Me encanta escuchar testimonios. En el pasado no tenía la apreciación de cómo la historia de otra persona podría tener un impacto espiritual en mi propia vida. Pero Jesús mostró la importancia de los testimonios en Marcos 5:19 cuando dijo al hombre que fue sanado, “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti”. Ahora estoy maravillada de ver cómo Dios salva pecadores de cualquier tipo del pecado, y que Él usa sus historias para hacerme crecer también. ‘Ya No Vivo Yo’ es una de estas historias maravillosas de redención, con un importante impacto espiritual para sus lectores.
Esta es el relato de grandes pecadores en necesidad de un gran Salvador, que fueron redimidos por la gracia de Dios. El libro alterna la historia de Ángela —una madre que sufre de depresión, un matrimonio dañado y el repudio de sus dos hijos— y la historia de Chris, el hijo menor que ha rechazado a su familia para vivir en homosexualidad y el abuso de drogas.
Ángela estaba a punto de suicidarse después del rechazo de Chris, cuando creyó en el evangelio. Finalmente, encuentra paz y esperanza cuando pone en manos de Dios todas las cosas que ella estaba tratando controlar en su vida. Mientras tanto, Chris continúa corriendo más y más lejos del Señor. Él encarna un verdadero “hijo pródigo”; persigue pecado tras pecado, desde numerosas relaciones homosexuales, abuso de drogas, una vida sumergida en clubes con muchas drogas y sexo, hasta el crimen de vender drogas. Finalmente, seis años después de la conversión de Ángela, la vida pródiga de Chris termina en la cárcel, el punto más profundo del hoyo, con una sentencia de nueve años por sus crímenes y al mismo tiempo padeciendo VIH como resultado de sus pecados sexuales. Sin embargo, en ese tiempo en la cárcel, por la misericordia de Dios, los ojos de Chris son abiertos a la verdad del evangelio y milagrosamente Dios lo salva cuando él cree y pone su fe en Cristo.

Ya No Vivo Yo: La travesía de un hijo homosexual a Dios. La búsqueda de esperanza de una madre quebrantada
Christopher y Ángela Yuan
Ya No Vivo Yo: La travesía de un hijo homosexual a Dios. La búsqueda de esperanza de una madre quebrantada
Christopher y Ángela Yuan
Su historia es nuestra historia
El pasado doloroso de Ángela y Chris, redimidos por la gracia sublime, me recordó mi propia depravación natural antes de Cristo… de lo que Él me ha salvado. Este libro cultivó una mayor gratitud por mi propia salvación, y mayor temor y alabanza en mi corazón por la gracia tan grande de Dios para pecadores como yo. Es fácil a ver los pecados de Ángela y Chris y decir “Que maravilloso que Dios los salvó de esto,” pero te invito a que te veas a ti mismo en sus historias, porque las historias de ellos son la historia de cada cristiano. Regocíjate si estás en Cristo como ellos y si no, entonces mira la gracia que ellos recibieron y que Dios te ofrece libremente a ti también, no importa qué tan grave sea tu pecado.
‘Ya No Vivo Yo’ es una historia de fidelidad, amor incondicional y esperanza. El ejemplo de Ángela y de su esposo León me motivó a perseverar en oración. Es común que dejemos de orar cuando no vemos la respuesta inmediata de Dios, después de algunos días o semanas, pero necesitamos confiar en el tiempo de Dios y mantenernos en oración. Además, encontré ánimo para amar los demás sin condiciones, como Dios nos ama, a pesar del rechazo doloroso. Somos llamados para perseguir en amor, aun no recebemos amor como respuesta en esta vida. Finalmente, me dio esperanza en que Dios es todo poderoso para salvar a mis amigos y miembros de mi familia que no creen en Cristo, no importa cuán lejos parezca que están de Él.
Este libro sirve como un llamado para mayor santidad. Cuando Chris fue salvado, su mente cambió de creer lo que él quería creer acerca de Dios, a creer en el verdadero Dios de la Biblia y sobre lo que esta dice de su pecado, específicamente el pecado de homosexualidad.
“Me di cuenta de que Dios no llamaba a los gay y a las lesbiana abominables. Llamaba abominación al acto sexual. Dios no condenaba a la persona, Dios condenaba el acto.” (p.184)
Además Chris aprende que su identidad no está en su sexualidad, sino que está solo en Cristo y que como seguidor de Cristo, él es llamado a perseguir la santidad. Su vida no se trata de la sexualidad, sino de la santidad. Nosotros necesitamos buscar la santidad en lugar de ceder a nuestra lujuria. Cuando Chris salió de la cárcel, ingresó al seminario y ahora trabaja en el ministerio, pero eso no quiere decir que ya no lucha con tentaciones homosexuales. Este libro nos recuerda que debemos morir continuamente a nosotros mismos y nuestros deseos pecaminosos, porque “ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí” (Gal. 2:20 NBLH).