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UN PLAN DE LECTURA BÍBLICA Y DEVOCIONAL EN COLABORACIÓN CON LA NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS Y ANDAMIO EDITORIAL
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Lectura de Hoy

Devocional: Juan 17

Juan 17 se cita muy a menudo en círculos ecuménicos. Jesús ora a favor de “los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti… y así el mundo reconozca que tú me enviaste” (17:20-23). Lo que esto implica es que, al apoyar el movimiento ecuménico de todo corazón, uno contribuye a que la oración de Jesús se cumpla.

En efecto se trata de una oración muy importante. Pero hay que destacar el resto del contenido de su oración en este capítulo:

(1) Jesús ora para que Dios proteja a los primeros discípulos del “maligno”, especialmente ahora que él mismo desaparecerá de la escena (17:11,15). Tal vez piensa especialmente en los terribles golpes que se asestará a su fe cuando vean crucificado y enterrado a su Maestro.

(2) Jesús ora también para que sus discípulos sean santificados en la verdad – comprendiendo muy bien que la Palabra de Dios es la verdad y que el propósito principal de esta es su propia santificación (es decir: “se santifica” a sí mismo – al someterse a los propósitos santos de Dios, obedeciendo al Padre y yendo a la cruz, así es como él será santificado (17:17-18).

(3) Jesús ora para que, tanto los primeros discípulos como los que acabarán creyendo a través de su mensaje, estén “en nosotros” (es decir, ‘en’ el Padre y el Hijo), “para que el mundo crea que tú me has enviado” (17:21).

(4) Jesús declara que desea que todos aquellos que el Padre le ha dado, estén allí donde él esté, y que vean su gloria, la misma gloria que el Padre le dio porque el Padre le amaba “desde antes de la creación del mundo” (17:24)

Además, por supuesto, Jesús ora también para que los discípulos sean uno. Sería deseable que todos aquellos que enfatizan esta petición lo hicieran también con el resto de sus peticiones con el mismo celo – o, asimismo, que los que enfatizan la segunda petición, también lo hagan con la que busca la unidad.

La pregunta que hay que plantear, sin embargo, es si las oraciones de Jesús siempre son contestadas. ¿No dice Jesús, en otro sitio, que el Padre siempre le “escucha” (11:42)? Por supuesto que Dios protegía a todos y cada uno de los primeros discípulos, con la excepción, claro está, de Judas, a quien incluso en esta oración reconoce ser “aquel que nació para perderse” (17:12). Las restantes peticiones también están siendo contestadas, y al final encontrarán su cumplimiento final en la consumación. Así es el caso de la oración de Jesús por la unidad: los verdaderos cristianos dan fe de una autentica unidad, a pesar de las estructuras jerárquicas y a menudo en oposición a las iniciativas ecuménicas, como respuesta a la oración de Jesús. Esto a menudo, atrae a la gente al evangelio. Debemos desear con pasión y luchar por el cumplimiento de todas las peticiones de Jesús.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Filipenses 1

¿Qué significa “comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo” (Filipenses 1:27)? La expresión es llamativa. También es adverbial, es decir, describe nuestra actitud y conducta, no a nosotros. Pablo no dice que seamos dignos del evangelio, lo cual incurriría en una contradicción de términos: el evangelio es, por definición, buenas nuevas para las personas que no son dignas del mismo. Sin embargo, una vez recibido este, por muy indignos que podamos ser, debemos comportarnos de una forma digna del mismo.

Los cristianos deben hacerlo (Filipenses 1:27-30) manteniéndose firmes juntos (“en un mismo propósito”, 1:27), “luchando unánimes por la fe del evangelio y sin temor alguno a vuestros adversarios” (1:27-28). Las personas que se han beneficiado del Evangelio no están comportándose de una forma digna de él si se avergüenzan del mismo (Romanos 1:16). Por supuesto, en una época en que la cultura a su alrededor ridiculiza a los cristianos, o incluso los persigue, es necesario ser valiente para permanecer unidos en un testimonio atrevido y transparente del poder del Evangelio. Sin embargo, aquí también entra en juego otro elemento de lo que significa comportarse de una manera digna del Evangelio: “Porque a vosotros se os ha concedido, no solo creer en Cristo, sino también sufrir por él” (1:29).

¡Qué concepto más excepcional! Pablo no dice que estos cristianos han sido llamados a sufrir así como a creer, sino que les ha sido concedido sufrir así como creer, como si sufrir por Cristo y creer en él fuesen privilegios benditos otorgados por gracia. Precisamente, eso es lo que quiere decir. A menudo pensamos en la fe como un regalo de Dios (Efesios 2:8-9), pero ¿el sufrimiento?

No obstante, eso es lo que Pablo dice. Si nos paramos a reflexionar, es fácil ver por qué. El Evangelio de Jesucristo es que, en los buenos propósitos de Dios, Jesús sufrió en nuestro lugar, cargando con nuestra culpa y vergüenza, y expiando nuestro pecado. Por tanto, no debe sorprendernos que la conducta digna de tal Evangelio incluya sufrir por Jesús. De hecho, ese tema forma parte de lo que hace que este párrafo sea de transición. Por un lado, mira hacia atrás al ejemplo del apóstol Pablo (1:12-26). Termina el párrafo refiriéndose a su propia “lucha” (1:30), de la que sus lectores filipenses acaban de tener conocimiento, una “lucha” tan dura que no tenía la certeza de poder sobrevivir a ella. Por otra parte, el capítulo ante nosotros constituye una de las descripciones más elocuentes en el Nuevo Testamento de la humillación y muerte de Jesús. Debemos comportarnos de una forma digna de esta clase de buenas noticias.

 


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

Éxodo 38

El altar del holocausto y la pila

38 Bezalel hizo también el altar del holocausto de madera de acacia. Era cuadrado, de 5 codos (2.25 metros) su longitud, de 5 codos (2.25 metros) su anchura, y de 3 codos (1.35 metros) su altura. Le hizo cuernos en sus cuatro esquinas. Los cuernos eran de una sola pieza con el altar, y lo revistió de bronce. Hizo asimismo todos los utensilios del altar: los calderos, las palas, los tazones, los garfios y los braseros. Todos sus utensilios los hizo de bronce.

Por debajo, debajo de su borde, hizo para el altar un enrejado de bronce en forma de red, que llegaba hasta la mitad del altarFundió cuatro argollas en los cuatro extremos del enrejado de bronce por donde se metían las varas. Hizo también las varas de madera de acacia y las revistió de bronce. Y metió las varas por las argollas que estaban en los lados del altar, para transportarlo. Hizo el altar hueco, de tablas.

Además hizo la pila de bronce y su base de bronce, de los espejos de las mujeres que servían a la puerta de la tienda de reunión.

El atrio del tabernáculo

Hizo también el atrio. Hacia el lado del Neguev, al sur, las cortinas del atrio eran de lino fino torcido, de 100 codos (45 metros). 10 Sus veinte columnas y sus veinte basas eran de bronce. Los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata.

11 Por el lado norte había 100 codos (45 metros). Sus veinte columnas con sus veinte basas eran de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata. 12 Por el lado occidental había cortinas de 50 codos (22.5 metros) con sus diez columnas y sus diez basas. Los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata. 13 Y por el lado oriental medía 50 codos (22.5 metros). 14 Las cortinas a un lado de la entrada eran de 15 codos (6.75 metros), con tres columnas y sus tres basas, 15 y lo mismo al otro lado. A los dos lados de la puerta del atrio había cortinas de 15 codos (6.75 metros), con sus tres columnas y sus tres basas. 16 Todas las cortinas alrededor del atrio eran de lino fino torcido.

17 Las basas para las columnas eran de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras, de plata, y el revestimiento de sus capiteles, de plata, y todas las columnas del atrio tenían molduras de plata.

18 La cortina de la entrada del atrio de tela azul, púrpura y escarlata, y lino fino torcido era obra de tejedor. La longitud era de 20 codos (9 metros) y la altura de 5 codos (2.25 metros), lo mismo que las cortinas del atrio. 19 Sus cuatro columnas y sus cuatro basas eran de bronce; sus ganchos eran de plata, y el revestimiento de sus capiteles y sus molduras eran también de plata. 20 Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce.

El costo del tabernáculo

sup>21 Esta es la suma de los materiales del tabernáculo, el tabernáculo del testimonio, según fueron enumerados conforme al mandato de Moisés para el servicio de los levitas, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. 22 Bezalel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que el Señor había mandado a Moisés. 23 Y con él estaba Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, un grabador, artífice y tejedor en tela azul, púrpura y escarlata, y en lino fino.

24 El total del oro empleado para la obra, en toda la obra del santuario, es decir, el oro de la ofrenda mecida, fue de una tonelada, según la evaluación del santuario. 25 La plata de los que fueron contados de la congregación, fue 100 talentos (3.4 toneladas) y 1,775 siclos (20.2 kilos), según el siclo del santuario; 26 un becá por cabeza, o sea medio siclo (5.7 gramos de plata), según el siclo del santuario, por cada uno de los que fueron contados de veinte años arriba, por cada uno de los 603,550 hombres.

27 Los 100 talentos de plata fueron para fundir las basas del santuario y las basas del velo; 100 basas por los 100 talentos, un talento (34 kilos) por basa. 28 Y de los 1,775 siclos hizo ganchos para las columnas y revistió sus capiteles y les hizo molduras.

29 El total del bronce de la ofrenda mecida fue de 70 talentos (2.4 toneladas) y 2,400 siclos (27.36 kilos). 30 Con él Bezalel hizo las basas de la entrada de la tienda de reunión, el altar de bronce y su enrejado de bronce y todos los utensilios del altar, 31 las basas de alrededor del atrio y las basas de la entrada del atrio, todas las estacas del tabernáculo y todas las estacas de alrededor del atrio.

   

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Juan 17

Oración intercesora de Jesús

17 Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a Ti, por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano, para que Él dé vida eterna a todos los que le has dado.

»Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.

»He manifestado Tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran Tuyos y me los diste, y han guardado Tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de Ti; porque Yo les he dado las palabras que me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de Ti, y creyeron que Tú me enviaste.

»Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son Tuyos; 10 y todo lo Mío es Tuyo, y lo Tuyo, Mío; y he sido glorificado en ellos.

11 »Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y Yo voy a Ti. Padre santo, guárdalos en Tu nombre, el nombre que me has dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno12 Cuando Yo estaba con ellos, los guardaba en Tu nombre, el nombre que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera. 13 Pero ahora voy a Ti; y hablo esto en el mundo para que tengan Mi gozo completo en sí mismos.

14 »Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. 15 No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo.

17 »Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad. 18 Como Tú me enviaste al mundo, Yo también los he enviado al mundo. 19 Y por ellos Yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.

20 »Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.

22 »La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno: 23 Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a Mí.

24 »Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, Yo te he conocido, y estos han conocido que Tú me enviaste. 26 Yo les he dado a conocer Tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y Yo en ellos».

   

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Proverbios 14

14 La mujer sabia edifica su casa,
Pero la necia la derriba con sus manos.
El que anda en rectitud teme al Señor,
Pero el de perversos caminos lo desprecia.
En la boca del necio hay una vara para su espalda,
Pero los labios de los sabios los protegerán.
Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio,
Pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.
El testigo veraz no mentirá,
Pero el testigo falso habla mentiras.
El insolente busca sabiduría y no la halla,
Pero para el hombre entendido el conocimiento es fácil.
Apártate de la presencia del necio,
Porque en él no discernirás palabras de conocimiento.
La sabiduría del prudente está en entender su camino,
Pero la necedad de los necios es engaño.
Los necios se ríen del pecado,
Pero entre los rectos hay buena voluntad.
10 El corazón conoce su propia amargura,
Y un extraño no comparte su alegría.
11 La casa de los impíos será destruida,
Pero la tienda de los rectos florecerá.
12 Hay camino que al hombre le parece derecho,
Pero al final, es camino de muerte.
13 Aun en la risa, el corazón puede tener dolor,
Y el final de la alegría puede ser tristeza.
14 El de corazón descarriado se saciará de sus caminos,
Pero el hombre bueno estará satisfecho con el suyo.
15 El simple todo lo cree,
Pero el prudente mira bien sus pasos.
16 El sabio teme y se aparta del mal,
Pero el necio es arrogante y descuidado.
17 El hombre pronto a la ira obra neciamente,
Y el hombre de malos designios es aborrecido.
18 Los simples heredan necedad,
Pero los prudentes son coronados de conocimiento.
19 Los malos se inclinarán ante los buenos,
Y los impíos, a las puertas del justo.
20 Aun por su vecino es odiado el pobre,
Pero muchos son los que aman al rico.
21 El que desprecia a su prójimo peca,
Pero es feliz el que se apiada de los pobres.
22 ¿No se perderán los que traman el mal?
Pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien.
23 En todo trabajo hay ganancia,
Pero el vano hablar conduce solo a la pobreza.
24 La corona de los sabios es su riqueza,
Pero la necedad de los necios es insensatez.
25 El testigo veraz salva vidas,
Pero el que habla mentiras es traidor.
26 En el temor del Señor hay confianza segura,
Y a los hijos dará refugio.
27 El temor del Señor es fuente de vida,
Para evadir los lazos de la muerte.
28 En la multitud del pueblo está la gloria del rey,
Pero en la falta de pueblo está la ruina del príncipe.
29 El lento para la ira tiene gran prudencia,
Pero el que es irascible ensalza la necedad.
30 Un corazón apacible es vida para el cuerpo,
Pero las pasiones son podredumbre de los huesos.
31 El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor,
Pero el que se apiada del necesitado lo honra.
32 El impío es derribado por su maldad,
Pero el justo tiene un refugio cuando muere.
33 En el corazón del prudente reposa la sabiduría,
Pero en medio de los necios no se da a conocer.
34 La justicia engrandece a la nación,
Pero el pecado es afrenta para los pueblos.
35 El favor del rey es para el siervo que obra sabiamente,
Pero su enojo es contra el que obra vergonzosamente.

   

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Filipenses 1

Saludo

1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús:

A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, incluyendo a los obispos y diáconos: Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Pablo ora por los filipenses

Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ustedes. Pido siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos ustedes, por su participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora.

Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia. Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús.

Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, 10 a fin de que escojan lo mejor, para que sean puros e irreprensibles para el día de Cristo; 11 llenos del fruto de justicia que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

La vida es Cristo

12 Quiero que sepan, hermanos, que las circunstancias en que me he visto, han redundado en un mayor progreso del evangelio, 13 de tal manera que mis prisiones por la causa de Cristo se han hecho notorias en toda la guardia pretoriana y a todos los demás. 14 La mayoría de los hermanos, confiando en el Señor por causa de mis prisiones, tienen mucho más valor para hablar la palabra de Dios sin temor. 15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad. 16 Estos lo hacen por amor, sabiendo que he sido designado para la defensa del evangelio. 17 Aquellos proclaman a Cristo por ambición personal, no con sinceridad, pensando causarme angustia en mis prisiones.

18 ¿Entonces qué? Que de todas maneras, ya sea fingidamente o en verdad, Cristo es proclamado; y en esto me regocijo, sí, y me regocijaré. 19 Porque sé que esto resultará en mi liberación mediante las oraciones de ustedes y la provisión del Espíritu de Jesucristo, 20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte.

21 Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne, esto significa para mí una labor fructífera, entonces, no sé cuál escoger. 23 Porque de ambos lados me siento apremiado, teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor.

24 Sin embargo, continuar en la carne es más necesario por causa de ustedes. 25 Y convencido de esto, sé que permaneceré y continuaré con todos ustedes para su progreso y gozo en la fe, 26 para que su profunda satisfacción por mí abunde en Cristo Jesús a causa de mi visita otra vez a ustedes.

Luchando unánimes por la fe

27 Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio. 28 De ninguna manera estén atemorizados por sus adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para ustedes, y esto, de Dios.

29 Porque a ustedes se les ha concedido por amor de Cristo, no solo creer en Él, sino también sufrir por Él, 30 teniendo el mismo conflicto que vieron en mí, y que ahora oyen que está en mí.

   

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