¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×
Nota del editor: 

Este devocional está tomado del ebook Noticias de gran gozo: 25 reflexiones para celebrar el Adviento.

DESCARGA EL EBOOK GRATIS

«No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla» (Mateo 5:17-18).

Cuando una misión militar es ejecutada, cada uno de sus aspectos tiene que ser considerado para que se pueda completar a cabalidad. El descuido u olvido de una de las partes puede resultar en el completo fracaso de la misión, lo que quiere decir que cada aspecto logístico, táctico y operacional de la misma es vital.

El Rey Jesús vino para salvarnos y su misión de rescate requería que Él cumpliera perfectamente la ley de Dios para que su obediencia se nos contara a nosotros por justicia (Ro 5:19). Esta es una parte de su misión que muchos creyentes no apreciamos. Le damos énfasis a su muerte y resurrección, pero olvidamos este aspecto de su obra por nosotros. Sin la obediencia plena de Cristo a todos los estatutos de la ley, la misión habría fracasado. Adán fracasó en el Edén en su intento de obedecer a Dios, por lo que la obediencia perfecta de Jesús logró lo que nosotros no podíamos lograr por nosotros mismos.

Sin una obediencia que nos haga justos, nadie puede ser aceptado por Dios. En otras palabras, no solo necesitamos la remoción de nuestros pecados, sino que necesitamos someternos en obediencia a Dios. El problema es que, por nuestro pecado, nadie tiene la capacidad de obedecer perfectamente a Dios y todos somos merecedores de condenación (Ro 1-3). Pero los creyentes damos gloria a Dios por Cristo, quien cumplió toda la ley y ahora por medio de la fe en Él somos justificados (Ro 5:1). Sin su completa obediencia, no podríamos ser declarados justos y, por lo tanto, no podríamos ser rescatados.  

Así que, cuando veas una escena de Navidad, no pienses solo en el glorioso momento en el que Jesucristo se hizo hombre. Piensa también en el camino de obediencia que se completó en la cruz y se confirmó por la resurrección. Si Cristo no hubiera cumplido la ley en nuestro lugar, Él estaría todavía en la tumba y nosotros sin esperanza. Como dijo el teólogo John Gresham Machen en su lecho de muerte: «Estoy agradecido por la obediencia activa de Cristo, no hay esperanza sin ella». Cristo completó toda la misión y, por lo tanto, tenemos esta gloriosa esperanza de ser justificados delante de Dios.

¿Cómo puedes agradecer a Dios al comprender que Jesucristo completó tu salvación por su absoluta obediencia a la ley?

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando