“Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”, Efesios 2:7.
En estos días hemos estado celebrando el día de Acción de Gracias en Estados Unidos que es donde vivo. El enfoque por supuesto ha sido en tener una actitud de gratitud al considerar que siempre hay bendiciones qué celebrar, a pesar de los retos que enfrentamos.
Sin embargo, para nosotros como hijos de Dios, la gratitud es apenas un pequeño gesto que nos debe llevar más bien a una respuesta completa y extravagante de adoración. De la misma manera, las bendiciones que pudiéramos tener en cuenta son apenas unas piedritas valiosas en relación a las “abundantes riquezas de Su gracia” que hemos experimentado.
En este pasaje, el apóstol Pablo nos recuerda de lo importante que es para nosotros valorar la provisión de Dios. Lo hace recordándonos primero nuestra condición “sin Dios y sin esperanza” (v.12). Él dice que estábamos muertos y esclavos a nuestros pecados (v.1-3), que éramos enemigos de Dios (v.3), separados de Cristo (v.12), excluidos de Su pueblo (v.12), siendo extraños y extranjeros (v.19).
Es a la luz de esto que el apóstol Pablo nos recuerda de este gran tesoro de la provisión divina “en Cristo”. Él dice que nos dio una vida nueva (v.1), nos dio libertad (v.3) mostrando Su gran amor por nosotros (v.4). Agrega que nos ha unido a Cristo (vv. 5-7) por gracia (v.8-9) y nos ha dado un ministerio para servirle a Él y a otros (v.10). Esto porque Él nos ha acercado a Él mismo (v.13) y nos ha reconciliado (vv. 14-16) habiéndonos no sólo hecho parte de Su pueblo (v.18) pero nos ha adoptado a Su familia (v.18). Esta es nuestra seguridad eterna (v.20) y confianza de crecimiento (v.22).
Entre este par de listas dice el pasaje, “pero Dios” (v.4), y luego “pero ahora” (v.13) ¡y estas son precisamente las buenas noticias para ti y para mí! En medio de nuestra condición Él ha mostrado la abundancia de Su bondad y gracia interviniendo en nuestro favor y dándonos una nueva naturaleza y afectos hacia Él. Además ahora “en Cristo” podemos vivir a la luz de Su provisión libres en nuestro corazón al considerarlas y valorarlas por sobre todas las cosas en esta vida.
Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.
