×

Pasamos casi un tercio de nuestras vidas trabajando. Por ejemplo, según la OCDE, México es el país que más horas trabaja en el mundo, con 2355 horas anuales, el equivalente a 43 horas por semana. Costa Rica le sigue de cerca con 2230 horas trabajadas al año en promedio.

Es claro que el entorno laboral representa una parte importante de nuestras vidas diarias. Como creyentes, debemos entonces preguntarnos, ¿qué significa vivir para Jesús en el lugar de trabajo? Esta es la pregunta que Tim Chester busca responder en su libro El trabajo centrado en el evangelio.

Una lectura productiva

Este recurso no es extenso en contenido, pero es un gran punto de partida para analizar nuestro trabajo a la luz de las Escrituras. Debo admitir que “juzgué el libro por su portada”, pensando que sería algo como un manual de acciones que me llevarían a hacer el trabajo más fácil. Estaba muy equivocado.

El trabajo centrado en el evangelio

El trabajo centrado en el evangelio

Poiema Publicaciones. 182 pp.
Poiema Publicaciones. 182 pp.

La forma en la que Chester organiza el material hace que podamos pasar más tiempo en el análisis que en la lectura. Eso se ve reflejado en las 3 grandes secciones del libro: El trabajo en el evangelio; El trabajo que transforma; y El trabajo misionero. Estas divisiones nos llevan literalmente de Génesis a Apocalipsis, para que podamos ver nuestro trabajo a la luz de la historia de la redención del hombre.

Además, cada capítulo mantiene una estructura fija con fundamentos básicos: Principio, Considéralo, Estúdialo, Contextualízalo, Pregúntate, y Aplícalo. Esto garantiza que podamos familiarizarnos con el texto fácilmente y leer con más agilidad; incluso lo hace ideal para el estudio en grupos.

Dios pone orden

Como mencioné antes, Tim Chester nos lleva paso a paso por la historia de la redención, mostrándonos que el principio y fin de todo es Dios mismo.

En el principio, Dios trabajó y vio que el resultado era bueno. Por lo tanto, tenemos un propósito en el trabajo: “Dios nos da un mandato para crear, inventar, explorar, descubrir, desarrollar, producir, comprar y vender. Dios misericordiosamente nos invita a participar con Él en la tarea de producir un mundo hermoso que le dé gloria” (p. 13).

El pecado afectó el trabajo desde la caída —ahora luchamos y sudamos— pero existe una razón más grande para seguir laborando: “Fuimos hechos para algo más que el trabajo. Fuimos hechos para Dios mismo” (p. 21).

Jesús transforma el trabajo y el trabajo transforma al mundo: “No somos lo que hacemos. La gracia de Dios quita toda carga porque no depende de nosotros, sino de lo que Dios ha hecho” (p. 33). Nuestro trabajo no nos define, es un medio a través del cual anunciamos al mundo quién es Jesús y lo que Él ha hecho.

Un trabajo que da fruto

Después de entender la obra redentora de Dios a través de Su propio trabajo en la humanidad, el autor apunta al impacto que puede tener una persona que lleva a Jesús al trabajo. A veces pensamos que ser cristiano significa aislarnos del mundo, ¡pero no es así! Nuestro llamado es mostrar a Cristo en lo que hacemos. Con Jesús en el centro podemos ser libres para seguir esforzándonos sin temerle al desempleo, a nuestros jefes, o a la opinión de los demás sobre nuestra forma de vivir.

“Nuestra actitud hacia la autoridad, la manera en la que tratamos a los compañeros de trabajo (sobre todo los que están debajo de nosotros en jerarquía), nuestra diligencia y nuestra integridad – todo esto va a recomendar a nuestro Salvador” (p. 86).

Este es el corazón del libro: Si somos transformados por el evangelio, entonces nuestras vidas —incluyendo el trabajo— estarán al servicio del reino de Dios. Si esto es verdad, entonces podemos descansar en que Él está en control de todo, incluso de los días más difíciles.

Debo confesar que una de las primeras cosas que pensé al tomar este libro era qué beneficio iba a obtener que se vería reflejado en mi trabajo, pero Dios me confrontó al leer la siguiente frase “Trabajamos y descansamos para la gloria de Dios. Lo que importa es Dios y su gloria” (p. 53).

Te invito a leer El trabajo centrado en el evangelio, no solo para beneficio propio sino para que aprendas a ser influencia para la gloria de Dios en tu familia, amigos, y compañeros de oficina.

Mañana que te levantes nuevamente, sin importar lo pesado, difícil, o cansado que sea tu trabajo, recuerda que Jesús ya lo ha hecho todo a tu favor y encuentra paz en estas palabras:

“En tu lugar de trabajo, el Padre vela por ti, el Hijo está a tu lado y El Espíritu vive dentro de ti. Dios está trabajando – en el trabajo” (p. 102).

CARGAR MÁS
Cargando