esperanza, seguridad, y sentido de pertenencia y propósito.

Cuando el acoso escolar comienza en la escuela, cuando hay una sobreexposición en línea, cuando la presión de los amigos para hacer algo se vuelve excesiva, cuando la naturaleza adictiva de los dispositivos afecta la salud, cuando la visión del cuerpo se distorsiona, los estudiantes tienden a perder la esperanza. Pero cuando hay seguridad de quiénes somos en Cristo, esas circunstancias pueden cambiar profundamente. El evangelio es un regalo para nosotros y un regalo para transmitir a nuestros estudiantes.

El privilegio de jugar un rol

No puedo evitar reflexionar sobre los cientos de adolescentes a quienes he tenido el privilegio de enseñar y pastorear a través de los años. Algunos se han apegado a la fe y a la iglesia. Otros se alejaron y no los hemos visto de nuevo.

Sin el evangelio y sin comprender que hay una mano soberana que guía a Dios en esta obra, no habría sobrevivido tanto tiempo. Afortunadamente, el crecimiento es de Dios y el sustento es de Dios. Y sin embargo, tenemos el privilegio de ser una pequeña parte de este trabajo a través de un ministerio juvenil centrado en el evangelio.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Imagen: Unsplash.
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