El afán por la admiración humana: una enfermedad que solo el evangelio cura
«Que infantil que los hijos de Dios, teniendo todo en Jesús, persigamos la admiración de las personas».
«Que infantil que los hijos de Dios, teniendo todo en Jesús, persigamos la admiración de las personas».
Si tu tesoro está en la tierra, tu estabilidad emocional está en peligro. Descubre por qué valorar a Cristo por encima de todo te permite confiar plenamente en Él.
En el poder de Su Espíritu, y por la seguridad del amor de Cristo, derribemos nuestros ídolos porque solo Jesús es digno de nuestra confianza y adoración.
Todos nuestros anhelos insatisfechos serán parte de todas las cosas que nos encaminaron hacia el deleite en nuestro Redentor.
Un cristiano boicotea su propia vida y salud espiritual cuando deja de asistir a la iglesia porque, para un verdadero hijo de Dios, congregarse es una necesidad.