No es una exageración decir que todos los pastores del mundo han tenido que adaptarse durante el último año para poder servir mejor a la iglesia. La herramienta a la cual la mayoría ha recurrido es la Internet. Muchas congregaciones optan por transmitir en vivo sus servicios o realizar estudios bíblicos a través de Zoom.
Pero, ¿qué haces en un país que es hostil al evangelio y donde las velocidades de Internet son demasiado lentas para transmitir videos? ¿Dónde la importación de recursos cristianos y biblias está regulada por el gobierno y la gente está luchando económicamente?
Un pastor cubano explicó que todo lo que se necesita para que un mensaje llegue a la isla es una memoria USB. Por años, los cristianos cubanos han podido obtener desde el exterior recursos con teología sólida en un pendrive o disco duro, y luego trasladarlos a diferentes congregaciones. En 2020, también comenzaron a distribuir sermones semanales de esta manera.
Las memorias USB semanales, junto con las recientes mejoras que han permitido redes como WhatsApp y Telegram, han sido una gran misericordia de Dios para un país que enfrenta fuertes dificultades económicas. La combinación de necesidades físicas y una mejor comunicación ha abierto la puerta para un avivamiento de la misericordia sacrificial en las iglesias en Cuba. Ellos informan que ya está trayendo salvación y bendición a las comunidades.
Maneras de orar:
- Da gracias por la astucia de nuestros hermanos y hermanas cubanos y su perseverancia en el servicio mutuo con las verdades de las Escrituras.
- Para que este período prolongado de dificultades traiga sabiduría, paciencia y perseverancia a la iglesia cubana.
- Para que el Señor use a sus siervos para alimentar a los hambrientos y ayudar a los enfermos, como testimonio del poder del evangelio.
“Pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad” (2 Corintios 8:2-3).
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