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UN PLAN DE LECTURA BÍBLICA Y DEVOCIONAL EN COLABORACIÓN CON LA NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS Y ANDAMIO EDITORIAL
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Lectura de Hoy

Devocional: Números 3

Desde Sinaí, los levitas son tratados de manera diferente a las otras tribus: ellos son los únicos que manejan el tabernáculo y sus objetos asociados, los sacerdotes procederían de sus filas, no reciben ninguna asignación concreta de territorio, sino que se encuentran esparcidos por toda la nación, etc. Pero en Números 3, se presenta uno de sus rasgos distintivos más llamativos.

Se contaron todos los varones de a partir de un mes de edad de la tribu de Leví. Eran un total de 22.000 (3:39). Luego se contaron todos los primogénitos de más de un mes de edad de todas las demás tribus. Eran 22.273 (3:43). La diferencia entre las dos cifras era 273. Dios declara que, habiéndoseles perdonado la vida a los primogénitos de Israel en la primera Pascua en Egipto, los primogénitos le pertenecen de manera especial (3:13). Se da por sentado que ellos también tenían que haber muerto: intrínsecamente, no eran en absoluto superiores a los egipcios que sí murieron. Habían sido protegidos por la sangre del cordero de la Pascua según Dios prescribió. Evidentemente, Dios no iba a reclamarles ahora la vida a todos los primogénitos de Israel. En lugar de esto, insiste en que ellos sean suyos de manera especial –aceptando, en vez de todos los varones primogénitos de Israel, a todos los varones de la tribu levita. Puesto que las dos sumas no coinciden exactamente, los 273 varones primogénitos se tienen que redimir de alguna otra manera, por lo cual se aplica un impuesto de redención (3:46-48).

Aquí hay algunas lecciones que aprender. Una de ellas está implícita en el texto, y ya la hemos subrayado: los israelitas no eran intrínsecamente superiores a los egipcios, ni quedaban exentos de la ira del ángel destructor. Lo que es más importante, los que se salvaron por la sangre del cordero pertenecen a Yahvé de una manera especial. Si Dios ha aceptado la sangre derramada a favor de ellos, no pide que mueran: lo que pide es que vivan para él y para servirle. Debido a los requisitos del pacto de Sinaí, se acepta un sustituto: los levitas hacen las veces de todos aquellos israelitas que fuesen incluidos bajo los términos de este requisito del pacto.

El cumplimiento de estas pautas bajo las condiciones del nuevo pacto no es difícil de encontrar. Seremos salvados de la muerte a causa del Cordero Pascal por excelencia (1 Corintios 5:7). Los que han sido salvados por su sangre le pertenecen al Señor de manera especial: es decir, no sólo por creación sino también por redención (1 Corintios 6:20). Él pide que vivamos para él y a su servicio, y en este aspecto constituimos una nación de sacerdotes (1 Pedro 2:5-6; Apocalipsis 1:6).

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Cantares 1

Aunque (o quizás porque) Cantar de los Cantares es uno de los libros más difíciles de la Biblia, ha sido extraordinariamente popular entre los judíos y los cristianos. Ha dado lugar a un gran número de comentarios y sermones. Disponemos de muy poco espacio para abrir un debate, pero quizás he de mencionar mis conclusiones iniciales sobre cuatro asuntos antes de reflexionar en Cantares 1.

(1) Algunos han negado que este libro trate principalmente del amor sexual, diciendo que es una alegoría del amor entre Jehová e Israel, o entre Cristo y la iglesia. Yo no comparto ese punto de vista. Demasiados detalles de Cantares son tan explícitamente humanos y sexuales (mucho más cuando se aprecia el antiguo simbolismo semítico) que es improbable que el significado del texto sea alegórico. Además, existen muchas analogías en otras piezas de poesía amorosa de la literatura sapiencial del antiguo Oriente Próximo, por lo que llegamos a la conclusión de que este género era muy conocido.

(2) Por otro lado, después de reconocer plenamente el amor humano y sexual que este libro celebra, ya que Dios nos ha hecho con esas dos características, y la literatura sapiencial se centra a menudo en la gloria del orden creado, puede que no nos equivoquemos si vemos también, dentro del marco del canon, una conexión tipológica con Dios e Israel, con Cristo y la iglesia. Este tema aparece repetidamente en ambos testamentos (véase, por ejemplo, Oseas o Apocalipsis 1).

(3) Algunos han visto tres personajes principales en este libro: la mujer, su amante el pastor y el rey lascivo que está intentando incluir a aquella en su harén. En conjunto, parece mejor tener en cuenta solamente a dos de ellos, la mujer y el rey-pastor-amante. Las “doncellas” que aparecen varias veces (p. ej., 1:5) son las compañeras de ella.

(4) Aunque parece razonablemente claro que la consumación tiene lugar en 3:6—5:1, junto con el cántico nupcial, no significa que no haya matices sexuales anteriormente en el libro. No obstante, lejos de avalar la promiscuidad (como algunos comentaristas han sugerido), el libro está comprometido con el amor exclusivo y monógamo. Lo que queda menos claro es si el pensamiento es secuencial, meramente lineal.

La “amada”, la mujer, toma frecuentemente la iniciativa (1:2ss.), aunque no está segura de sí misma. Su larga exposición al sol, impuesta aparentemente por sus hermanos (¿habría muerto el padre?), que insisten en que ella cuide de las viñas, significa que es una joven del campo de tez oscura (1:5-7). Sus amigas le transmiten confianza (1:8), así como su amante (1:9-11). Después de su sensual soliloquio (1:12-14), una serie de diálogos entre ambos ponen fin a la sección (1:15—2:2). Nos viene a la memoria Proverbios 30:19.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

Números 3

Censo de los levitas

3 Y estos son los registros de los descendientes de Aarón y Moisés, el día en que el SEÑOR habló con Moisés en el monte Sinaí. Estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab, el primogénito, Abiú, Eleazar e Itamar. Estos son los nombres de los hijos de Aarón, los sacerdotes ungidos, a quienes él ordenó para que ministraran como sacerdotes. Pero Nadab y Abiú murieron delante del SEÑOR cuando ofrecieron fuego extraño ante el SEÑOR en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos. Y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio durante la vida de su padre Aarón.

Entonces el SEÑOR habló a Moisés: «Haz que se acerque la tribu de Leví y ponlos delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan. Ellos se encargarán de las obligaciones de él y de toda la congregación delante de la tienda de reunión, para cumplir con el servicio del tabernáculo. También guardarán todos los utensilios de la tienda de reunión, junto con las obligaciones de los israelitas, para cumplir con el servicio del tabernáculo. Darás, pues, los levitas a Aarón y a sus hijos; le son dedicados por completo de entre los israelitas. 10 Y designarás a Aarón y a sus hijos para que se encarguen de su sacerdocio; pero el extraño que se acerque será muerto».

11 El SEÑOR dijo además a Moisés: 12 «Yo he tomado a los levitas de entre los israelitas en lugar de todos los primogénitos, los que abren el seno materno de entre los israelitas. Los levitas, pues, serán Míos. 13 Porque Mío es todo primogénito; el día en que herí a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, consagré para Mí a todos los primogénitos en Israel, desde el hombre hasta el animal. Míos serán; Yo soy el SEÑOR».

14 Después el SEÑOR habló a Moisés en el desierto de Sinaí: 15 «Cuenta a los hijos de Leví por sus casas paternas, por sus familias; contarás todo varón de un mes arriba». 16 Entonces Moisés los contó conforme a la orden del SEÑOR, tal como se le había ordenado. 17 Estos, pues, son los hijos de Leví por sus nombres: Gersón, Coat y Merari. 18 Estos son los nombres de los hijos de Gersón por sus familias: Libni y Simei; 19 y los hijos de Coat, por sus familias: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel; 20 y los hijos de Merari, por sus familias: Mahli y Musi. Estas son las familias de los levitas conforme a sus casas paternas.

21 De Gersón era la familia de Libni y la familia de Simei; estas eran las familias de los gersonitas. 22 Los enumerados de ellos, o sea en la cuenta de todos los varones de un mes arriba, fueron 7,500. 23 Las familias de los gersonitas acampaban detrás del tabernáculo, al occidente; 24 el jefe de las casas paternas de los gersonitas era Eliasaf, hijo de Lael. 25 Las responsabilidades de los hijos de Gersón en la tienda de reunión incluían el tabernáculo y la tienda, su cubierta, el velo de la entrada de la tienda de reunión, 26 las cortinas del atrio, el velo para la entrada del atrio que está alrededor del tabernáculo y del altar, y sus cuerdas, conforme a todo su servicio.

27 Y de Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; estas eran las familias de los coatitas. 28 Según el censo de todos los varones de un mes arriba, había 8,600 que desempeñaban los deberes del santuario. 29 Las familias de los hijos de Coat acampaban al lado sur del tabernáculo. 30 El jefe de las casas paternas de las familias coatitas era Elizafán, hijo de Uziel. 31 A cargo de ellos estaban el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, el velo y todo su servicio. 32 El principal de los jefes de Leví era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, encargado de los guardas que cuidaban el santuario.

33 De Merari eran la familia de los mahlitas y la familia de los musitas; estas eran las familias de Merari. 34 Los enumerados en el censo de todos los varones de un mes arriba eran 6,200. 35 Y el jefe de las casas paternas de las familias de Merari era Zuriel, hijo de Abihail. Estas familias acampaban al lado norte del tabernáculo. 36 A cargo de los hijos de Merari estaban el maderaje del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas, todos sus utensilios y el servicio relacionado con ellos, 37 las columnas alrededor del atrio con sus basas, sus estacas y sus cuerdas.

38 Los que acampaban delante del tabernáculo al oriente, delante de la tienda de reunión hacia la salida del sol, eran Moisés, Aarón y sus hijos, desempeñando los deberes del santuario para cumplir la obligación de los israelitas; pero el extraño que se acercara, moriría. 39 Todos los enumerados de los levitas, que Moisés y Aarón contaron por sus familias por mandato del SEÑOR, todos los varones de un mes arriba, eran 22,000.

Redención de los primogénitos

40 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: «Cuenta a todos los primogénitos varones de los israelitas de un mes arriba, y haz una lista de sus nombres. 41 Tomarás a los levitas para Mí en lugar de todos los primogénitos de los israelitas, y el ganado de los levitas en lugar de todos los primogénitos del ganado de los israelitas. Yo soy el SEÑOR». 42 Y Moisés contó a todos los primogénitos de los israelitas, tal como el SEÑOR le había ordenado; 43 y todos los primogénitos varones conforme al número de sus nombres de un mes arriba, los enumerados eran 22,273.

44 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: 45 «Toma a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas, y el ganado de los levitas. Los levitas serán Míos. Yo soy el SEÑOR. 46 Y como precio de rescate por los 273 de los primogénitos de los israelitas que exceden a los levitas, 47 tomarás cinco siclos (57 gramos de plata) por cada uno; los tomarás conforme al siclo del santuario; el siclo (11.4 gramos de plata) tiene veinte geras, 48 y da el dinero, el rescate de los que hay en exceso entre ellos, a Aarón y a sus hijos». 49 Moisés, pues, tomó el dinero de rescate de los que excedían el número de los redimidos por los levitas; 50 de los primogénitos de los israelitas tomó el dinero conforme al siclo del santuario, 1,365 siclos51 Entonces Moisés dio a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate, por mandato del SEÑOR, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.

   

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Salmo 37

El justo y el problema del mal

Salmo de David.

37 No te irrites a causa de los malhechores;
No tengas envidia de los que practican la iniquidad.
Porque como la hierba pronto se secarán
Y se marchitarán como la hierba verde.
Confía en el SEÑOR, y haz el bien;
Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad.
Pon tu delicia en el SEÑOR,
Y Él te dará las peticiones de tu corazón.
Encomienda al SEÑOR tu camino,
Confía en Él, que Él actuará;
Hará resplandecer tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

Confía callado en el SEÑOR y espera en Él con paciencia;
No te irrites a causa del que prospera en su camino,
Por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.
Deja la ira y abandona el furor;
No te irrites, solo harías lo malo.
Porque los malhechores serán exterminados,
Pero los que esperan en el SEÑOR poseerán la tierra.
10 Un poco más y no existirá el impío;
Buscarás con cuidado su lugar, pero él no estará allí.
11 Pero los humildes poseerán la tierra
Y se deleitarán en abundante prosperidad.

12 El impío trama contra el justo,
Y contra él rechina sus dientes.
13 El Señor se ríe de él,
Porque ve que su día se acerca.
14 Los impíos han sacado la espada y entesado el arco
Para abatir al afligido y al necesitado,
Para matar a los de recto proceder.
15 Su espada les atravesará su propio corazón,
Y sus arcos serán quebrados.

16 Mejor es lo poco del justo
Que la abundancia de muchos impíos.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados,
Pero el SEÑOR sostiene a los justos.
18 El SEÑOR conoce los días de los íntegros,
Y su herencia será perpetua.
19 No serán avergonzados en el tiempo malo,
Y en días de hambre se saciarán.
20 Pero los impíos perecerán,
Y los enemigos del SEÑOR serán como las flores de los prados;
Desaparecen, se desvanecen como el humo.
21 El impío pide prestado y no paga,
Pero el justo es compasivo y da.
22 Porque los que son bendecidos por el SEÑOR poseerán la tierra,
Pero los maldecidos por Él serán exterminados.

23 Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre,
Y el SEÑOR se deleita en su camino.
24 Cuando caiga, no quedará derribado,
Porque el SEÑOR sostiene su mano.
25 Yo fui joven, y ya soy viejo,
Y no he visto al justo desamparado,
Ni a su descendencia mendigando pan.
26 Todo el día es compasivo y presta,
Y su descendencia es para bendición.

27 Apártate del mal y haz el bien,
Y tendrás morada para siempre.
28 Porque el SEÑOR ama la justicia,
Y no abandona a Sus santos;
Ellos son preservados para siempre,
Pero la descendencia de los impíos será exterminada.
29 Los justos poseerán la tierra,
Y para siempre morarán en ella.
30 La boca del justo profiere sabiduría
Y su lengua habla rectitud.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
No vacilan sus pasos.
32 El impío acecha al justo
Y procura matarlo.
33 El SEÑOR no dejará al justo en sus manos,
Ni permitirá que lo condenen cuando sea juzgado.
34 Espera en el SEÑOR y guarda Su camino,
Y Él te exaltará para que poseas la tierra.
Cuando los impíos sean exterminados, tú lo verás.

35 He visto al impío, violento,
Extenderse como frondoso árbol en su propio suelo.
36 Luego pasó, y ya no estaba;
Lo busqué, pero no se pudo encontrar.
37 Observa al que es íntegro, mira al que es recto;
Porque el hombre de paz tendrá descendencia.
38 Pero los transgresores serán destruidos a una;
La posteridad de los impíos será exterminada.
39 Pero la salvación de los justos viene del SEÑOR;
Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 El SEÑOR los ayuda y los libra;
Los libra de los impíos y los salva,
Porque en Él se refugian.

   

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Cantares 1

La esposa habla a las hijas de Jerusalén

1 El cantar de los cantares de Salomón.

LA ESPOSA:

«¡Que me bese con los besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
Tus ungüentos tienen olor agradable,
Tu nombre es como ungüento purificado;
Por eso te aman las doncellas.
Llévame en pos de ti y corramos juntos.
El rey me ha llevado a sus cámaras».

EL CORO:

«Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti,
Exaltaremos tu amor más que el vino.
Con razón te aman».

LA ESPOSA:

«Soy morena pero preciosa,
Oh hijas de Jerusalén,
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.
No se fijen en que soy morena,
Porque el sol me ha quemado.
Los hijos de mi madre se enojaron conmigo;
Me pusieron a guardar las viñas,
Pero mi propia viña no guardé.
Dime, amado de mi alma:
¿Dónde apacientas tu rebaño?
¿Dónde lo haces descansar al mediodía?
¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo
Junto a los rebaños de tus compañeros?».

EL CORO:

«Si tú no lo sabes,
¡Oh la más hermosa de las mujeres!,
Sal tras las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas
Junto a las cabañas de los pastores».

Diálogo entre los esposos

EL ESPOSO:

«A mi yegua, entre los carros de Faraón,
Yo te comparo, amada mía.
10 Hermosas son tus mejillas entre los adornos,
Tu cuello entre los collares».

EL CORO:

11 «Haremos para ti adornos de oro
Con cuentas de plata».

LA ESPOSA:

12 «Mientras el rey estaba a la mesa,
Mi perfume esparció su fragancia.
13 Mi amado es para mí como bolsita de mirra
Que reposa toda la noche entre mis pechos.
14 Ramillete de flores de alheña es mi amado para mí
En las viñas de En Gadi».

EL ESPOSO:

15 «¡Cuán hermosa eres, amada mía,
Cuán hermosa eres!
Tus ojos son como palomas».

LA ESPOSA:

16 «¡Cuán hermoso eres, amado mío,
Y tan placentero!
Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor.
17 Las vigas de nuestras casas son cedros,
Nuestros artesonados, cipreses».

   

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Hebreos 1

Dios habla por el hijo su palabra final al hombre

1 Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos.

El Hijo, superior a los ángeles

Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:

«HIJO MÍO ERES TÚ,
YO TE HE ENGENDRADO HOY»;

y otra vez:

«YO SERÉ PADRE PARA ÉL,
Y/ ÉL SERÁ HIJO PARA MÍ?».

De nuevo, cuando trae al Primogénito al mundo, dice:

«Y LO ADOREN TODOS LOS ÁNGELES DE DIOS».

De los ángeles dice:

«EL QUE HACE A SUS ÁNGELES, ESPÍRITUS,
Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO».

Pero del Hijo dice:

«TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS,
Y CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO.
HAS AMADO LA JUSTICIA Y ABORRECIDO LA INIQUIDAD;
POR LO CUAL DIOS, TU DIOS, TE HA UNGIDO
CON ÓLEO DE ALEGRÍA MÁS QUE A TUS COMPAÑEROS».

10 También:

«TÚ, SEÑOR, EN EL PRINCIPIO PUSISTE LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA,
Y LOS CIELOS SON OBRA DE TUS MANOS;
11 ELLOS PERECERÁN, PERO TÚ PERMANECES;
Y TODOS ELLOS COMO UNA VESTIDURA SE ENVEJECERÁN,
12 Y COMO UN MANTO LOS ENROLLARÁS;
COMO UNA VESTIDURA SERÁN MUDADOS.
PERO TÚ ERES EL MISMO,
Y TUS AÑOS NO TENDRÁN FIN».

13 Pero, ¿a cuál de los ángeles jamás ha dicho Dios:

«SIÉNTATE A MI DIESTRA
HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS
POR ESTRADO DE TUS PIES?».

14 ¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?

   

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