¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

En los pasados días hemos visto cómo la sabiduría empieza con y surge del Señor. Separados de Él, nuestro conocimiento y experiencias son vanos. Sin embargo, si pedimos con fe, Dios nos otorgará esa sabiduría divina que puede dirigir nuestro andar en su voluntad. Nuestros ojos serán abiertos, sin importar quiénes seamos o de dónde vengamos.

La sabiduría que Dios da no es estática. No es para guardárnosla. ¡Es para servir al cuerpo de Cristo!

Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones” (Col. 3:16).

A veces podemos llegar a sentirnos menos que otras personas, por una multitud de razones. Tenemos menos tiempo en el evangelio, carecemos de un “título ministerial”, o simplemente somos tímidas. Sin embargo, somos parte de la Iglesia, miembros activos del cuerpo de Cristo.

Si la Palabra de Dios habita en abundancia en nosotras, Dios nos dará sabiduría y nos usará para exhortar y enseñar a nuestras hermanas.

Oremos porque cada día tengamos ojos para ver la necesidad y que podamos abrir nuestras bocas para hablar sabiduría en el momento oportuno. Que Dios nos use para enseñarnos y amonestarnos unas a otras, para la gloria de Dios y la edificación de su Iglesia.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando