Los pastores-plantadores de iglesias no son solamente plantadores; también somos pastores. Se nos ha encargado el cuidado fiel de nuestro rebaño. Recibimos nuestras pautas de Jesús, el Buen Pastor que dió su vida por las ovejas (Jn 10:11).
Pastorear a la gente no tiene que ver con hacer despliegues de poder; se trata de mostrar la humildad de Jesús, quien nos amó y se entregó por nosotros (Gá 2:20). Así como nuestro Padre celestial pastorea a su rebaño con amor y gran cuidado, las congregaciones recién plantadas necesitan pastores que ejecuten esta misma visión de liderazgo pastoral.
Esto es tanto un privilegio como un desafío. ¿Cómo debería lucir este tipo de cuidado pastoral en las nuevas plantaciones de iglesias? ¿Cómo pueden los plantadores de iglesias liderar como buenos pastores? Considera cuatro funciones principales del pastor-plantador.
1. Conoce al rebaño
La responsabilidad más básica del pastor-plantador es conocer a sus ovejas. Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y ellas me conocen” (Jn 10:14). Esto significa que no es suficiente que los pastores conozcan a sus ovejas como un gran conjunto a un nivel macro. Más bien, debemos conocer a cada persona de forma individual, desde la guardería hasta el asilo de ancianos.
Recientemente almorcé con un padre de dos adolescentes de nuestra iglesia. Su familia está luchando por descubrir cómo administrar los calendarios académicos, deportivos y sociales de sus hijos. El estrés y la tensión están por las nubes. Si no me hubiese reunido con él, no tendría conocimiento de la profundidad de las dificultades de su familia. Necesitan un pastor que los acompañe con amor, ánimo y consejo en un periodo de la vida tan ocupado.
No es suficiente que los pastores conozcan a sus ovejas como un todo masivo a un nivel macro. Más bien, debemos conocer a cada persona individualmente
No siempre tengo éxito en esta área, eso es seguro. Pero un pastor fiel mantendrá sus ojos y oídos abiertos a lo que está sucediendo en la vida de cada oveja. Los pastores-plantadores están atentos a las ovejas, conocen sus condiciones espirituales, emocionales y físicas para poder cuidar de ellas de una manera saludable y bíblica.
2. Guía al rebaño
Las iglesias sanas son lideradas por pastores caracterizados por un profundo amor y humildad. Este tipo de liderazgo crea una cultura de gracia, confianza y seguridad. Fomenta la esperanza y el aliento necesarios para alimentar la misión de una iglesia que es hacer discípulos para la gloria de Dios. Un liderazgo humilde y amoroso ayuda al pueblo de Dios a permanecer fiel a su Palabra mientras permanece enraizado en el evangelio.
Las iglesias recién plantadas necesitan pastores-plantadores que las guíen con humildad, paciencia y gentileza en los caminos de Jesús o, de lo contrario, deambularán. Caminarán sin dirección lejos del pasto de la verdad de Dios hacia peligrosos campos de engaño y oscuridad que conducen a la desesperación y a la muerte. Por lo tanto, Dios promete: “Les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con conocimiento y con inteligencia” (Jr 3:15).
Los pastores-plantadores deben tener conocimiento y comprensión de las Escrituras para poder enseñar correctamente y guiar eficazmente a sus ovejas en la verdad. Esto es lo que hace que el liderazgo cristiano sea exclusivamente cristiano. Es el tipo de liderazgo que la gente de Dios necesita con desesperación.
3. Alimenta al rebaño
Una tercera función bíblica de los pastores-plantadores es alimentar al rebaño. Jesús le dice a Pedro: “Apacienta mis corderos” (Jn 21:15). Las ovejas dependen de sus pastores para obtener alimentos saludables para sustentar sus cuerpos. ¿Cuánto más depende el pueblo de Dios de los pastores espirituales para alimentar sus almas?
Las ovejas a veces pueden tener dificultades para discernir la diferencia entre alimentos saludables y malezas venenosas. Dependen del pastor para proporcionarles su comida. Del mismo modo, el pueblo de Dios necesita pastores-plantadores que les enseñen correctamente, dándoles el buen alimento de la Palabra de Dios.
Nuestra predicación y enseñanza deben apuntar a glorificar a Dios a través de una exposición bíblica centrada en Cristo y potenciada por el Espíritu con el propósito de convertir a los perdidos y edificar a los ya salvos.
4. Protege al rebaño
Una cuarta función bíblica de los pastores-plantadores es proteger al rebaño. Esta tarea de proteger se demuestra en las instrucciones de Pablo a los ancianos de Éfeso: “Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre” (Hch 20:28).
Pastorear a la gente no se trata de hacer despliegues de poder; se trata de mostrar la humildad de Jesús quien nos amó y se entregó por nosotros
Los lobos son astutos y capaces de infligir un daño tremendo al rebaño. Las ovejas no pueden protegerse a sí mismas y no trabajarán juntas como otras manadas de animales para protegerse entre sí. Necesitan un protector. Pero no es suficiente solo defender a las ovejas de los males externos; debemos ser sabios y valientes para llevar una corrección amorosa y firme a las ovejas dentro del redil.
Lamentablemente, es común encontrar personas en las iglesias que provocan división, promueven doctrinas falsas o fomentan el pecado. Los pastores-plantadores, entonces, deben estar en guardia contra cualquier amenaza que busque destruir el rebaño que Dios ha confiado a su cuidado.
Plantador de iglesias, recuerda que eres principalmente un pastor. El pastorado bíblico crea una cultura donde las personas se sienten genuinamente conocidas, valoradas y seguras. Lo más importante es que la adoración de tu iglesia al Buen Pastor crece a medida que experimentan su amor y cuidado a través de sus pastores.
