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UN PLAN DE LECTURA BÍBLICA Y DEVOCIONAL EN COLABORACIÓN CON LA NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS Y ANDAMIO EDITORIAL
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Lectura de Hoy

Devocional: 1 Juan 2

Bien podríamos preguntarnos por qué se debe alabar a Dios por amar al mundo (Juan 3:16) si a los cristianos se les prohíbe amarlo (1 Juan 2:15- 17).

El mundo, como se presenta habitualmente en Juan y 1 Juan, es el orden moral en rebelión contra Dios. Cuando se nos dice que Dios ama al mundo, debemos admirar ese amor porque el mundo es demasiado malo. El amor de Dios es el origen de su obra de redención. Si bien su santidad genera su ira (Juan 3:36), su carácter de amor (1 Juan 4:8, 16) engendra su misión redentora.

Lo que Dios prohíbe en 1 Juan 2:15-17, sin embargo, es algo muy diferente. Dios ama al mundo con el amor santo de la redención; nos prohíbe amar al mundo con el amor escuálido de la participación. Dios ama al mundo con el amor sacrificado que le costó la vida a su Hijo; no debemos amar al mundo con el amor egocéntrico que quiere gustar todo el pecado del mundo. Dios ama al mundo con el poder redentor que transforma a los individuos de tal manera que estos dejan de pertenecer al mundo; se nos prohíbe amar al mundo con la debilidad moral que seduce un aumento de la cantidad de gente mundana al convertirnos nosotros mismos en participantes plenos. El amor de Dios por el mundo debe ser admirado por su combinación única de pureza y sacrificio; el nuestro incita al horror y al asco por su impureza y maldad rapaz.

El mundo que Juan visualiza no es agradable. Se caracteriza por todos los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa (“los deseos de la carne”, 2:16), todas las cosas de afuera que nos asedian y nos tientan a alejarnos del Dios vivo (“la codicia de los ojos”, 2:16), toda la arrogancia de la dominación, apropiación y control (“la arrogancia de la vida” 2:16). Nada de esto proviene del Padre, sino del mundo.

Pero los cristianos hacen sus evaluaciones a la luz de la eternidad. “El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (2:17). Lástima de la persona cuya identidad personal y esperanza dependen de cosas transitorias. De aquí a diez billones de años, en la eternidad, resultará un poco tonto presumir del coche que hoy día conduces, de la cantidad de dinero o educación que recibiste, de cuántos libros poseías, de la cantidad de veces que saliste en los periódicos. Haber ganado o no un Oscar en ese entonces será menos importante que haberle sido infiel a tu cónyuge. Si fuiste o no una estrella de baloncesto será menos significativo que cuánto de tu riqueza donaste generosamente. “El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (2:17).

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Nahúm 1

De los dos pasajes designados, reflexionaré en dos aspectos del juicio.

De Nahúm 1 nos enteramos que, a veces, la promesa de juicio de Dios sobre los triunfantes perpetradores del mal puede ser un aliento. Esto es un resumen del tema de este libro. Nahúm recibe el llamado para pronunciar juicio sobre Asiria y su capital, Nínive, pero, a diferencia de Jonás, no se le encomienda proclamar este mensaje a los asirios, sino al pueblo del pacto de Dios. Podemos verlo, por ejemplo, en la forma que Nahúm habla en un principio sobre Nínive, en tercera persona (1:8). Cuando el discurso va dirigido a ella (p. ej., 1:11), es meramente parte de la retórica del oráculo.

Probablemente, Nahúm transmitió estas palabras del Señor en algún momento después del 722 a.C., cuando Asiria destruyó Samaria, la capital de Israel, y se llevó a muchos de sus ciudadanos importantes. Las diez tribus norteñas dejaron de existir como nación a todos los efectos. Pero los fieles creyentes de entre los que quedaron atrás y de los llevados al exilio, por no mencionar a los israelitas del reino sureño de Judá, necesitaban saber que Dios no deja de reinar ni de pedir cuentas a las personas, sólo porque las utilice para castigar a su pueblo (cf. Isaías 10:5ss.). “El Señor se venga de sus adversarios; es implacable con sus enemigos” (1:2). “Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. Pero destruirá a Nínive con una inundación arrasadora; ¡aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!” (1:7-8). Muchas, muchas veces, cuando los creyentes han sido aplastados bajo regímenes perversos, o cuando las naciones inocentes han sido pulverizadas por otras salvajes y poderosas, palabras como estas han servido de sustento a los fieles: Dios es justo y pedirá cuentas a los violentos opresores, independientemente de su posición política, su afiliación religiosa, su raza, su economía o su imagen pública.

De Lucas 17 sale el versículo memorable: “¡Acordaos de la esposa de Lot!” (17:32; cf. Génesis 19:26). La imagen es del “día en que se manifieste el Hijo del Hombre” (17:30). El juicio será tan repentino que la persona que está en la azotea —donde se podía tomar un poco la fresca y refrescante brisa de la tarde— no pensará en bajar a buscar sus cosas. Correrá de una terraza a otra y escapará antes de que caiga el juicio. El simbolismo depende, claro está, de la arquitectura de la Jerusalén del siglo I. Pero las palabras: “Acordaos de la esposa de Lot” y el versículo que sigue se combinan para mostrar que la cuestión real es la vacilación en cuanto a dónde pertenece el corazón de uno. Los que vuelven la mirada con anhelo hacia la Ciudad de Destrucción e intentan aferrarse a sus juguetes son aniquilados con ellos. Continúa adelante, pues; invierte en acciones del cielo (Mateo 6:19-21); pon tus ojos en la Nueva Jerusalén.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

2 Crónicas 2

Preparativos para edificar el templo y el palacio

2 Y Salomón decidió edificar una casa al nombre del SEÑOR, y un palacio real para sí. Y designó Salomón 70,000 hombres para llevar cargas, 80,000 para labrar piedra en los montes y 3,600 para dirigirlos.

Entonces Salomón envió un mensaje a Hiram, rey de Tiro, diciendo: «Haz conmigo como hiciste con mi padre David, enviándole cedros para edificarle una casa donde habitar. Voy a edificar una casa al nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de Él, para colocar continuamente los panes de la proposición y para ofrecer holocaustos por la mañana y por la tarde, en los días de reposo, en las lunas nuevas y en las fiestas señaladas del SEÑOR nuestro Dios; esto será ordenanza perpetua en Israel. Y la casa que voy a edificar será grande; porque nuestro Dios es grande, más que todos los dioses. Pero ¿quién será capaz de edificar una casa a Dios, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién soy yo para que le edifique una casa, aunque solo sea para quemar incienso delante de Él?

»Ahora pues, envíame un hombre diestro para trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, y en material de púrpura, carmesí y violeta, y que sepa hacer grabados, para trabajar con los expertos que tengo en Judá y en Jerusalén, los cuales mi padre David proveyó. Envíame también del Líbano madera de cedro, ciprés y sándalo, porque yo sé que tus siervos saben cortar la madera del Líbano; y mis siervos trabajarán con tus siervos para que me preparen madera en abundancia, porque la casa que voy a edificar será grande y maravillosa. 10 Por mi parte yo daré a tus siervos, los trabajadores que cortan la madera, 20,000 coros (4.4 millones de litros) de trigo en grano, y 20,000 coros de cebada, y 20,000 batos (444,000 litros) de vino, y 20,000 batos de aceite».

11 Hiram, rey de Tiro, respondió en una carta que envió a Salomón: «Por cuanto el SEÑOR ama a Su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos». 12 Y añadió Hiram: «Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que ha hecho los cielos y la tierra, que ha dado al rey David un hijo sabio, dotado de prudencia y entendimiento, que edificará una casa para el SEÑOR y un palacio real para sí.

13 »Y ahora te envío a Hiram Abí, hombre hábil, dotado de entendimiento, 14 hijo de una mujer de las hijas de Dan y cuyo padre es de Tiro, el cual sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera y en material de púrpura, violeta, lino y carmesí, y sabe hacer toda clase de grabados y cualquier diseño que se le asigne, para trabajar con tus expertos y con los expertos de mi señor David, tu padre. 15 Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino, de los cuales ha hablado. 16 Y nosotros cortaremos toda la madera que necesites del Líbano, te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope y tú la harás llevar a Jerusalén».

17 Salomón contó todos los extranjeros que estaban en la tierra de Israel, después del censo que su padre David había hecho; y se hallaron 153,600. 18 Puso 70,000 de ellos a llevar cargas, 80,000 a labrar piedras en los montes y 3,600 como capataces para hacer trabajar al pueblo.

   

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

1 Juan 2

Cristo, nuestro abogado

2 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo. Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Y en esto sabemos que lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos.

Él que dice: «Yo lo he llegado a conocer», y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda Su palabra, en él verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

Mandamiento sobre el amor fraternal

Amados, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que han tenido desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que han oído. Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera ya está alumbrando. El que dice que está en la Luz y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la Luz y no hay causa de tropiezo en él. 11 Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

No amen lo que está en el mundo

12 Les escribo a ustedes, hijos, porque sus pecados les han sido perdonados por el nombre de Cristo. 13 Les escribo a ustedes, padres, porque conocen a Aquel que ha sido desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno. Les he escrito a ustedes, niños, porque conocen al Padre. 14 Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen a Aquel que ha sido desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno.

15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Advertencias contra el anticristo

18 Hijitos, es la última hora, y así como oyeron que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la última hora. 19 Ellos salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros. 20 Pero ustedes tienen la unción del Santo, y todos ustedes lo saben.

21 No les he escrito porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre. 24 En cuanto a ustedes, que permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio. Si en ustedes permanece lo que oyeron desde el principio, ustedes también permanecerán en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que Él mismo nos hizo: la vida eterna. 26 Les he escrito estas cosas respecto a los que están tratando de engañarlos.

27 En cuanto a ustedes, la unción que recibieron de Él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que nadie les enseñe. Pero así como Su unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como les ha enseñado, ustedes permanecen en Él. 28 Y ahora, hijos, permanezcan en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en Su venida. 29 Si saben que Él es justo, saben también que todo el que hace justicia es nacido de Él.

   

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Nahúm 1

La ira de Dios contra Nínive

1 Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos.

Dios celoso y vengador es el SEÑOR; Vengador es el SEÑOR e irascible. El SEÑOR se venga de Sus adversarios, Y guarda rencor a Sus enemigos. El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, Y ciertamente el SEÑOR no dejará sin castigo al culpable. En el torbellino y la tempestad está Su camino, Y las nubes son el polvo de Sus pies. Él reprende al mar y lo hace secar, Y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, Y las flores del Líbano se marchitan. Los montes tiemblan ante Él, Y los collados se derriten. Sí, en Su presencia se levanta la tierra, El mundo y todos los que en él habitan. En presencia de Su indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de Su ira? Su furor se derrama como fuego, Y las rocas se despedazan ante Él. Bueno es el SEÑOR, Una fortaleza en el día de la angustia, Y conoce a los que en Él se refugian. Pero con inundación desbordante Pondrá fin a su lugar, Y perseguirá a Sus enemigos aun en las tinieblas.

Lo que tramen contra el SEÑOR, Él lo hará completa destrucción; No surgirá dos veces la angustia. 10 Porque ellos, como espinos enmarañados, Y ebrios con su bebida, Serán consumidos como paja totalmente seca. 11 De ti ha salido El que ha tramado el mal contra el SEÑOR, Un consejero perverso. 12 Así dice el SEÑOR: «Aunque estén con todo su vigor y por más que sean muchos, Aun así serán cortados y desaparecerán. Aunque te haya afligido, Judá No te afligiré más. 13 Y ahora, quebraré su yugo de sobre ti, Y romperé tus coyundas».

14 El SEÑOR ha dado una orden en cuanto a ti: «No se perpetuará más tu nombre. De la casa de tus dioses Arrancaré los ídolos y las imágenes de fundición. Yo prepararé tu sepultura, porque eres vil».

15 Miren, sobre los montes andan Los pies del que trae buenas nuevas, Del que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, Cumple tus votos. Porque nunca más volverá A pasar por ti el malvado; Ha sido exterminado por completo.

   

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Lucas 17

Advertencias a los discípulos

17 Jesús dijo a Sus discípulos: «Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños. ¡Tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo».

La fe y el servicio

Los apóstoles dijeron al Señor: «¡Auméntanos la fe!». Entonces el Señor dijo: «Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.

»¿Quién de ustedes tiene un siervo arando o pastoreando ovejas, y cuando regresa del campo, le dice: “Ven enseguida y siéntate a comer”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame algo para cenar, y vístete adecuadamente, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso le da las gracias al siervo porque hizo lo que se le ordenó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha ordenado, digan: “Siervos inútiles somos; hemos hecho solo lo que debíamos haber hecho”».

Los diez leprosos

11 Aconteció que mientras Jesús iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, 12 y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, 13 y gritaron: «¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!».

14 Cuando Él los vio, les dijo: «Vayan y muéstrense a los sacerdotes». Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios. 15 Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. 16 Cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y le dio gracias; y este era samaritano. 17 Jesús le preguntó: «¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?». 19 Entonces le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha sanado».

Llegada del reino de Dios

20 Habiendo preguntado los fariseos a Jesús cuándo vendría el reino de Dios, Él les respondió: «El reino de Dios no viene con señales visibles, 21 ni dirán: “¡Miren, aquí está!” o: “¡Allí está!”. Porque, el reino de Dios está entre ustedes».

22 Y a los discípulos les dijo: «Vendrán días cuando ustedes ansiarán ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. 23 Y les dirán: “¡Miren allí! ¡Miren aquí!”. No vayan, ni corran tras ellos24 Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en Su día. 25 Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación.

26 »Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

28 »Fue lo mismo que ocurrió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; 29 pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos.

30 »Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado. 31 En ese día, el que esté en la azotea y tenga sus bienes en casa, no descienda a llevárselos; y de igual modo, el que esté en el campo no vuelva atrás. 32 Acuérdense de la mujer de Lot. 33 Todo el que procure preservar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la conservará. 34 Les digo que en aquella noche dos estarán en una cama; uno será tomado y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo en el mismo lugar; una será tomada y la otra será dejada. 36 Dos estarán en el campo; uno será tomado y el otro será dejado».

37 Respondiendo ellos, le dijeron*: «¿Dónde, Señor?». Y Él les dijo: «Donde esté el cuerpo, allí también se juntarán los buitres».

   

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