En Corea del Sur, el cristianismo creció junto con la economía después de la Segunda Guerra Mundial. En 1970, el 18% de la población era cristiana; para el año 2000, aumentó a un 31%. Para el año 2006, Corea del Sur estaba enviando a más misioneros que cualquier otro país con excepción de los Estados Unidos.
Pero después las cosas se estancaron. El crecimiento se detuvo y la asistencia a la iglesia empezó a disminuir. No es difícil ver cuál es la generación que está luchando; menos del 2% de la población menor de veinte años asiste a la iglesia.
“El dinero está ganando en Corea”, dicen algunos. “Actualmente, el dinero es el enemigo número uno del cristianismo coreano”. Sin embargo, el dinero no es un buen amo. Muchas personas en este país se encuentran en dificultades, están tristes y ansiosas. Los niños se pasan hasta 16 horas al día en el colegio y programas de tutoría, trabajando para entrar a las mejores universidades. Los empleados trabajan largas horas bajo mucha presión. Las tasas de suicidio son altas y los jovenes reportan altos niveles de infelicidad.
La visión de TGC Corea es apuntar a las personas al Salvador que es mucho más valioso que los trabajos lucrativos o las grandes cuentas de banco. Tenemos una verdad por la cual, como la perla bíblica en el campo, vale la pena vender todas tus posesiones para poder adquirirla.
Maneras de orar:
- Alaba a Dios por el crecimiento que tuvo en el pasado el cristianismo en Corea del Sur y por los muchos pastores fieles que todavía están haciendo su labor.
- Para que los coreanos puedan ver el vacío del ídolo de las riquezas.
- Para que el ministerio de TGC Corea sea usado como un canal del amor y la misericordia de Dios.
“Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?” (Romanos 8:31-32).
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