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Qué pregunta tan difícil. ¿Qué le dices a una persona cuya vida ha sido tan críticamente problemática, tan opresiva, que está contemplando quitarse la vida? Definitivamente, no hay una respuesta sencilla; no hay una respuesta que pueda dar en un momento que la haga cambiar de opinión.

Lo primero que le diría a una persona, sería que no puedo entender lo que está viviendo. Definitivamente, debe ser algo terrible lo que lo esté llevando a querer tomar esta decisión. Pero sí puedo escucharle y tratar de entenderle un poco, y de saber por qué ha perdido toda esperanza de que en esta vida pueda haber solución a sus problemas.

Yo creo que las personas que están contemplando el suicidio necesitan personas que estén dispuestas a escucharlos en lugar de quererlos corregir. Simple y sencillamente, tratar de entender.

La segunda cosa que le diría es que en la Biblia, Dios interviene en las vidas de las personas que estaban deseando morir, para aclarar un malentendimiento que tenían. Una idea que se había apoderado de su mente al punto que les estaba llevando a desear la muerte. Dios habla a sus vidas y aclara eso, y entonces ellos pueden proseguir.

La solución a tus problemas no está en ti. Está en que alguien hable a tu vida. Alguien que sepa por lo que estás pasado y esa persona es el mismo Dios. Dios puede cambiar todas las cosas de nuestras vidas. Él te conoce. Fuiste hecho a la imagen y semejanza de Dios. Conoce perfectamente qué está pasando contigo y definitivamente Dios no te hizo para la muerte, te hizo para darte vida. La muerte es consecuencia de nuestro pecado y Dios quiere salvarte de eso. Donde vas a encontrar esperanza siempre va ser en la boca de Dios, en la Palabra de Dios.

La tercer cosa que te diría es que necesitas ayuda. Necesitas hablar con alguien. Necesitas abrirte y confiar en que otra persona puede ver las cosas diferente a como las ves tú. Y si hay una diferencia en como ves tú las cosas y como las ve la otra persona es porque tú necesitas escuchar lo que otras personas digan. Ve a una iglesia donde se esté predicando el evangelio, donde se esté exponiendo la Biblia. Escucha y pasa tiempo escuchando, y busca tú que eso que tú estás escuchando venga y penetra tu vida y te dé la esperanza que solo la Palabra de Dios puede dar.

Jesucristo habló a un muerto y le devolvió la vida. ¡Lo resucitó! Dios habla y dijo, “Hágase la luz”, y se hizo la luz. Una palabra de Dios a tu vida, directa que tú recibas, puede cambiar tu panorama completamente.

Donde está el Señor siempre hay esperanza. Entonces si alguien está contemplando el suicidio, yo le diría que hay esperanza en Jesucristo. Déjanos tratar de entenderte, déjanos mostrarte la Palabra de Dios, deja a otros cristianos hablar en tu vida y escucha la perspectiva de alguien más.

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