Hombres, trabajemos para la gloria de Dios.
Cuando los hombres cristianos trabajamos, debemos iniciar con el entendimiento de que todo lo que hacemos es una oportunidad para darle gloria a Dios.
Cuando los hombres cristianos trabajamos, debemos iniciar con el entendimiento de que todo lo que hacemos es una oportunidad para darle gloria a Dios.
El dominio propio no se trata de controlarte por tu bien, sino de ser guiado por Cristo para amar a los demás.
A diferencia de los encuentros humanos, los encuentros con Jesús nunca decepcionan. Al contrario, nos transforman en modos que no sabíamos que necesitábamos.
¿Qué hace que un padre sea verdaderamente un héroe para sus hijos?