¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Dice la Palabra en 1 Corintios 2:1-5 (LBLA):

Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor. Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Tuve la oportunidad de comenzar por la gracia del Señor en el ministerio desde muy temprana edad a los 23, 24 años el oficio de pastor. Como todo joven, definitivamente muchas áreas de mi vida necesitaban y aún continúan en necesidad de madurar y crecer. Una de las lecciones que he aprendido hoy que realmente hubiese preferido tener —quizá esa capacidad o esa madurez al momento de comenzar— era que: los frutos, mi esfuerzo, mi capacidad como joven no es la que influye directamente en el crecimiento de una iglesia, no es lo que cuida a las personas. Realmente hay una necesidad de humildad, hay una necesidad de yo poder entender que no se trata por mis fuerzas, por mis capacidades, sino que es por la gracia de Dios.

Fui tentado en muchas ocasiones. Cometí muchísimos errores con mi orgullo, pensando que el simplemente cuidar la doctrina, abandonaba entonces el cuidarme a mí mismo y mi carácter y tratar con humildad, tratar con madurez a las personas, a la congregación y realmente por eso más hace sentido como Pablo entonces le decía a Timoteo en un momento dado en su primera epístola, que cuidara la doctrina pero que se cuidara así mismo. Y aquí vemos a un Pablo en 1 Corintios 2:1-5 expresando cómo él fue y se acercó a la iglesia de Corinto no con palabras persuasivas, no en su capacidad, no en su orgullo de su sabiduría, sino descansando en el poder de Dios y creo que es sumamente importante que para un pastor como yo o todo pastor joven, pueda reconocer que necesitamos acercarnos a la Palabra, necesitamos acercarnos al llamado, necesitamos acercarnos al pastorado, de una manera humilde, descansando no en nuestras capacidades, no en lo mucho que podemos conocer, no en lo mucho que dominamos las doctrinas de la gracia o lo mucho que podemos dominar ciertos aspectos de teología, sino que podamos estar descansando en que todo este ministerio que Dios ha puesto en nuestras manos y sobre nuestros hombros no descansa sobre nuestras propias fuerzas, ni en nuestras propias capacidades, ni en nuestras propias habilidades; descansa únicamente en la gracia de Dios.

Así que hoy día, todavía hay mayor necesidad de seguir creciendo en humildad, seguir madurando a nivel ministerial y a nivel personal pero realmente si algo hubiese preferido al principio del ministerio es haberme acercado como Pablo estaba expresando en este pasaje de 1 Corintios 2:1-5 en total humildad, reconociendo que no nos acercamos al ministerio con palabras persuasivas, ni sabiduría de hombres, nos acercamos al ministerio sabiendo que el poder proviene solamente de Dios.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando