¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

“Entonces Herodes (Antipas) dijo: ‘A Juan yo lo hice decapitar; ¿quién es, entonces, Este de quien oigo tales cosas?’ Y procuraba ver a Jesús”, Lucas 9:9.

En este pasaje vemos a Herodes tener curiosidad al oír de Jesús, su mensaje, y sus increíbles obras. Se rumoreaba que este Jesús era Juan el Bautista, o aún Elías que había resucitado, o simplemente algún otro profeta de los israelitas. Herodes procuraba ver a Jesús y sus obras milagrosas con sus propios ojos, para así poder tener sus propias conclusiones acerca de Él. 

Esto me hace pensar en las veces en que yo también he “procurado” ver a Jesús obrar de cierta manera en mi vida. Veo lo que Él ha hecho en otros y me hago ideas en mi mente y corazón de cómo quisiera verlo obrar en mí, y también cómo quisiera verme a mí mismo y que otros también me vieran.

Sin embargo, esto es hacer a Dios a nuestra semejanza. Buscar que Él cumpla nuestros propios sueños y deseos, es querer usarlo como un medio para conseguir nuestros fines. Él busca una relación, no un intercambio comercial.

Herodes ya se había encontrado “peleando con Dios” anteriormente porque el mensaje de Juan el Bautista le había confrontado. Sin embargo, él se había resistido a la obra de Dios al punto de decapitar a Juan. 

Lo interesante es que Herodes sí llegaría a tener un encuentro con Jesús, en unas circunstancias muy diferentes a las que quizá hubiera anticipado, pero que otra vez le confrontarían en su corazón ante la evidencia de la obra de Dios.

“Al ver a Jesús, Herodes se alegró en gran manera, pues hacía mucho tiempo que Lo quería ver por lo que había oído hablar de El, y esperaba ver alguna señal que El hiciera” (Lucas 23:8).

Otra vez, las expectativas de Herodes son puestas por los suelos en ese encuentro divino en el que Jesús no le dirige ni una palabra. Cuando eso ocurre, vemos que solo queda el mensaje original, “arrepiéntete y cree”, que sigue confrontándonos a diario ante los ídolos de nuestro corazón, y al mismo tiempo confortándonos en nuestra vida de fe al descansar en la obra de Dios por nosotros. ¡Esas son buenas noticias!

Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.


Imagen: Lightstock.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando