Mateo y Lucas proveen versiones bastante diferentes acerca de la muerte de Judas. Mateo presenta a Judas colgándose así mismo, mientras que Lucas termina su versión con el cuerpo de Judas reventado (ver Mt. 27:3-8 y Hch. 1:18-19).
Las discrepancias entre las dos versiones levantan un número de preguntas. La más común de ellas es: “¿Cómo pueden ser ambas ciertas?”. Mi mejor respuesta es que Mateo describe cómo Judas escogió quitarse la vida, mientras que Lucas describe el estado final del cuerpo de Judas (es decir, postrado en el suelo).
Pero me gustaría enfocarme en una pregunta distinta: En primer lugar, ¿por qué Mateo y Lucas escogieron describir la muerte de Judas en formas diferentes?
Mateo presenta a Judas como otro Absalón
¿Por qué Mateo presenta a Judas colgándose así mismo en lugar de cayendo al suelo y reventándose? Porque Mateo quiere que veamos la muerte de Judas a la luz de un trasfondo bíblico particular: la muerte de Absalón, el hijo rebelde de David.
La muerte de Absalón es inusual. Mientras estaba fuera montando su mula, su cabeza quedó atorada en las ramas de un árbol de roble, haciendo que su cuerpo quedara suspendido/colgado de manera inconveniente en el aire (2 S. 18:9-10). Así que se puede decir que Absalón tuvo una muerte como la de Judas, o aún más preciso, se puede decir que Judas tuvo una muerte como la de Absalón. Esto es significativo para los eventos en Mateo 26-27, como veremos más adelante.
Primero, sin embargo, es necesaria una o dos palabras sobre el concepto de “amistad”. La noción de amistad es descrita en palabras tensas a través del Antiguo Testamento. Hira, el amigo de Judá, no es tanto un amigo para él, ya que ayudó a Judá a cubrir su pecado (Gn. 38:20). De la misma manera, los “amigos” de Job tampoco le hacían mucho bien (otros ejemplos pueden ser fácilmente multiplicados).
David tiene experiencias particularmente dolorosas con sus amigos. Él es constantemente traicionado por la gente cercana a él (Sal. 41:9; 55:12-14, 20-21). Su hijo Absalón es un ejemplo paradigmático.
Jesús es a Judas lo que David es a Absalón. Si Jesús es el Mesías davídico, entonces Judas es un traidor absalónico
Estos hechos son relevantes ya que, de los cuatro escritores de los evangelios, Mateo particularmente presenta a Jesús como el “hijo de David” (Mt. 1:1-17; 9:27; 12:23; 15:22; 20:30-31; 21:15; 22:42-45). Entonces, apropiadamente, así como David fue traicionado (y expulsado de su reino) por aquellos más cercanos a él, de la misma forma lo fue Jesús. Más aún, solo el reporte de Mateo sobre la traición a Jesús se refiere a Judas enfáticamente como su “amigo” (26:50). Esto no es un mero formalismo; sino que tiene la intención de enmarcar los eventos de Mateo 26 a la luz del concepto de amistad descrita anteriormente, particularmente como se relaciona con la experiencia de amistad de David.
Y esa, afirmo, es la razón por la que Mateo presenta el destino de Judas a la luz del de Absalón. Jesús es a Judas lo que David es a Absalón. Dicho de otra manera, si Jesús es el Mesías Davídico, entonces Judas es un traidor absalónico. Por lo tanto, tal y como la narrativa de Samuel deja a Absalón aislado, solo y colgado de un árbol por su propia ambición, así mismo la narración de Mateo lo hace con Judas.
Lucas presenta a Judas como otro Acab
Adicionalmente, mientras Mateo, el cobrador de impuestos, está más interesado en el aspecto final de la muerte de Judas (es decir, la eliminación de las ganancias mal habidas), Lucas, el doctor, está más interesado en el derramamiento de sangre. Lucas también destina menos espacio a la traición a Jesús (dos versículos en lugar de cuatro) y dedica más espacio a la experiencia de Jesús en el Getsemaní (únicamente Lucas describe el sudor de Jesús cayendo al suelo como gotas de sangre). Debidamente, entonces, Mateo se enfoca en la asfixia de Judas, mientras que Lucas se enfoca en el derramamiento de la sangre de Judas (Hch. 1:18-19), reflejando así la siniestra ironía del destino de Judas. (Aquellos que se ponen del lado de los enemigos de Jesús en vida, mueren una muerte muy triste).
Es muy probable que Lucas, de la misma manera que Mateo, tenga en mente un incidente del Antiguo Testamento en particular.
¿El Antiguo Testamento se refiere a alguien que derrame sangre inocente con el propósito de adquirir una parcela y un terreno, solo para que su propio cuerpo sea tirado dentro de esa parcela y que su sangre manche su suelo? Sí lo menciona. Eso es precisamente lo que pasa en la historia de la viña de Nabot (1 Re. 21; 2 Re. 9:25-26). Como Judas, Acab aprovecha su influencia en Israel; y como Judas, derrama sangre inocente por amor a la ganancia material; y consecuentemente, como Judas, Acab recibe su justo castigo.
Lo que es hecho a Jesús es presentado como la culminación de lo que el injusto ha hecho al justo a través de las generaciones
Los paralelismos entre la vida de Judas y Acab son importantes por una razón mayor. En la medida en que Lucas nos invita a ver la muerte de Judas a la luz de la de Acab, también nos invita a ver la muerte de Jesús a la luz de la muerte de Nabot, lo cual es de mucho aprendizaje. Como Nabot, Jesús es un testigo fiel. Él mantiene su integridad de cara al régimen corrupto. Él es el dueño de una viña (¡Israel!). Él es calumniado por dos testigos falsos ante un evento religioso rápidamente convocado. Y Él es guiado afuera de la ciudad por sus acusadores, donde experimenta una muerte ignominiosa.
Como tal, lo que es hecho a Jesús es presentado como la culminación de lo que el injusto ha hecho al justo a través de las generaciones (ver la parábola de la viña en Lc. 20:9-18; cp. 11:47-51). Al mismo tiempo, la resurrección de Jesús completa la historia de Nabot, ya que revela como el justo será vindicado. Consecuentemente, cuando Esteban es arrastrado delante del concilio judío, difamado por falsos testigos, y guiado fuera de la ciudad para ser muerto (Hch. 6-7), él no parece estar sorprendido. No se debería tener la expectativa de que el mundo va a tratar a los seguidores de Jesús mejor de como lo trataron a Él. Por el contrario, se debe esperar que Dios vindique a su pueblo al final.
No te conformes con respuestas fáciles
Mateo y Lucas reportan la muerte de Judas en formas diferentes, pero lo hacen así por razones discernibles.
Un principio importante emerge de estas consideraciones. Las tensiones en la Biblia no son contradicciones. Tampoco tienen la intención de ser explicadas. En lugar de eso, tienen la intención de llevarnos a profundizar en los detalles y las complejidades de las Escrituras. Y por supuesto, ya que el autor último de la Biblia es digno de confianza, no necesitamos preocuparnos de lo que una detallada investigación de su contenido pueda revelar. Nosotros simplemente necesitamos la confianza y la persistencia para quedarnos con el texto, en lugar de tomar una solución fácil y rápida.