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“No hagas tonterías”.

Esas fueron las palabras que les dije a mis tres hijos mientras crecían. Luego les daba ejemplos específicos de a lo que me refería.

¿Por qué les hablé de esa manera sin rodeos a mis hijos? Porque los amo. Porque realmente quiero lo mejor para ellos. Porque quiero darles advertencias claras y poderosas para mantenerlos fuera de problemas.

Pastores y líderes de la iglesia: por favor, presten atención a las palabras en esta publicación. Por favor, comprendan que el consejo viene de una persona que no es nueva en esto, una persona que ha visto cosas imprudentes mucho más veces de lo que quisiera.

Por alguna razón, algunos líderes de la iglesia simplemente no creen que los atraparán. O piensan que los pasos pequeños no los llevarán a pasos más grandes, a una caída total. Por favor, lee estos cuatro actos de imprudencia cuidadosamente y en oración. Y pídele a Dios que te proteja de caer en cualquiera de estas áreas.

1. Coquetear peligrosamente con los límites sexuales

Cuando llega el punto donde sucede una relación sexual, el pastor ya había cruzado antes varios límites sexuales. No existe tal cosa como un comentario o texto coqueto que no sea dañino, cuando es a alguien del sexo opuesto que no sea tu cónyuge. La pornografía no es un acto solitario que no lastima a nadie más. La consejería continua donde se insinúa que se deben satisfacer las necesidades mutuas nunca es una buena idea. Las relaciones de trabajo cercanas pueden llegar a ser demasiado cercanas. No pienses que no te puede pasar a ti.

2. Plagio

No copies ese primer sermón. Puedes pensar que te saldrás con la tuya, pero luego se convierte en un patrón. Si encontraste buenos sermones de Alistair Begg y Andy Stanley, también los escucharán aquellos que te escuchan a ti. Si descubriste algunos sitios de sermones increíbles con mensajes completamente preparados, también los encontrarán aquellos en tu congregación. Recibo mensajes en las redes sociales donde los miembros y el personal comparten conmigo que sus pastores están plagiando. Ellos lo saben. No lo hagas.

3. Imprudencia financiera

Una tarjeta de crédito de la iglesia puede ser muy útil. Una tarjeta de crédito de la iglesia puede ser muy peligrosa. Ni siquiera pienses en poner un cargo personal en tu tarjeta de crédito. Y no digas que lees el libro Never Eat Alone (Nunca comas solo) para justificar comer con los fondos de la iglesia todos los días. Si tienes alguna duda acerca de un asunto financiero, lo mejor es estar del lado de la cautela total.

4. Locura en las redes sociales

Lo siento, pastores, pero las redes sociales no son un lugar para desahogarse, meterse en peleas acerca de política, o para unirse a un grupo de críticos. Simplemente no ayuda en nada semejante locura. Evita los comentarios sarcásticos y explosivos. No te pongas a discutir con un miembro de la iglesia en Twitter o Facebook. No seas el crítico constante. Y nunca, nunca, jamás hagas comentarios desagradables o sexuales. Y si crees que es injusto que no puedas hacer lo que otros hacen, consigue otro trabajo. El oficio de pastor, al igual que otras posiciones de liderazgo de la iglesia, exigen que demuestres integridad total. En algún lugar leí que deberías ser irreprensible.

Pastores y otros líderes de la iglesia: ya tienen demasiados ataques con qué lidiar por personas criticonas y peleonas. Ciertamente no necesitas heridas autoinfligidas. Casi siempre te meterá en problemas.

Y si es uno de los cuatro que mencionamos, es probable que por causa de eso te despidan.

Por favor no seas imprudente.


Publicado originalmente por Thom Rainer. Traducido por Stephanie Gonzáles.
Imagen: Lightstock.
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