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Nota del editor: 

El pastor John Piper recibe preguntas de algunos de sus oyentes de su programa Ask Pastor John. A continuación está su respuesta a una de esas preguntas.

En una trágica pandemia como la que estamos experimentando ahora, el libro de Job viene a ser especialmente relevante a cada una de nuestras vidas. Pero este libro plantea un dilema significativo que cualquier lector de la Biblia tiene que resolver. Este es el dilema: ¿En cuál de los personajes del libro de Job podemos confiar? La mayoría de los personajes del libro dicen cosas en las que no podemos confiar. La pregunta de hoy al pastor John, quien se une a nosotros vía Skype, viene de un oyente llamado Joel. 

“Gracias por su maravilloso podcast pastor John. Soy un oyente antiguo y es la primera vez que llamo para hacer una pregunta. Tras esta pandemia del coronavirus, he vuelto repetidamente al libro de Job. Como ha dicho en sermones anteriores, el libro es atemporal y, por lo tanto, relevante a nuestro sufrimiento presente. He leído el libro de Job anteriormente y entiendo el ciclo de conversaciones entre Job y sus amigos. Pero cuando estaba leyendo Job 5 (Elifaz es el que habla), al llegar a los versículos 17-19 comencé a preguntarme a mí mismo: Cuando Job y sus amigos hablan de Dios en sus discursos, ¿cómo distingo la teología que es cierta sobre Dios de sus propias presuposiciones erróneas? La respuesta obvia es examinar el panorama de las Escrituras para encontrar consistencias con otros textos. Pero ¿podemos dar algún crédito a lo que Job o sus amigos están diciendo?”.


Como el libro de Eclesiastés, así como algunas de las parábolas de Jesús y las historias en el libro de los Jueces; por cierto, acabo de terminar de leer Jueces esta mañana antes de grabar. ¡Señor! Qué libro tan terrible, que describe lo que pasa cuando no hay Rey, describiendo los pecados. Job, de la misma manera que esos tres libros, también narra formas pecaminosas de pensar, hablar y actuar.

Buena teología, pero mal aplicada 

Los discursos de Elifaz, Bildad, Zofar y la participación de Job con ellos por 29 capítulos, tienen una mezcla de mala y buena teología. Por lo general, la buena teología es mal aplicada. De hecho, pienso que es uno de los puntos principales del libro de Job: mostrar cómo la buena teología puede convertirse en una mala práctica pastoral. En serio, no creo que pasarías 29 capítulos haciendo una mala aplicación de buena teología si eso no fuera parte del punto principal.

Este es uno de los puntos principales del libro de Job: mostrar cómo la buena teología puede convertirse en una mala práctica pastoral

En teoría, no hay nada inusual en todo esto, en cuanto a la forma en la que escribirías sobre algo. Todos hablamos de conversaciones que hemos tenido y compartimos sobre eventos de los que hemos sido parte. Algunas de las cosas que narramos de esas conversaciones son cosas que desaprobamos y algunas cosas de las que compartimos en nuestras experiencias son cosas que desaprobamos. Esperamos que quienes nos escuchan, si en verdad nos escuchan, distingan cuáles cosas de las que estamos narrando desaprobamos y cuáles aprobamos. Necesitamos darles pistas; tenemos que ayudarles a entender cuál es cuál.

Entonces, lo que hace a Job inusual no es el hecho de que el libro incluya formas de pensar y de hablar que son pecaminosos, sino que el diálogo que contiene estos errores es tan largo (de los capítulos 3 al 31) donde Job, Elifaz, Bildad y Zofar interactúan por 29 capítulos. Eso es inusual. 

Cinco principios para aprovechar el libro de Job

Así que la pregunta de Joel es la siguiente: ¿Hay algún valor en estos discursos? Esa es una de sus preguntas. Otra pregunta es: en este libro, ¿cómo sabemos qué aprobar y qué desaprobar? ¿Qué cosas abrazamos como lecciones de vida de parte de Dios y a qué cosas no le deberíamos prestar atención? Entiendo que hay cinco maneras en las que Dios, como Aquel que inspiró este libro, tiene la intención de ayudarnos a sacar provecho del libro de Job, así como manejarlo e interpretarlo correctamente. Estas son: 

1. Presta mucha atención al narrador

No todo lo que Job dice es verdad, así como no todo lo que Elifaz, Bildad y Zofar dicen es verdad. Pero, lo que el autor dice, como escritor inspirado, de acuerdo a su propia perspectiva, eso es verdad. Él mismo interrumpe en puntos claves en esta historia para hacernos conscientes de lo que él está tratando de decir al registrar todas las cosas malas que no son su punto de vista.

Por ejemplo, todo el capítulo 1 y 2 son el punto de vista expreso del escritor inspirado. Aquí es dónde podemos establecer un fundamento, con mucha confianza, de cómo debemos ver la soberanía de Dios, el papel de Satanás y la respuesta adecuada del ser humano al sufrimiento y la soberanía. Todo esto se explica para nosotros en los primeros dos capítulos. Quizás el ejemplo más importante de esto es el comentario del escritor sobre la respuesta de Job al final de cada una de las dos pruebas del diablo.

Cuando Job pierde a sus hijos, sus diez hijos mueren, él dice: “El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del Señor” (Job 1:21). Tú pudieras respirar profundo y decir: “¿Estás seguro? ¿Es eso buena teología? ¿Deberíamos abrazar la idea que ‘el Señor quitó y que Él es bendito’?”. El escritor inspirado agrega, precisamente para ayudarnos a entender esto, que Job no habló de manera equivocada. Esto es lo que él dice: “En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios de hacer mal” (Job 1:22).

Tenemos exactamente lo mismo en el siguiente capítulo, cuando llegas al final de la segunda prueba y Job es herido con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla y su esposa le dice: “Maldice a Dios y muérete” (Job 2:9). Job responde: “¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?” (Job 2:10). Tú podrías detenerte ahí y decir: “Job, no hables así. Eso es mala teología”. Entonces, el escritor inspirado añade: “En todo esto Job no pecó con sus labios” (Job 2:10). En otras palabras, cuando Job afirma que el bien y el mal, la salud y la enfermedad vienen de la mano de Dios, él no está pecando; él está hablando de la manera en que debemos hablar. 

Cuando Job afirma que el bien y el mal, la salud y la enfermedad vienen de la mano de Dios, él no está pecando

Este es otro ejemplo de cómo el escritor inspirado inserta su perspectiva divina, su perspectiva inspirada, sobre el sufrimiento de Job. Mirando en retrospectiva todo el evento y la experiencia, él dice lo que considero es uno de los versículos más importantes del libro: “Entonces todos sus hermanos y todas sus hermanas… vinieron a él… se condolieron de él y lo consolaron por todo el mal que el Señor había traído sobre él” (Job 42:11).

Ese no es Elifaz, no es Bildad, no es Zofar, no es Job; ese es el escritor inspirado poniendo en palabras lo que realmente ha estado pasando en este libro. Así que, mi primera respuesta a la pregunta “¿Cómo nos ayuda Dios a discernir cómo leer este libro?” es esta: Él hace que la voz del escritor inspirado sea clara mientras este se interrumpe a sí mismo en su propia narrativa de manera repetida. 

2. Sopesa las palabras de Eliú de manera diferente

Esta es la segunda cosa: Dios quiere que seamos guiados al leer este libro por la aparición de Eliú en el capítulo 32. Eliú viene, y creo que Eliú es alguien que habla la verdad. Yo no creo que Eliú es un tonto más junto con Elifaz, Bildad y Zofar. Yo creo que él habla con franqueza y verdad. Ahora bien, no todos están de acuerdo conmigo aquí; necesitas saber eso. Muchas personas piensan que Eliú es solamente otro problema. Yo no creo que eso sea cierto. Permíteme darte cinco razones por las que pienso que se debe escuchar a Eliú como una perspectiva correcta de lo que ha estado pasando entre Job, Elifaz, Bildad y Zofar. 

  1. Él llega a la escena en el capítulo 32 con una perspectiva diferente opuesta a Elifaz, Bildad, Zofar y Job. 
  2. El escritor dedica seis capítulos a Eliú. ¡He dicho! Eso es bastante espacio. Este es el secreto: los discursos equivocados de Elifaz, Bildad y Zofar se han estado acortando cada vez más hasta que, al final, se quedan sin nada más que decir. No haría nada de sentido en la estrategia del narrador si dijera: “Ahora, te voy a dar otro tonto como Elifaz, Bildad y Zofar. Le voy a dar seis capítulos, y no voy a emitir una palabra de crítica sobre él”. De ninguna manera. Simplemente no puedo comprar esa idea.
  3. En los capítulos 40 y 42, Job se arrepiente de las mismas cosas que Eliú critica. 
  4. Dios reprende explícitamente a Elifaz, Bildad y Zofar (Job 42:7), pero nunca dice una palabra negativa sobre Eliú. Eso debe significar algo, ¿cierto? Creo que esto fue lo que me convenció hace años cuando estudié esto en mayor detalle. 
  5. Eliú verdaderamente expresa una perspectiva diferente de la de Job sobre el sufrimiento. Solo te recomiendo leer Job 33:14-19. Si quieres profundizar más sobre esto, prediqué un sermón de este tema titulado Job: Reprendido en el sufrimiento.

Creo que Eliú y los capítulos 32-37 son dados por el escritor inspirado para ayudar a corregir algunos de los errores cometidos por Elifaz, Bildad, Zofar y Job en su diálogo en esos 29 capítulos. 

3. Considera cuidadosamente la perspectiva de Dios 

Creo que Dios nos da este tercer principio para ayudarnos: Dios mismo habla en los capítulos 38–41 y nos da una verdadera perspectiva acerca de su soberanía y acerca del arrepentimiento de Job. 

4. Está atento al arrepentimiento de Job

El libro cierra con el arrepentimiento de Job y la intervención de Dios. Se nos da una idea de cuáles fueron los errores de los que Job se arrepiente.

5. Usa el resto de la Escritura como un cedazo

Este es el que Joel, la persona que hizo la pregunta, mencionó: la enseñanza más amplia de las Escrituras en la Biblia funciona, correctamente entendida, como una especie de cedazo para entender las palabras de Elifaz, Bildad, Zofar y Job.

Todo esto para decir: creo que Dios no nos ha dejado sin amplia ayuda y dirección sobre cómo entender lo que es verdad y lo que no es verdad en este libro. No solo para entender lo que es verdad, sino también para saber cómo usarlo bien en lugar de aplicarlo mal. Este es el libro que necesitamos ahora mismo, en esta temporada de sufrimiento en el mundo, para orientarnos y no cometer algunos de los errores que Job cometió en reacción a la soberanía de Dios en su vida.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Román González Pérez.
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