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Definición

Los bautistas creen en la Biblia como autoridad máxima, en una iglesia regenerada y bautizada, en la autonomía de la iglesia local y en la libertad religiosa para todos.

Sumario

Este ensayo analiza el origen de los bautistas: sus distintivos, autoridad bíblica, membresía regenerada de la iglesia, bautismo por inmersión, autonomía de la iglesia local, competencia del alma y sacerdocio de todos los creyentes, libertad religiosa para todas las personas y sus diversas afinidades y afiliaciones.

Introducción

Los bautistas son uno de los pocos grupos religiosos cuyos adherentes disputan sus propios inicios. Una minoría de bautistas sostiene que las iglesias bautistas se originaron en el siglo I, deduciendo su afirmación del hecho de que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. Otros bautistas atribuyen sus orígenes a los anabaptistas del siglo XVI, quienes rechazaron las alianzas entre la Iglesia y el Estado y sustituyeron el bautismo de niños por el de creyentes. Sin embargo, la mayoría de los historiadores sostienen que los inicios del movimiento bautista se remontan al siglo XVII, cuando un pequeño grupo se separó de la Iglesia de Inglaterra y formó una iglesia basada en el principio de la membresía regenerada tras el bautismo del creyente. Aunque la iglesia se originó en Ámsterdam en 1609, una parte de sus miembros regresó a Inglaterra en 1611, donde el movimiento bautista echó raíces a pesar de la fuerte persecución. A partir de esos inicios han surgido cientos de grupos bautistas en todo el mundo.

En general, los bautistas tienen mucho en común con otras denominaciones cristianas. Creen que hay un Dios que existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creen que los seres humanos son pecadores que necesitan la salvación; que el Padre envió a su Hijo, que es totalmente Dios y totalmente hombre, para morir por los pecadores; y que solo por la gracia se convierten en hijos de Dios por medio de la fe en Cristo. Los bautistas creen que el Espíritu Santo actúa en el mundo actual regenerando a los pecadores y equipando a los creyentes. Por último, los bautistas creen que Dios llevará al mundo a un final apropiado en su propio tiempo y a su manera; también que juzgará a los vivos y a los muertos; y que todos los que están en Cristo le adorarán para siempre.

Pero hay creencias que diferencian a los bautistas de otras denominaciones. Es importante señalar que los bautistas no se distinguen por una creencia en particular, como el bautismo; más bien, los bautistas mantienen todo un conjunto de creencias como sus distintivos denominacionales. Este conjunto de creencias incluye la Biblia como autoridad máxima en materia de fe y práctica, una iglesia regenerada compuesta por creyentes bautizados, el reconocimiento de la autonomía de la iglesia local y la libertad religiosa para todos.

Autoridad bíblica

A los bautistas se les suele llamar el «pueblo del Libro» por su énfasis en la Biblia como única autoridad para la fe y la práctica. Los bautistas suelen describir la Biblia como infalible y muchos afirman que la Biblia es inerrante. Ningún otro escrito se sitúa junto a la Biblia con igual autoridad y ninguna persona tiene el derecho de imponer una interpretación final. Aun así, los bautistas han adoptado tradicionalmente confesiones de fe para resumir sus creencias sobre la Biblia. Una muestra de confesiones bautistas incluye la Segunda confesión de fe bautista de Londres (1689); la Confesión de Fe de Filadelfia (1742); la Confesión de Fe de New Hampshire (1833); y la Fe y Mensaje Bautistas (1925, 1963, 2000). Las confesiones modernas son específicas en áreas claves (como la naturaleza de Dios o la composición de la iglesia) que reflejan la genuina unidad bautista, pero son amplias en otras áreas (como los puntos de vista sobre la elección o la escatología) con el fin de incluir a los bautistas a pesar de sus diferencias. A diferencia de la Biblia, las confesiones pueden ser revisadas por los bautistas para actualizar o clarificar su entendimiento de las doctrinas bíblicas.

La membresía de la iglesia regenerada

Los bautistas creen que la iglesia local consiste en personas que profesan la fe en Jesucristo como su Señor y Salvador, ya que la primera mención de la palabra «iglesia» en el Nuevo Testamento está relacionada con la confesión de que Jesús es el Hijo de Dios (Mt 16:13-18). Aunque son conscientes de que su juicio es falible, los bautistas buscan una profesión de fe creíble antes de admitir a las personas como miembros. La admisión de nuevos miembros a la iglesia puede ser tan simple como afirmar a los que se acercan durante un «llamado al altar» al final de un servicio; o puede involucrar más con una entrevista personal o completar una clase de nuevos miembros. A la luz del hecho de que algunos cristianos profesantes se apartan de la iglesia o viven vidas marcadas por una inmoralidad impenitente, los bautistas históricamente han utilizado los pactos de la iglesia y han practicado la disciplina eclesiástica para removerlos de la membresía (Mt 18:15-17).

El bautismo de creyentes por inmersión

Los bautistas rechazan el bautismo de niños sobre la base de textos como Mateo 28:19, que presume que solo los discípulos serán bautizados. Además, el bautismo no salva ni promete la salvación futura. Por lo tanto, creen que el bautismo debe seguir a la conversión, ya que es un símbolo externo de una gracia interna (Gá 3:27). Los bautistas creen que el modo apropiado de bautismo es por inmersión, colocando a la persona completamente bajo las aguas bautismales. La base de esta práctica es que la palabra griega para bautismo significa «sumergirse, sumergir o inmersión». Además, dado que los símbolos pretenden comunicar verdades importantes, la inmersión simboliza mejor la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Ro 6:3-6). Algunos bautistas, como los bautistas Landmark, solo reconocen los bautismos realizados en una iglesia bautista. Algunos bautistas también practican la «comunión íntima», que permite que solo aquellos que han sido bautizados como creyentes participen en la Cena del Señor.

Autonomía de la iglesia local

Dado que Mateo 18:15-17 presenta a la iglesia local como la corte final de apelación en la determinación de su membresía, los bautistas no otorgan a ninguna entidad por encima de la iglesia la autoridad sobre los asuntos de la iglesia local. Los bautistas también operan bajo una política congregacional en la que los miembros tienen la última palabra en los asuntos que gobiernan la iglesia local. Así, las iglesias bautistas seleccionan a sus propios pastores, determinan su presupuesto operativo y son propietarias de sus bienes. Aunque las iglesias bautistas son autónomas, la mayoría coopera voluntariamente entre sí en varios niveles, incluyendo las asociaciones locales y las convenciones estatales y nacionales. Dichos esfuerzos de cooperación permiten a las iglesias bautistas hacer más cosas juntas de las que pueden hacer por separado, tales como la formación de misioneros, la provisión de educación universitaria y de seminarios, la movilización para la ayuda en caso de catástrofes y el aseguramiento de las prestaciones de jubilación. Aun así, la iglesia local es el fundamento de las asociaciones y las convenciones, por lo que ninguna de ellas puede entrometerse ni interferir en la vida de una iglesia bautista local. Otros bautistas, como los bautistas independientes, evitan la cooperación más allá del nivel local.

La competencia del alma y el sacerdocio de todos los creyentes

La competencia del alma reconoce que todo cristiano tiene libre acceso a Dios por la mediación de Jesús (Heb 4:14-16). Por lo tanto, no hay necesidad de pasar por un sacerdote —o mediador humano— para tener una relación con Dios. El sacerdocio de todos los creyentes implica que cada cristiano es un ministro, sin que haya diferencia entre el clero y los laicos en cuanto a su estatus y privilegio ante Dios. Aunque todos los bautistas tienen un papel y una voz en la iglesia, los bautistas reconocen la necesidad de personas específicamente apartadas para el ministerio. Las iglesias bautistas suelen seguir la estructura de liderazgo que incluye pastores, ancianos, diáconos y comités. Las calificaciones para pastores, ancianos y diáconos se dan en las cartas pastorales (1 Ti 3:1-13 y Tit 1:5-9). La mayoría de los bautistas restringen el cargo de pastor a los hombres (1 Ti 2:12), aunque otros bautistas, como el Compañerismo Cooperativo Bautista, creen que las mujeres pueden y deben ser pastoras (Gá 3:27-29).

Libertad religiosa para todas las personas

Los bautistas han afirmado y defendido el derecho de todas las personas a adherirse a la religión de su elección o a rechazar por completo los compromisos religiosos. Los bautistas creen que todas las personas deben poder practicar su fe sin restricciones y difundirla sin obstáculos. Estos ideales se promueven mejor en el contexto de la separación de la Iglesia y el Estado, que los bautistas han afirmado por una serie de razones: la religión, para ser genuina, debe ser voluntaria, no coaccionada; la iglesia es susceptible de corrupción si es gobernada por el Estado; los políticos no siempre entienden o aprecian los matices de las convicciones teológicas; y la opinión popular nunca puede sustituir los mandamientos del Dios eterno. La libertad religiosa, por tanto, no es un don del gobierno, sino un don de Dios.

Diversidad de bautistas

Si bien los bautistas están de acuerdo en lo esencial con los compromisos teológicos antes mencionados, existen ciertas creencias que diferencian a varios grupos bautistas entre sí. Los bautistas generales afirman una expiación general, mientras que los bautistas particulares afirman una expiación limitada. Los bautistas del sur formaron su denominación como reacción a la negativa de la Convención Trienal (una red de bautistas del norte y del sur) a designar como misioneros a los propietarios de esclavos; la Convención Nacional Bautista de EE.UU., Inc., se formó después de la Guerra Civil estadounidense y es la convención religiosa afroamericana más antigua y más grande de la nación. Los bautistas misioneros participaron activamente en las misiones a finales del siglo XIX, lo que dio lugar a los bautistas primitivos, que condenaron a las agencias misioneras como rivales no bíblicos de la iglesia local. Los bautistas fundamentales miran al pasado con su comprensión de que Jesús fundó la iglesia bautista en el primer siglo, mientras que los bautistas del séptimo día consideran que el último día de la semana es el día en que las iglesias bautistas deben reunirse para el culto. La Alianza Bautista Mundial no es una denominación, sino una red de múltiples grupos bautistas que proporciona un testimonio visible de la presencia global de los bautistas en todo el mundo.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition.


Este ensayo es parte de la serie Concise Theology (Teología concisa). Todas las opiniones expresadas en este ensayo pertenecen al autor. Este ensayo está disponible gratuitamente bajo la licencia Creative Commons con Attribution-ShareAlike (CC BY-SA 3.0 US), lo que permite a los usuarios compartirlo en otros medios/formatos y adaptar/traducir el contenido siempre que haya un enlace de atribución, indicación de cambios, y se aplique la misma licencia de Creative Commons a ese material. Si estás interesado en traducir nuestro contenido o estás interesado en unirte a nuestra comunidad de traductores, comunícate con nosotros.

Lecturas adicionales

Historia general de los bautistas

  • David Bebbington, Baptists Through the Centuries: A History of a Global People (Waco, TX: Baylor University Press, 2010; 2nd edition, 2018).
  • Anthony Chute, Nathan Finn, and Michael Haykin, The Baptist Story: From English Sect to Global Movement (Nashville, TN: B&H Academic, 2015).
  • Leon McBeth, The Baptist Heritage: Four Centuries of Baptist Witness (Nashville, TN: Broadman Press, 1987).

Libros de principios bautistas

  • Mark Dever and Jonathan Leeman, eds., Baptist Foundations: Church Government for an Anti-Institutional Age (Nashville, TN: B&H Academic, 2015).
  • James Leo Garrett, Baptist Theology: A Four Century Study (Macon, GA: Mercer University Press, 2009).
  • Timothy and Denise George, eds., Baptist Confessions, Covenants, and Catechisms (Nashville, TN: B&H Publishing, 1996).
  • John Hammett, Biblical Foundations for Baptist Churches: A Contemporary Ecclesiology (Grand Rapids, MI: Kregel Academic, 2005; revised and expanded edition, 2019).

Recursos en línea