¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

“¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?”, ‭‭1 Corintios‬ ‭15:55‬.

Muchas veces, la forma en que hablamos de la muerte física y la consideramos revela mucho acerca de las luchas de nuestro corazón.

En nuestra sociedad, es interesante notar cómo vemos con asombro y tenemos en estima a las personas que, decimos, lucharon con valentía hasta el final. Tuvieron el coraje para “ver a la muerte a la cara” y presentaron una heroica estancia ante este enemigo.

Lamentablemente, y a pesar de los avances tecnológicos y médicos, esas historias tarde o temprano siempre terminan de la misma manera. Eventualmente, toda persona pierde la batalla. La muerte sigue siendo terriblemente exitosa en lo que se refiere al porcentaje de seres humanos que son afectados por ella.

El autor del libro de Hebreos dice que “está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio” (‭‭Heb.‬ ‭9:27)‬‬. No habrá nada que pueda cambiar esta realidad para el ser humano. Sin embargo, para el hijo de Dios, la muerte es un momento para testificar de otras cosas más importantes que el preservar nuestras vidas. Es una oportunidad para apuntar a ese otro mundo para el cual fuimos creados y el cual nuestro corazón anhela.

Esto no significa que los cristianos anticipamos o celebramos la muerte. Tampoco nos rendimos simplemente a ella con resignación y despecho. Es solo que sabemos que, en la resurrección de Jesús, ese viejo enemigo ya ha sido derrotado. La muerte ha perdido su fuerza y control sobre nuestras vidas. Cristo vino para “librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida” (Heb.‬ ‭2:15‬).

Las buenas noticias para ti y para mí son que, gracias a la obra de nuestro Salvador en la cruz del Calvario, podemos terminar bien nuestra carrera con una humilde y gozosa sumisión a su perfecta voluntad, buscando su gloria por sobre todas las cosas. Podemos terminar nuestros días así porque la muerte no tiene la última palabra.

“Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte” (‭‭Fil.‬ ‭1:20).‬

Piensa en esto hasta que tu corazón responda gozosamente en adoración.


Imagen: Lightstock.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando