¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

C. S. Lewis modeló el desacuerdo en varias maneras que nos sirven de ayuda. A veces declaraba que ciertas ideas estaban equivocadas. Al principio de Mero cristianismo anticipó la objeción contra la moralidad universal: «Sé que algunos dicen… que diferentes civilizaciones y épocas han tenido pautas morales diferentes». Simplemente siguió con: «Pero esto no es verdad». Primero expuso firmemente su posición y después ofreció el sustento para su afirmación.

En otras oportunidades suavizaba sus palabras cuando otros afilaban las suyas. Esto funciona especialmente bien al contrarrestar ideas equivocadas comunes sobre el evangelio. Por ejemplo, cuando Lewis abordó la afirmación de que el cristianismo es solo un conjunto de reglas a seguir, respondió con amabilidad: «No creo que ese sea el mejor modo de verla. Diría más bien que cada vez que realizamos una elección estamos transformando nuestra parte central, aquella que elige, en algo ligeramente diferente a lo que era antes».

En algunos casos, sus brillantes habilidades de razonamiento le permitieron desmantelar los argumentos antes de ofrecer la verdad. Tal fue el caso cuando respondió a la afirmación de que Jesús era solo un buen hombre pero no Dios: «Un hombre que fuera simplemente un hombre y dijera la clase de cosas que Jesús decía, no sería un gran maestro moral. Sería ya sea un lunático —en el mismo nivel que el que dice que es un huevo escalfado—, o el Demonio del Infierno. Tienen que elegir». También enfrentó la idea de que Jesús nunca afirmó ser Dios. Algunos decían que sus discípulos fueron quienes inventaron esas declaraciones. Lewis respondió: «La teoría solo te deja doce lunáticos inexplicables en lugar de uno solo».

Por supuesto, al responder a objeciones no muy sinceras, no sintió la necesidad de andar con rodeos

«No hay para qué preocuparse de esos chistosos que tratan de ridiculizar la idea cristiana del “Cielo” diciendo que no quieren “pasar toda la eternidad tocando el arpa”. La respuesta para esa gente es que si no pueden entender los libros escritos para adultos, no deberían hablar de ellos».

¿Eso parece muy duro? Es probable que lo sea para la mayoría de nosotros en la mayoría de nuestras situaciones. Pero toma en cuenta las grandes diferencias entre los contextos que habitamos (por lo general, conversaciones individuales con un amigo) y las plataformas de Lewis (emisiones de radio, discursos públicos o argumentos en libros). Esto se adapta a algunas situaciones que conllevan declaraciones radicales o cortantes. Sin embargo, a menudo debemos moderar la audacia de nuestras reprensiones. Aun cuando estamos sentados en la mesa frente a un amigo confundido, nuestros enfrentamientos gentiles deben ser tanto genuinamente gentiles como genuinamente enfrentamientos.

Entendiendo los tiempos

C. S. Lewis entendió bien sus tiempos y respondió de forma admirable. Una de sus reprensiones más sustanciales (y una que es particularmente relevante en nuestra época) fue su condena del esnobismo cronológico. Este punto de vista afirma que lo que creemos hoy debe ser verdad porque es lo más reciente. Asume que hemos evolucionado intelectualmente, por lo que nuestras creencias deben ser mejores que las de las personas menos ilustradas del pasado. 

Nuestros enfrentamientos gentiles deben ser tanto genuinamente gentiles como genuinamente enfrentamientos

Lewis hacía alusión a este tema repetidas veces, sabiendo que en ciertas ocasiones hay que socavar las suposiciones antes de ofrecer alternativas. Lewis conocía el poder del esnobismo cronológico porque él mismo fue preso de este punto de vista durante años. Él había descartado el cristianismo solo porque lo consideraba anticuado. 

¿No conoces a personas que sienten lo mismo sobre aspectos de nuestra fe en la actualidad? Ya sea la enseñanza de la Biblia sobre el infierno, la sexualidad humana o la importancia de la iglesia, muchos hoy consideran que la fe cristiana es obsoleta. «Es tan arcaica», podrían decir. «Hoy estamos más avanzados en nuestro pensamiento, somos más científicos, más racionales», podrían agregar. En ese punto, nuestra táctica preevangelística necesita socavar el esnobismo cronológico detrás de sus suposiciones no examinadas. 

Rechaza las suposiciones

Responder a las suposiciones no examinadas de alguien sobre el cristianismo podría lucir de la siguiente manera:

«Dices que no crees en el infierno porque es una idea obsoleta. ¿Es eso correcto? ¿Crees que es tonto? Me pregunto: ¿crees que Jesús era un tonto? Habló más sobre el infierno que cualquier otra persona en la Biblia».

O: 

«Rechazas el cristianismo porque entiendes que los cristianos son hipócritas. Te he escuchado decir muchas veces: “Al menos no soy un hipócrita”. ¿Es ese el peor pecado, la hipocresía? ¿No hay cosas peores? ¿Crees que todos los cristianos son hipócritas? ¿Hay más hipócritas cristianos que hipócritas no cristianos?».

No todas las objeciones al evangelio consisten en este nivel de pensamiento. Vivimos en una época de eslóganes y clichés superficiales. Algunas personas parecen construir sus vidas sobre una jerga como «Solo tienes que creer en ti mismo», «No te encuentras a ti mismo; te construyes a ti mismo» o «Lo que es cierto para ti no necesariamente es cierto para mí». Una vez más, tenemos que enfrentarlo. Algunos clichés deben desmoronarse antes de involucrarnos con un nivel de pensamiento más profundo.

Vale la pena hacer una lluvia de ideas de antemano sobre cómo podrías hacerlo. A veces solo digo: «¿En serio?», «¿Podemos discutir eso?» o «¿Qué significa esa frase para ti?». Unas pocas respuestas breves como estas pueden ser suficientes para romper los muros de los eslóganes. 

Cuestiona la pregunta

A veces necesitamos cuestionar la pregunta antes de responderla. Esto requiere algo de práctica, pero estoy convencido de que es una habilidad que todos podemos desarrollar. 

Algunos clichés deben desmoronarse antes de involucrarnos con un nivel de pensamiento más profundo

Por ejemplo, si alguien pregunta: «¿Estás diciendo que los ateos no van al cielo solo porque no creen en Dios?». Podrías responder: «¿Por qué un ateo querría ir al cielo?». Es posible que se vean confundidos por tu respuesta, pero no permitas que la confusión de ellos te desanime. A veces, las personas deben sentirse perplejas antes de considerar otra perspectiva.

Podríamos continuar con «No entiendo por qué aquellos que han vivido toda su vida separados de Dios querrían pasar la eternidad con ese Dios». El entendimiento de C. S. Lewis puede dar forma a nuestra perspectiva: «En última instancia solo hay dos tipos de personas: los que dicen a Dios “hágase tu voluntad” y aquellos a quienes Dios dirá, al fin, “hágase tu voluntad”».

Si las personas te preguntan (a menudo con un cierto grado de condenación) si estás tratando de convertirlos, podrías responder con «Parece que estás tratando de convertirme a mí». Se sentirán horrorizados por esta acusación. ¡Pero deben llegar a admitir que quieren convertirte a un tipo de cristianismo que no trata de convertir a la gente!

Sus esfuerzos por convertirte son tan precisos como tus esfuerzos por convertirlos a ellos. Por supuesto, podrías intentar una táctica diferente y sorprenderlos con «¡Por ​​supuesto que estoy tratando de convertirte! ¿Qué clase de cristiano sería si no lo intentara? Jesús dio este último mandamiento a sus seguidores: hacer discípulos de todo el mundo». Si se suavizan un poco, podrías agregar: «¿No tratan las personas de contarle a los demás las cosas buenas que han encontrado? “Tienes que probar este nuevo restaurante” o “Tienes que ir a ver esa película”. ¿No nos gustaría que las personas nos digan si han encontrado algo que en realidad es bueno?».


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Nota del editor: 

Este artículo es un extracto adaptado del libro de Randy Newman, Mere Evangelism: 10 Insights from C. S. Lewis to Help You Share Your Faith [Mero evangelismo: 10 lecciones de C.S. Lewis para ayudarte a compartir tu fe] (The Good Book Company, 2021).

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando