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La adopción es tan cercana al corazón de Dios que Él no tiene ni un solo hijo que no haya sido adoptado. Jesús, el Hijo de Dios, fue adoptado terrenalmente por José (Lucas 2:48). Nosotros, como hijos de Dios, hemos sido adoptados a su familia mediante Jesús (Efesios 1:5).

En este sermón, el pastor Jairo Namnún nos ayuda a entender que la adopción es el propósito final de la redención. Dios no eligió a un pueblo para sí, pagando sus pecados en la cruz y dándoles novedad de vida en el Espíritu, ¡para luego tener una serie de amigos y allegados! Dios envió a Su Hijo perfecto a la cruz para adoptarnos en su familia.

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