Poema: Entre el jardín y la ciudad
«Y en este inquietante intermedio, extrañamos un jardín que nunca conocimos, pero anhelamos una ciudad que ni siquiera imaginamos».
«Y en este inquietante intermedio, extrañamos un jardín que nunca conocimos, pero anhelamos una ciudad que ni siquiera imaginamos».
Así como no debemos descuidar a quienes Jesús vino a salvar, tampoco debemos descuidar a la tierra que Él creó y vino a redimir.
Necesitamos la sabiduría del Espíritu de Dios para hablar la verdad en amor. La buena noticia es que Él es el más interesado en traer claridad a este mundo tan oscuro.
La productividad es buena, pero nuestras almas anhelan algo más grande.
Señalemos a otros el buen diseño de Dios, reconociendo tanto la binariedad como el matiz de vivir como hombres y mujeres en el plan de Dios.