Durante los últimos diez años, la minoría cristiana en Egipto y el Medio Oriente han soportado la incertidumbre social y política que siguió a la llamada Primavera Árabe. Por un lado, no hay un momento más relevante como este para que el evangelio florezca, particularmente cuando cristianos y no cristianos asediados buscan la misericordia y el perdón de Dios ofrecidos a través del Salvador crucificado.
Sin embargo, la respuesta de muchos no ha sido el arrepentimiento. Decepcionados por los predicadores de la prosperidad, muchos han perdido su confianza en la Palabra de Dios y han sido presa de otros evangelios.
Dios es siempre soberano y Él está obrando en medio de una creciente minoría que todavía permanece fiel a su Palabra y que vive de una manera digna de las buenas nuevas de Jesucristo. Tan sorprendente como ha sido ver un evangelio terapéutico y de prosperidad en el Medio Oriente, cada semana escuchamos testimonios de personas que ponen atención a las verdades del evangelio bíblico y que creen en el Jesús de las Sagradas Escrituras.
Maneras de orar:
- Acción de gracias a Dios por los líderes evangélicos fieles que proclaman el verdadero evangelio y confrontan a los falsos maestros.
- Por la unidad en la verdad y en el amor entre los evangélicos de diferentes denominaciones mientras se enfrentan a diferentes retos, ya que las divisiones son un problema en la iglesia en el Medio Oriente.
- Por la plantación de iglesias locales saludables en las cuales el evangelio sea presentado a una comunidad más grande.
“Amados, les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra el alma. Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación” (1 Pedro 2:11-12).
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