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UN PLAN DE LECTURA BÍBLICA Y DEVOCIONAL EN COLABORACIÓN CON LA NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS Y ANDAMIO EDITORIAL
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Lectura de Hoy

Devocional: Salmo 25

Una de las características más asombrosas del Salmo 25 es la diversidad de las necesidades acerca de las que David pide a Dios que le responda.

David corre el peligro de verse abrumado por completo por sus enemigos y, por tanto, expuesto a la vergüenza pública (25:2). Desea aprender los caminos de Dios y ser instruido por la verdad de Dios (25:4-5). Ruega que Dios pase por alto los pecados de su juventud rebelde (25:7) y además, reconoce que hay momentos en los que su iniquidad es grande y necesita ser perdonada (25:11). David confiesa que está solo y afligido, y que padece angustia (25:16-17). Habla de nuevo de su aflicción y dolor, alude otra vez a sus pecados y se siente amenazado por el cada vez mayor número de los enemigos que le odian (25:18-19). De hecho, a juzgar por el último versículo (25:22), cabe perfectamente la posibilidad de que David reconociese que sus propias crisis y fracasos hubiesen minado el bienestar del pueblo a quien servía como rey; por lo cual, su oración parece abarcarles también a ellos.

Por supuesto que es importante reflexionar en cómo Dios interviene con gracia en la experiencia de su pueblo, ayudándoles de unas maneras extraordinariamente diversas. No obstante, aquí quisiera señalar algo diferente, a saber: el hecho de que las crisis y las angustias que nos afligen están estrechamente vinculadas las unas con las otras. Las diferentes cosas que David menciona aquí no son los distintos puntos de una lista discontinua. Están inseparablemente vinculadas en varios sentidos.

Por ejemplo, cuando David pide que sus enemigos no le expongan a la vergüenza pública, reconoce que Dios mismo es el Juez absoluto, de modo que al final sufrirán la vergüenza pública todos aquellos que “traicionan sin razón” (25:3). Pero esto quiere decir que David mismo debe aprender los caminos y la verdad de Dios; necesita que sus propios pecados sean perdonados. Debe mantenerse humildemente fiel al pacto (25:9-10), temiendo a Dios como es debido (25:12,14). A causa de lo que sufre, no está únicamente afligido, sino también solo (25:16) – la angustia en un área nutre muy a menudo un sentimiento de terrible aislamiento, incluso de enajenamiento. No obstante, en las últimas peticiones del salmo, vemos que el salmista no se ha hundido en la autocompasión, sino que resumen estos vínculos ya establecidos: David necesita ser librado de sus enemigos, que sus pecados sean perdonados, que sus aflicciones sean aliviadas, y una integridad y rectitud personales, todo ello estando inseparablemente ligado a la protección de Dios mismo.

Aquí encontramos un autoconocimiento muy saludable. A veces, nuestras peticiones de alivio de la soledad están inmersas en el amor propio; en ocasiones nuestras peticiones de justicia no tienen en cuenta lo endémico que es el pecado, de modo que permanecemos indiferentes ante nuestra propia iniquidad. Pero aquí tenemos a alguien que no sólo conocía a Dios, sino que se conocía también a sí mismo.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Eclesiastés 3

Ahora, Qohelet, el Maestro, se fija en el tiempo (Eclesiastés 3:1- 17). De forma aislada, cabe entender los versículos 2-8 de varias maneras diferentes. Pueden relativizarlo todo: hay un tiempo para matar y otro para curar, un tiempo para amar y otro para odiar, etc. Para algunos, significa que no se deben hacer distinciones morales. Otros pueden tener la esperanza de manejar sus propios “tiempos”. No obstante, en el contexto, es mejor leer estos versículos como una señal de futilidad para aquellos que viven solo “bajo el sol”, y de la soberanía de Dios para los que abrazan una perspectiva más amplia.

El lector que ha leído el libro hasta 3:8 podría pensar que la sección poética de 3:1-8 es otra forma de decir: “Lo más absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo!” (cp. 1:2). Las estaciones del año pasan y vuelven; muchas de las cosas que experimentamos son generadas por las situaciones que afrontamos, pocas de las cuales controlamos. La persona feliz pierde a su cónyuge y se derrite en lágrimas; la nación pacífica se ve envuelta en una guerra; la doliente despojada se casa de nuevo y danza en su boda. Predicamos el amor, y cuando escuchamos acerca del Holocausto, insistimos en que la justicia exige que odiemos. Todo esto forma parte del mismo tejido sin sentido: “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (3:1). No es otra cosa que “la tarea que Dios ha impuesto al género humano” (3:10).

Sin embargo, el resto del pasaje cambia repentinamente de sabor. El Maestro no permitirá que permanezcamos en este ambiente contaminado. Dios “hizo todo hermoso en su momento” (3:11). Vemos tan poco del inmenso tapiz que el Todopoderoso está tejiendo… Qohelet no está, por tanto, relativizando el mal. Él conoce mejor que nadie que este es un mundo roto y caído. No obstante, declara que, lejos de la repetición inútil y los ciclos aburridos, lo que tiene lugar “bajo el sol” puede verse como un reflejo del diseño de Dios, con un “principio” y un “fin” (3:11) para el patrón. En ocasiones, atisbamos la gloria espectacular y caleidoscópica, pero nuestro horizonte es tan pequeño y nuestra confianza en Dios tan insignificante que tales visiones son raras. Sin embargo, Dios “puso en la mente humana el sentido del tiempo”. A diferencia de los perros o los chimpancés, sabemos que estamos inmersos en la eternidad y anhelamos ver más de lo que podemos de ese patrón; no alcanzamos “a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin” (3:11). Entretanto, es un “don de Dios” comer, trabajar y encontrar satisfacción en nuestro propio trozo del tapiz, felizmente conscientes de que “todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre” (3:13-14). Los ciclos que el incrédulo encuentra carentes de sentido y desesperantes incitan al creyente a ser fiel y a adorar.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

Levítico 20

Castigos por actos de inmoralidad

20 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Dirás también a los israelitas: “Cualquiera de los israelitas, o de los extranjeros que residen en Israel, que entregue alguno de sus hijos a Moloc, ciertamente se le dará muerte; el pueblo de la tierra lo matará a pedradas. Yo pondré Mi rostro contra ese hombre y lo exterminaré de entre su pueblo, porque ha entregado de sus hijos a Moloc, contaminando así Mi santuario y profanando Mi santo nombre. Pero si el pueblo de la tierra cierra sus ojos con respecto a ese hombre, cuando él entregue alguno de sus hijos a Moloc, y no le da muerte, entonces Yo mismo pondré Mi rostro contra ese hombre y contra su familia; y lo exterminaré de entre su pueblo, a él y a todos los que con él se prostituyan, prostituyéndose en pos de Moloc.

”En cuanto a la persona que vaya a los adivinos o a los espiritistas, para prostituirse en pos de ellos, también pondré Mi rostro contra esa persona y la exterminaré de entre su pueblo. Santifíquense, pues, y sean santos, porque Yo soy el SEÑOR su Dios. Guarden Mis estatutos y cúmplanlos. Yo soy el SEÑOR que los santifico.

”Todo aquel que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, su culpa de sangre sea sobre él.

10 ”Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro hombre, (que cometa adulterio con la mujer de su prójimo), el adúltero y la adúltera ciertamente han de morir. 11 Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos. 12 Si alguien se acuesta con su nuera, ciertamente han de morir los dos, han cometido grave perversión; su culpa de sangre sea sobre ellos. 13 Si alguien se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos. 14 Si alguien toma a una mujer y a la madre de ella, es una inmoralidad; él y ellas serán quemados para que no haya inmoralidad entre ustedes. 15 Si alguien tiene trato sexual con un animal, ciertamente se le dará muerte; también matarán al animal. 16 Si alguna mujer se llega a un animal para tener trato sexual con él, matarás a la mujer y al animal; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.

17 ”Si alguien toma a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, viendo la desnudez de ella, y ella ve la desnudez de él, es cosa abominable; serán exterminados a la vista de los hijos de su pueblo. Él ha descubierto la desnudez de su hermana, lleva su culpa. 18 Si alguien se acuesta con mujer menstruosa y descubre su desnudez, ha descubierto su flujo, y ella ha puesto al descubierto el flujo de su sangre; por tanto, ambos serán exterminados de entre su pueblo. 19 No descubrirás tampoco la desnudez de la hermana de tu madre, ni la de la hermana de tu padre, porque el que lo haga ha desnudado a su pariente carnal, ellos llevarán su culpa. 20 Si alguien se acuesta con la mujer de su tío, ha descubierto la desnudez de su tío; ellos llevarán su pecado. Sin hijos morirán. 21 Si alguien toma a la mujer de su hermano, es cosa aborrecible; ha descubierto la desnudez de su hermano. Se quedarán sin hijos.

22 ”Guarden, por tanto, todos Mis estatutos y todas Mis ordenanzas, y cúmplanlos, a fin de que no los vomite la tierra a la cual los llevo para morar en ella. 23 Además, no anden en las costumbres de la nación que Yo echaré de delante de ustedes; porque ellos hicieron todas estas cosas, Yo los aborrecí. 24 Por eso les he dicho: ‘Ustedes poseerán su tierra, y Yo mismo se la daré para que la posean, una tierra que mana leche y miel’. Yo soy el SEÑOR su Dios, que los he apartado de los pueblos. 25 Ustedes harán una distinción entre el animal limpio y el inmundo, entre el ave limpia y la inmunda; no hagan sus almas abominables por causa de animal o de ave o de cosa alguna que se arrastra sobre la tierra, los cuales Yo he apartado de ustedes por inmundos. 26 Sean ustedes santos, porque Yo, el SEÑOR, soy santo, y los he apartado de los pueblos para que sean Míos.

27 ”Si hay adivino o espiritista entre ellos, hombre o mujer, ciertamente han de morir; serán apedreados; su culpa de sangre sea sobre ellos”».

   

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Salmo 25

Oración pidiendo amparo, guía y perdón

Salmo de David.

25 A Ti, oh SEÑOR, elevo mi alma.
Dios mío, en Ti confío;
No sea yo avergonzado,
Que no se regocijen sobre mí mis enemigos.
Ciertamente ninguno de los que esperan en Ti será avergonzado;
Sean avergonzados los que sin causa se rebelan.

SEÑOR, muéstrame Tus caminos,
Enséñame Tus sendas.
Guíame en Tu verdad y enséñame,
Porque Tú eres el Dios de mi salvación;
En Ti espero todo el día.
Acuérdate, oh SEÑOR, de Tu compasión y de Tus misericordias,
Que son eternas.
No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;
Acuérdate de mí conforme a Tu misericordia,
Por Tu bondad, oh SEÑOR.

Bueno y recto es el SEÑOR;
Por tanto, Él muestra a los pecadores el camino.
Dirige a los humildes en la justicia,
Y enseña a los humildes su camino.
10 Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad
Para aquellos que guardan Su pacto y Sus testimonios.
11 Oh SEÑOR, por amor de Tu nombre,
Perdona mi iniquidad, porque es grande.

12 ¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR?
Él le instruirá en el camino que debe escoger.
13 En prosperidad habitará su alma,
Y su descendencia poseerá la tierra.
14 Los secretos del SEÑOR son para los que le temen,
Y Él les dará a conocer Su pacto.
15 De continuo están mis ojos hacia el SEÑOR,
Porque Él sacará mis pies de la red.

16 Vuélvete a mí y tenme piedad,
Porque estoy solitario y afligido.
17 Las angustias de mi corazón han aumentado;
Sácame de mis congojas.
18 Mira mi aflicción y mis trabajos,
Y perdona todos mis pecados.
19 Mira mis enemigos, que son muchos,
Y con odio violento me detestan.
20 Guarda mi alma y líbrame;
No sea yo avergonzado, porque en Ti me refugio.
21 La integridad y la rectitud me preserven,
Porque en Ti espero.
22 Oh Dios, redime a Israel
De todas sus angustias.

   

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Eclesiastés 3

Todo tiene su tiempo

3 Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo:

Tiempo de nacer, y tiempo de morir;
Tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
Tiempo de matar, y tiempo de curar;
Tiempo de derribar, y tiempo de edificar;
Tiempo de llorar, y tiempo de reír;
Tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar;
Tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras;
Tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo;
Tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido;
Tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
Tiempo de rasgar, y tiempo de coser;
Tiempo de callar, y tiempo de hablar;
Tiempo de amar, y tiempo de odiar;
Tiempo de guerra, y tiempo de paz.

¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? 10 He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen. 11 Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.

12 Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida; 13 además,  que todo hombre que coma y beba y vea lo bueno en todo su trabajo, que eso es don de Dios.

14 Sé que todo lo que Dios hace será perpetuo;
No hay nada que añadirle
Y no hay nada que quitarle.
Dios ha obrado así
Para que delante de Él teman los hombres.
15 Lo que es, ya ha sido,
Y lo que será, ya fue,
Porque Dios busca lo que ha pasado.
16 Aun he visto más bajo el sol:
Que en el lugar del derecho está la impiedad,
Y en el lugar de la justicia está la iniquidad.
17 Yo me dije:
«Al justo como al impío juzgará Dios»,
Porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra.

18 Me dije también en cuanto a los hijos de los hombres: «Ciertamente Dios los ha probado para que vean que son como los animales». 19 Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento de vida; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad.

20 Todos van a un mismo lugar.
Todos han salido del polvo
Y todos vuelven al polvo.

21 ¿Quién sabe si el aliento de vida del hombre asciende hacia arriba y el aliento de vida del animal desciende hacia abajo, a la tierra? 22 He visto que no hay nada mejor para el hombre que gozarse en sus obras, porque esa es su suerte. Porque ¿quién le hará ver lo que ha de suceder después de él?

   

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1 Timoteo 5

5 No reprendas con dureza al anciano, sino, más bien, exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos, a las ancianas, como a madres; a las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.

Responsabilidades hacia las viudas

Honra a las viudas que en verdad son viudas. Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan estos primero a mostrar piedad para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es agradable delante de Dios. Sin embargo la que en verdad es viuda y se ha quedado sola, tiene puesta su esperanza en Dios y continúa en súplicas y oraciones noche y día. Pero la que se entrega a los placeres desenfrenados, aun viviendo, está muerta. Ordena también estas cosas, para que sean irreprochables. Pero si alguien no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

Que la viuda sea puesta en la lista solo si no es menor de sesenta años, habiendo sido la esposa de un solo marido, 10 que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra.

11 Pero rehúsa poner en la lista a viudas más jóvenes, porque cuando sienten deseos sensuales, contrarios a Cristo, se quieren casar, 12 incurriendo así en condenación, por haber abandonado su promesa anterior. 13 Y además, aprenden a estar ociosas, yendo de casa en casa. Y no solo son ociosas, sino también charlatanas y entremetidas, hablando de cosas que no son dignas. 14 Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche. 15 Pues algunas ya se han apartado para seguir a Satanás. 16 Si alguna creyente tiene viudas en la familia, que las mantenga, y que la iglesia no lleve la carga para que pueda ayudar a las que en verdad son viudas.

Otras recomendaciones

17 Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. 18 Porque la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey cuando trilla», y: «El obrero es digno de su salario». 19 No admitas acusación contra un anciano, a menos de que haya dos o tres testigos. 20 A los que continúan en pecado, repréndelos en presencia de todos para que los demás tengan temor de pecar.

21 Te encargo solemnemente en la presencia de Dios y de Cristo Jesús y de Sus ángeles escogidos, que conserves estos principios sin prejuicios, no haciendo nada con espíritu de parcialidad. 22 No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad por los pecados de otros; guárdate libre de pecado. 23 Ya no bebas agua sola, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.

24 Los pecados de algunos hombres ya son evidentes, yendo delante de ellos al juicio; pero a otros, sus pecados los siguen. 25 De la misma manera, las buenas obras son evidentes, y las que no lo son no se pueden ocultar.

   

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