×

Hace unos años, una hermana en Cristo me recomendó escuchar las alabanzas de Sovereign Grace Music junto a la IBI. Llamó mi atención de manera especial la letra de la canción Yahweh. En ella redescubrí que este no es solo uno de los nombres con los que Dios se manifestó a su pueblo, sino que además tiene caracterizadas propiedades divinas como su eternidad, santidad y poder, que no se podían desligar de Él.

Lo mismo ocurre con los otros nombres de Dios, pues cada uno posee atributos a destacar de eso se trata el libro Por amor de su Nombre: Un estudio bíblico de los nombres hebreos de Dios (B&H en Español, 2021).

Las dos autoras de este libro colaboran en distintos ministerios. Catherine Scheraldi, esposa del pastor Miguel Núñez, es encargada del Ministerio de mujeres Ezer, de la Iglesia Bautista Internacional, y conduce el programa Mujer para la gloria de Dios. Jeanine Martínez es misionera en Guatemala, está casada con Alejandro Urrea y juntos sirven a la Iglesia Reforma. Ambas hacen un llamado a que cada lectora estudie, comprenda y aprecie los nombres de Dios de manera que este esfuerzo se vea reflejado en su propia vida.

Por amor de su nombre

Por amor de su nombre

B&H en Español. 196 páginas.

En Por amor de su Nombre: Un estudio bíblico de los nombres hebreos de Dios (B&H en Español, 2021), cada uno de estos nombres revela parte del carácter de Dios sin dejar de lado atributos divinos tales como su santidad, poder y eternidad, que el creyente necesita reconocer para aplicar en su vida los mandatos del único Dios verdadero. La Escritura afirma: «Pues como piensa dentro de sí, así es él» (Pr 23:7); este proverbio nos recuerda que aquello que llena nuestra mente y corazón pronto se verá reflejado en nuestras palabras, decisiones y acciones.

B&H en Español. 196 páginas.

Conocer los nombres de Dios nos ayuda a reflejarle

Tenemos un Dios que se manifiesta desde el inicio de las Escrituras en tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Comenzar con la doctrina de la Trinidad es clave para entender el hecho de que hablamos de «un mismo Dios que se presenta a los suyos con distintos nombres en ciertos contextos y que cada uno simboliza aspectos de Su carácter multifacético» (p. 11). A través de doce capítulos, las autoras exponen el significado de dieciséis nombres hebreos que reflejan la naturaleza de Dios, considerando el contexto bíblico que les rodea, su significado y la relación que tienen entre sí, porque no se desligan el uno del otro en ningún momento.

Cada uno de estos nombres revela parte del carácter de Dios sin dejar de lado atributos divinos tales como su santidad, poder y eternidad, que el creyente necesita reconocer para aplicar en su vida los mandatos del único Dios verdadero. La Escritura afirma: «Pues como piensa dentro de sí, así es él» (Pr 23:7); este proverbio nos recuerda que aquello que llena nuestra mente y corazón pronto se verá reflejado en nuestras palabras, decisiones y acciones.

Conocer los nombres de Dios nos ayuda a evangelizar

En la historia bíblica todo apunta a Cristo y al plan de salvación. Esto muestra el amor de Dios y a la vez nos permite conocer su justicia, sustento y soberanía. Un ejemplo de ello es el nombre Jehová tsidkenú.[1] Por medio de este nombre, Dios presenta su justicia absoluta (completamente distinta a la del ser humano) y, por tanto, demuestra también su soberanía, ya que «el Señor está por encima de todo lo que existe. En la Biblia Dios es representado en muchas ocasiones como nuestra diestra (o derecha), que significa que Él es nuestra justicia» (p. 141).

El creyente necesita priorizar la justicia soberana de Dios, no la rectitud según los estándares del mundo. Jehová tsidkenú se relaciona de forma directa con Jehová Nissi (el Señor es mi estandarte), que también «representa el único lugar seguro, la única identidad segura para el pueblo y los hijos de Dios: Dios mismo» (p. 157). Dios es nuestro estandarte, nuestra justicia y a quien debemos fidelidad y gloria por cada victoria. 

Reconocer la soberanía de Dios por sobre todo es primordial para poder reflejar su naturaleza en nuestra vida como creyentes y testificar al mundo del evangelio. El señorío de Dios en nuestras vidas es importante para que nuestro actuar testifique del poder transformador de Dios, hasta en lo más mínimo. Para lograrlo, también será necesario conocer las características de Dios descritas en la Palabra, pues es «imposible reflejar a quien no conocemos. Entonces, al conocer Sus características y estudiar Sus nombres, nuestra esperanza es que todas podamos enamorarnos más de nuestro Señor y, por ende, ser más fieles a Él y a Su Palabra» (p. 14).

Conocer los nombres de Dios nos ayuda a darle gloria

El proceso de estudiar lo que se puede conocer de la naturaleza de Dios no será fácil; habrá momentos en que solo al ver sus cualidades nos sentiremos como nada comparadas con tal majestuosidad. Sin embargo, ante ello debemos recordar y reconocer que «Dios capacita a quien llama. Él es quien hace la obra, nosotras somos siempre instrumentos en Sus manos (Fil 2:13)» (p. 61).

El camino que hay por delante está en manos de Aquel que nos llamó para su gloria y de quien proviene la paz que se puede obtener al volver al Creador en un mundo totalmente alejado de su nombre y naturaleza. Sin embargo, está en manos de cada creyente el acercarse a estudiar la Escritura que Él nos ha revelado Por amor de su Nombre y así darle la gloria que solo Él merece.


[1] Quienes conocen el idioma hebreo muy pronto notarán que el nombre Jehová tsidkenú tiene un error de imprenta que se ve desde la portada, donde escribieron tdsikenú, en lugar de tsidkenú. Sin embargo, esto no nos debe distraer del resto del contenido del libro que es realmente edificante.

CARGAR MÁS
Cargando