¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

En un reciente ejercicio estadístico se publicaron los resultados de una encuesta realizada durante 2018 que tiene que ver con el estado de la teología en los Estados Unidos. Ante la afirmación de: “Dios declara justa a una persona no en base a sus propias obras, sino por la fe puesta en Cristo Jesús”, el 91% de los encuestados respondieron que estaban de acuerdo. La salvación “solo por la fe” representa la realidad del evangelio. Cristo nos salva por amor a su nombre (Sal. 106:8), para su propia gloria (Ef. 1:6), y por su perfecta misericordia (Ti.3:5). 

Y sin embargo, hay una triste realidad en la vida práctica de muchas familias cristianas. La información central del evangelio parece estar presente, pero hay una fría desconexión entre lo que se escucha el domingo y lo que pasa durante el resto de la semana. La causa de este mal tiene varios factores. Una parte de este fenómeno es gracias a la incorrecta perspectiva de que la iglesia ocurre solamente el domingo. Frases como, “¿cuándo hay iglesia?”, “la iglesia es la casa de Dios”, o “pórtate bien en la iglesia”, han aislado lo que Pablo llamó el “cuerpo” (1 Co. 12:12-27), y la han instalado en una exclusiva ubicación, como si la iglesia fuera un lugar. 

Otro factor que acentúa la desconexión entre cómo describe la Biblia a un creyente y cómo son las familias en el día a día es la falta de liderazgo bíblico en las familias. El modelo de enseñanza que Yahvé dio en el Antiguo Testamento giraba precisamente alrededor de instruir a las generaciones futuras en los caminos de Dios (Dt. 6:6-7). El Nuevo Testamento reafirma esta ordenanza cuando Pablo escribe en Efesios 6:4: “Ustedes padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor”. 

Permíteme darte tres simples sugerencias para desarraigar el terrible ciclo de terminar “animado” el domingo solo para despertar en la realidad de vacío y fracaso el lunes. 

Iglesia en familia

La iglesia no es el local en donde se congrega un grupo determinado de creyentes. No fue hasta después del Edicto de Milán firmado en 313 d. C. cuando la construcción de grandes templos se propagó dramáticamente en Europa. Durante los dos primeros siglos las reuniones de la iglesia eran en casas, matizadas de unidad y con la sensación de familia. ¿Quiere decir esto que debemos dejar de ir a congregarnos los domingos? No. Desde el inicio de la iglesia primitiva las reuniones se han celebrado el primer día de la semana, y hay toda una teología en la transición que ocurrió del sabbat al primer día de la semana en la iglesia cristiana.⁠[2]

Sin embargo, mientras que es nuestro privilegio y ordenanza congregarnos para celebrar la resurrección del mesías Jesús (Heb. 10:25), estar en comunidad (1 Co. 12), y escuchar la Palabra de Dios por medio de los pastores (1 Ti. 4:2), esto no nos quita la responsabilidad de seguir en crecimiento y alimentación espiritual durante el resto de la semana. Si eres padre o madre, puedes vivir el evangelio durante la semana al mostrar a tu familia desde las Escrituras quién es Dios, qué pide de ellos, y cuál es su revelación dada. Toma tiempo durante la semana para sentarte con tu familia y abrir la Biblia, leer un texto, explicarlo según tus conocimientos por medio del poder del Espíritu Santo (Jn. 14:26), orar juntos, confesar sus pecados, y edificarse uno al otro. Tal vez unos días puedas poner porciones de predicaciones, o tal vez puedas leer artículos de sitios confiables, pero lo que sea que Dios ponga en tu corazón, toma tiempo para que no solo los domingos te sientas a estudiar la Biblia. 

La gloria de la Palabra de Dios destella en cada página de la Biblia. ¿Por qué vivir en anorexia espiritual toda la semana?

No importa si tus padres no son creyentes, o si eres madre soltera, o si no tienes hijos. Seas abuelo o abuela con muchos nietos, o no tengas familia cerca de ti, es tu más honorable privilegio abrir la Biblia por ti mismo y junto con las personas que estén dispuestas a examinar atentamente las Escrituras para conocer quién es Dios. La gloria de la Palabra de Dios destella en cada página de la Biblia. ¿Por qué vivir en anorexia espiritual toda la semana? Tal desnutrición terminará por enfriarte, confundirte, y puede alejarte de los caminos de Dios (Sal. 1:4). El tiempo que pases estudiando la Biblia con tu familia probará ser una de las herramientas que Dios usará para traer luz y dirección en la vida de los integrantes de tu familia. Dios honra sus promesas, y “el que busca, halla” (Mt. 7:8). Ten por seguro que Dios te permitirá hallarle en tu seria búsqueda por alimento espiritual. 

Iglesia en comunidad 

Todos nosotros tenemos diferentes personalidades. A algunos les gusta salir con personas, convivir, hablar, escuchar, mientras que a otros nos gusta la soledad, la quietud, los momentos íntimos con la familia. Y aunque ambas personalidades son de suma importancia para el desarrollo social de una familia, no podemos secuestrar a nuestra familia del resto de los integrantes de la iglesia de Dios. Es muy importante que al paso de las semanas tengamos comunicación y compañerismo con otros creyentes. ¿Quiere decir esto que no puedo tener contacto con los incrédulos? ¡Por supuesto que no! Cristo lo dijo así en Mateo 13:35: “En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros”. En otras palabras, ya que los incrédulos necesitan de Cristo, Jesús mismo instituyó una de las herramientas más poderosas del evangelismo: el amor entre los hermanos en Cristo. Eso se demuestra a través de relaciones reales y profundas. Aquellas iglesias que están compuestas por familias que solo buscan a los de su mismo estado social, económico, o civil, están fragmentando el cuerpo de Cristo. La iglesia local está compuesta por un gran número de personas que son únicamente diferentes una de la otra, pero según Pablo, todos son miembros del cuerpo de Cristo. 

Sin embargo, cuando tenemos la idea de que la iglesia es solo el domingo, en efecto y para nuestro propio mal estamos contribuyendo para que los incrédulos no puedan ver el amor en Cristo. Así que busca a familias de la iglesia local con las que puedas convivir, comer, compartir, y estudiar la Biblia, y haz de esas oportunidades espacios para invitar a incrédulos que no saben qué es el amor bíblico. Ellos, según lo que Cristo dijo, entenderán que ustedes son genuinos discípulos de Jesús al ver el amor fraternal que hay entre ustedes. 

Por otro lado, tú, tus hijos, primos, padres, y amigos se beneficiarán de escuchar que otros hermanos en Cristo tienen los mismos problemas, comparten las mismas dificultades, pero que también tienen al mismo poderoso y santo Dios que va frente a ellos. Los niños verán unidad, los adultos enseñarán a los hijos, y la iglesia promoverá cohesión. Habrá edificación mutua, crecimiento espiritual, y enseñanza constante. No podemos esperar que algo así suceda cuando solo vemos y hablamos con nuestros hermanos los domingos. Ten iglesia en comunidad, porque la iglesia no es un local. La comunidad de los santos redimidos en Cristo es la iglesia. 

Iglesia en integridad 

Por último, permíteme recordarte lo que Pablo dijo en Filipenses 2:12: “Así que, amados míos, tal como siempre han obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor”. El ocuparse de la salvación con temor y temblor se hace evidente cuando la obediencia es en todo tiempo. Es una verdadera tragedia cuando una persona solo actúa a ser creyente los domingos, pero el resto de la semana vive una vida totalmente opuesta a lo que Dios quiere. Permíteme ser muy claro en este punto. Una vida sin fruto espiritual no puede ser una verdadera vida espiritual. No estoy hablando de perfección, porque “Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que solo somos polvo” (Sal. 103:14). Pero eso no quiere decir que olvidamos la ordenanza de Dios a la iglesia en Efesios 4:17: “Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no anden así como andan también los Gentiles, en la vanidad de su mente”. 

Tener iglesia en integridad quiere decir que vivamos de manera transparente y sincera.

La regeneración en Cristo debe traer nuevos deseos, nuevos pensamientos, y una vida nueva en general (Ez. 36:26). Tener iglesia en integridad quiere decir que vivamos de manera transparente y sincera. No somos perfectos, ¡claro! Seguiremos cayendo y pecando, pero eso no es excusa para no crecer, madurar, progresar, y permitir que el Espíritu Santo tome control de nuestras vidas. No vivas una doble vida, no uses tu Biblia solo los domingos, no ores solo antes de comer tus alimentos, no solo pienses en Dios cuando te va mal, y no te digas cristiano si tu vida no imita la de Cristo. Cristo le dijo a los fariseos: “Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais” (Jn. 8:42). No, no podemos ser perfectos en nuestras propias fuerzas. Por eso Cristo vino a morir en nuestro lugar, “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”, (Ef. 1:4). Ahora, sin embargo, no por obligación sino por deleite, queremos nuevas vidas que reflejen externamente lo que Dios ya ha hecho internamente.  

Espero que estas tres simples sugerencias reformen tu manera de vivir en iglesia. Te darás cuenta que sutilmente hemos modificado la manera de “hacer” iglesia. Dios diseñó su Iglesia, incluso su estructura y sus propósitos. Si algo no está funcionando en la iglesia del siglo XXI, no es culpa de Dios sino de nuestra falta de entender los elementos más centrales de la iglesia de Cristo. Que Dios nos ayude a tener familias verdaderamente cristianas, con liderazgo verdaderamente cristiano, y con vidas integralmente cristianas. 


1 Ligonier Ministries. https://thestateoftheology.com

2 Para un estudio introductorio de este tema puedes leer el libro Breve Historia del Domingo, por Justo González.


Imagen: Lightstock.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando