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El año pasado resolví leer la Biblia tres veces durante el año. Sí, tres veces.

En un inicio, tomé la decisión en un instante de arrebato. Hice los cálculos y descubrí que sería posible lograrlo con una hora diaria de lectura. Luego noté que simplemente quería disciplinarme para adquirir un hábito que siempre había deseado. Finalmente, acepté que mi arrebato y deseo de disciplina eran nada comparados con mi deseo de conocer a Dios y caminar con Él.

Como suele pasar, inicié mi plan de lectura con intensidad pero, a medida que avanzaban las semanas, mis lecturas disminuyeron mucho. La familia, los estudios, el trabajo, el tiempo en Facebook, y algo de ejercicio físico, fueron los factores que me hicieron decaer en mi ritmo de lectura.

A pesar de lo rápido que pasaban los meses, perseveré mientras intentaba hallar una dinámica en mi rutina que me permitiera leer la Biblia al menos dos veces. Fue imposible para mí. De todos modos, logré completar la lectura de la Biblia el último día del año. ¡La satisfacción fue enorme!

Aunque es genial hacer planes para bajar de peso este año, ir al gimnasio, tener un viaje de misiones, mejorar tu carácter, leer más libros, comprar un carro, evitar discusiones, salir de la casa de tus padres, encontrar una novia, comenzar la maestría, casarte, tener hijos, emprender… he visto la importancia de no dejar de leer la Palabra en medio de todos esos planes. Por mi parte, ya comencé a leerla de nuevo y espero leerla dos veces este año.

La Biblia es el único libro que vale la pena leer y releer hasta el último día de nuestras vidas.

Si te has propuesto leer toda la Biblia en el 2018, y entiendes que puedes quedar a medio camino, déjame animarte con algunas observaciones que podrían ser de utilidad:

1. No hay excusas para no leer la Palabra de Dios. Todos tenemos 24 horas: tiempo suficiente para apartar 20, 30, o 60 minutos de lectura bíblica diaria. “Hay un tiempo señalado para todo” (Ec. 3:1).

2. Asegúrate de que tu lectura no sea para presumir ante los demás. Más bien, lee la Biblia para conocer a Dios, crecer, y edificar a otros (Sal. 119.58).

3. Los planes de lectura son útiles para la gente que viene con disciplina en el ADN. Si no eres uno de ellos, olvídate de los planes y simplemente comienza a leer la Palabra. Así evitarás frustraciones y disfrutarás más la lectura.

4. La Biblia dice que dos son mejor que uno (Ec. 4:9). Por lo tanto, si puedes involucrar de alguna manera a otros miembros de tu familia o iglesia en tu plan de leer toda la Biblia este año, adelante.

5. No pienses que puedes olvidarte de la Biblia una vez leída. Ella es el único libro que vale la pena leer y releer hasta el último día de nuestras vidas. Esta es la única forma de aprender de Dios y confiar en sus palabras (Deut. 17:19).

6. En la Biblia está la verdadera esperanza: Jesús. Él es el único que puede dar transformación, sentido de vida, y eternidad a todos aquellos que tienen la dicha de conocerlo (Jn.14:6).

Por último, un dato que puede interesarte: La Biblia tiene 1189 capítulos. Por lo tanto, si lees tres capítulos diarios, la terminas en un año; si lees seis, en un semestre; si lees trece, la puedes terminar incluso en tres meses.

No te desanimes al buscar leer la Palabra. No hace daño leer la Biblia en un año. ¡Ánimo!


Imagen: Lightstock.
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