Los pastores afganos y los líderes de iglesia tomaron una decisión difícil a principios del mes de julio. Ellos decidieron registrar formalmente su fe con el gobierno afgano. ¡Qué absurdo registrarse como cristianos en una república islámica que prohíbe a las personas que se conviertan al cristianismo! En contra del consejo de muchos, estos líderes de iglesia afganos se sintieron compelidos a declarar legalmente su verdadera fe en Cristo por el bien de las futuras generaciones.
“¿Qué hay de nuestros hijos y nietos?”, se preguntaban. “Alguien debería hacer el sacrificio para que las próximas generaciones puedan abiertamente llamarse a sí mismas seguidores de Jesús”. Se registraron ante el gobierno y todos oramos a la distancia, pidiendo a Dios que les protegiera de ser acorralados y encarcelados la mañana siguiente. Ellos fueron entrevistados, pero no fueron arrestados.
Un dramático retiro de iglesia
Este pasado fin de semana, nos juntamos en un retiro de iglesia afgano/inglés. En una de las primeras noches del retiro, aprendimos que un pastor en Afganistán recibió una carta de los talibanes: “Sabemos quiénes son, lo que hacen y dónde encontrarlos”. El sábado los talibanes estaban tocando su puerta, pero ya ellos se habían escondido. Gloria a Dios.
Escuché a un pastor afgano hablar entre lágrimas sobre su amigo, un creyente fiel, cuya aldea fue tomada por los talibanes tres días antes. La hija de 14 años de este querido hermano fue arrancada de su mano y forzada a servidumbre sexual en lo que los talibanes llamarían “matrimonio” y su “privilegio y responsabilidad islámica”.
Mientras llegaban las noticias el sábado de que los talibanes estaban caminando por las calles de Kabul, lloramos y oramos con nuestros amigos afganos mientras ellos trataban de comunicarse vía telefónica con sus familiares, quienes esperaban poder salir a un lugar más seguro. Nadie pudo salir. Las calles estaban cerradas y los vuelos cancelados.
De todos los temas, el domingo en la mañana tratamos las plagas en Éxodo 7-11. Faraón endureció su corazón en algunos momentos. Dios fue quien endureció el corazón de Faraón en otros momentos. Un evangelista afgano que estaba con nosotros añadió: “No olviden que Dios llamó al rey más malvado sobre la tierra, Nabucodonosor, ‘mi siervo’”, en Jeremías 27:6 y Jeremías 43:10. “Dios ciertamente está llamando a los talibanes ‘mis siervos’”.
Leímos en Éxodo 33:19: “Tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión”. Hice la pregunta que todos teníamos. “Sabemos y creemos que Dios es soberano, ¿cierto? Todos creemos que Él es Dios, perfecto en todo, ¿verdad? Él nunca peca, ¿no es así? Pero el mal está rodeando a sus hermanos y hermanas en Afganistán. El mal está conquistando sus ciudades, su nación”.
Abrimos nuestras Biblias en Romanos 9 y fuimos confrontados con nuestra presunción en cuestionar la sabiduría de un Dios bueno y misericordioso. Él es el alfarero. Nosotros somos barro. Exploramos la imagen de la piedra que sirve como fundamento y la piedra de tropiezo de Isaías 8 e Isaías 28. A través de Romanos 10 se nos recordó que debemos edificar nuestra fe en Jesús, la única piedra angular que puede estar firme en medio de la tormenta de los talibanes.
Cómo enfrentar el sufrimiento
Terminamos con una sinopsis de la exhortación La cruz y el sufrimiento, que David Platt dio en un encuentro de una iglesia secreta:
- Debemos enfrentar el sufrimiento con una visión más alta de Dios.
- Debemos enfrentar el sufrimiento con una visión más humilde de nosotros mismos y de los demás.
- Recuerda que el sufrimiento y el mal existen para exaltar la gloria de la gracia de Dios, tal como ha sido demostrado a través del sufrimiento de Jesús para la salvación de todos.
- Dios ordena el sufrimiento para los cristianos en diferentes formas para diferentes propósitos y a través de diferentes medios. Entre otras razones, Él nos dirige hacia el sufrimiento para refinar nuestra fe, para mostrar su gloria y para enseñarnos a depender de Él.
- Finalmente, nuestro Padre bueno y misericordioso dirige a su pueblo por las aguas turbulentas del sufrimiento como parte de la orquestación de su plan para completar la Gran Comisión.
Nuestro líder de alabanza escogió el himno “Castillo fuerte es nuestro Dios”. Mientras cantábamos la estrofa final, un hermano afgano se me acercó y susurró a mi oído: “El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, acaba de renunciar. Los talibanes tienen el control”. Cantamos:
Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir,
Mas siempre ha de existir
De Dios el reino eterno.
Más noticias alarmantes
Es lunes por la mañana mientras escribo estas líneas y con lágrimas estoy dando gracias a Dios por la manera en que Él planificó este fin de semana. Con corazones unánimes nos reunimos para consolarnos los unos a los otros, orar juntos, lamentarnos y llorar juntos en estos momentos históricos difíciles.
Desde este fin de semana, han surgido más reportes inquietantes y la vida para la iglesia afgana está comenzando un nuevo capítulo. Adolescentes cristianas están siendo buscadas por los talibanes. Los talibanes acaban de asaltar la casa de otro líder de iglesia y confiscaron sus biblias y libros.
Aquí en Memphis, nuestro pastor afgano escribió: “No tengo palabras para orar ahora mismo”. Sin embargo mañana, de alguna manera, él transmitirá en vivo un mensaje de esperanza de la Palabra de Dios a Afganistán por Mohabat.tv y facebook.com/afghantv.
El alfarero está moldeando su vasija para sus propósitos.
