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Hace unas semanas, concluimos en la iglesia nuestro Estudio del Sermón del Monte. La serie de mensajes expositivos de Mateo 5 al 7, nos tomó aproximadamente 40 semanas con solo 2 interrupciones por diversos motivos.

El Sermón de Monte, como lo llamaba el gran Agustín de Hipona, es quizá uno de los discursos más significativos que nuestro Señor predicó durante su ministerio terrenal. Su diversidad, su amplitud, su lenguaje sencillo y sus ricas analogías hacen de esta exposición una de las más reveladoras, profundas y desafiantes en cuanto al carácter cristiano y a la vida que agrada a Dios.

Por eso, me gustaría a través de este artículo compartir mi experiencia y quizá sirva para proveer algunas pautas, sugerencias y consejos para quienes desean empezar a estudiar este Sermón. Quizá les pueda servir como una guía para estudiarlo ya sea en sus devociones familiares, en un estudio de hogar o para predicarlo en su congregación.

A continuación algunas pautas y consejos que te pueden ayudar:

Entender la estructura del Sermón

El sermón del Monte tiene una estructura bastante definida. En los primeros 12 versos Jesús desarrolla las conocidas Bienaventuranzas. Estas son, fundamentalmente una descripción de una persona que pertenece al reino de los cielos o mejor dicho, una exposición del carácter de un creyente. Luego enseña que el cristiano es sal de la tierra y luz del mundo como una consecuencia inevitable de su nueva naturaleza. Después el Sermón se enfoca en la vida que se debe observar delante de los hombres y delante de Dios. Es decir su vida relacional (amar, no resistir y bendecir) y su vida devocional (sus limosnas, la oración y el ayuno). Seguidamente el Señor hace énfasis en la relación que el cristiano debe tener hacia el dinero. Exhortándole a trabajar por los tesoros celestiales, advirtiéndole de no amar las riquezas y a no afanarse por los bienes terrenales. Antes de concluir lo exhorta a examinar su propia vida, haciendo un contraste entre dos puertas (ancha y angosta), dos caminos y dos destinos (vida y perdición). Al final los advierte de los falsos profetas y de los falsos convertidos, y hace el contraste entre los dos hombres que edificaron sus casas.

 

Hacer uso de los comentarios bíblicos disponibles

Los comentarios bíblicos siempre son una buena herramienta para todo predicador, líder y estudioso de las Escrituras. El proceso de preparación de un sermón o estudio bíblico se facilita y enriquece cuando hacemos uso de estos materiales de consulta. Sin embargo, cuando hablamos del Sermón del Monte, debemos reconocer algo importante. A parte de los comentarios bíblicos, también se han escrito libros enteros que se centran en cada versículo y en cada una de las enseñanzas de este famoso discurso. Creo que el libro de Martyn Lloyd-Jones es uno que goza de prominencia para este efecto. En esta obra, se recopila las enseñanzas del Sermón del Monte que el Dr. Lloyd-Jones impartió allá por los años 1950 en su congregación en Londres. En lo personal, este material fue de gran ayuda. Después de estudiar, meditar y orar por cada pasaje, el libro del Dr. Lloyd -Jones fue el primer texto de referencia que usé durante mi preparación. Doy gracia a Dios por su vida y ministerio. Además John Sttot y DA Carson han contribuido con mucha erudición y claridad con materiales semejantes. Estos últimos los puedes conseguir en español. Para quienes leen en inglés, tienen la ventaja de acceder a otros autores como los comentarios de AW Pink o Sinclair Ferguson, entre otros.

 

Tomar en cuenta los textos paralelos

El otro aspecto a considerar en la preparación del Sermón es tomar en cuenta los textos paralelos de cada enseñanza. Estos versículos básicamente los encuentras en el Evangelio de Lucas en los capítulos 6,11,12 y 13. En algunos casos hallarás una gran similitud con los textos de Mateo, pero en otros encontrarás más información. Es decir, en el Evangelio de Lucas tendrás elementos adicionales que te darán mayor luz para entender y ampliar tu comprensión de algún pasaje. En este sentido las Biblias con referencias a pie de página, te facilitarán para encontrar los pasajes paralelos.

 

La oración

La oración la he dejado al final por ser el aspecto más importante en nuestro proceso de preparación de un sermón. No quiero subordinar la importancia del estudio a este respecto, pero la oración nos pone de cara ante Dios. Un sermón con varias horas de estudio pero sin oración será quizá un mensaje interesante, pero desprovisto del poder, de la gracia y del favor de Dios que todo sermón necesita. Al orar estamos reconociendo nuestra necesidad y dependencia de él. Al orar, estamos buscando del Señor la luz para ser iluminados, y la gracia para predicar con poder. Al orar le pedimos su favor para que el prepare nuestros corazones y los corazones de aquellos que escucharán el mensaje. Un antiguo predicador decía que dar un lugar secundario a la oración, es poner a Dios en un lugar secundario en los asuntos de la vida. Por eso, la oración es el aspecto más importante en el proceso de preparación del sermón.

 

Conclusión

Para terminar quiero hacer eco de una práctica digna de imitar del gran David Brainerd. Este predicador americano de los 1700s fue uno de los más influyentes misioneros en la historia de la iglesia. Dicen que su espíritu devoto en gran parte era el resultado de su consagración a la disciplina de la oración. Sin embargo su entrega a la misma no solo estaba limitada a la preparación de sus sermones sino que oraba antes y después de predicar.

Esta es la actitud que debemos imitar. Pedirle al Señor que nos ayude mientras nos preparamos para predicar Su palabra, pero como dije antes, también debemos orar para que Dios preprare los corazones de aquellos que nos oirán, orar para que Dios obre en esas mismas vidas y por sobre todo que esa misma palabra transforme primeramente a quienes predicamos. Que nuestras vidas sean una expresión del carácter y la conducta que Jesús presentó en el Sermón del Monte.

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