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Durante el mes de mayo, los miembros de #CoaliciónLee estuvimos leyendo La vida cruzcéntrica, de C. J. Mahaney. 

Tuve la oportunidad de hacerle algunas preguntas sobre este libro a su autor. Mahaney nos explicó un poco acerca de cómo cambia nuestra vida cuando nos centramos en la cruz, y de algunas de sus formas favoritas para tener un día cruzcéntrico.


1. ¿Por qué creyó importante escribir acerca de la vida cruzcéntrica?

Creo que lo que Jerry Bridges escribió en su excelente libro La disciplina de la gracia es la mejor respuesta a esta pregunta:

“El evangelio no es solo el mensaje más importante de toda la historia; es el único mensaje esencial de toda la historia. Sin embargo, permitimos que miles de cristianos profesantes vivan sus vidas enteras sin entenderlo realmente y sin experimentar el gozo de vivir en él”.

Escribí La vida cruzcéntrica como mi pequeño intento de ayudar a los cristianos profesantes a entender el evangelio y experimentar el efecto transformador del evangelio en sus vidas.

2. ¿Cómo cambió su caminar cristiano al entender el concepto de vivir una vida cruzcéntrica?

Bueno, mi caminar cristiano es informado por el evangelio del Cristo resucitado de la cruz, cada día de mi vida hasta hoy. Pero una manera importante en la que esto marca toda la diferencia cada día es que el evangelio dirige la atención de mi alma lejos de mí mismo hacia lo que tuvo lugar en un monte llamado Calvario, donde Cristo murió como sustituto por mis pecados, satisfaciendo la ira de Dios y asegurando mi perdón, justificación, adopción, redención… y la lista sigue. El efecto inevitable del evangelio en nuestros corazones es gratitud a Dios, afecto por Dios, y feliz obediencia a Dios, todo para la gloria de Dios. Así que al predicar el evangelio a mí mismo cada día puedo empezar el día agradecido porque estoy mejor de lo que merezco. Y esto me hace ser humilde y produce un gozo fresco en mi corazón, lo cual informa el servicio a mi familia y a la iglesia en medio de las cosas ordinarias de la vida diaria.

3. Usted escribe: “Nuestra participación en el proceso de santificación viene solo después de que hemos sido justificados delante de Dios solo por gracia, solo a través de Cristo”. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que equivocadamente buscamos la piedad separados de la gratitud por lo que ya ha sido hecho por nosotros en la cruz?

¡Otra buena pregunta! Si no distinguimos entre la justificación y la santificación (sin separarlas) seremos vulnerables a intentar ganarnos el perdón de Dios, la justificación delante de Dios, y la aceptación por parte de Dios a través de la obediencia a Dios. Así que hacer esta distinción es vital o seremos vulnerables a toda clase de legalismo. La justificación es ser declarados justos. La santificación es ser hechos justos; ser conformados a la imagen de Cristo. La justificación es nuestra posición delante de Dios, una posición que se hace nuestra permanentemente al momento de nuestra conversión. La santificación es nuestra práctica, que continúa a lo largo de nuestras vidas. La justificación es inmediata y completa desde la conversión. Nunca serás más justificado que en el primer momento en el que confiaste en la persona y obra terminada de Cristo. La santificación es un proceso progresivo.

Cuando esta distinción es clara podemos abordar cada día estudiando la Escritura, sirviendo a otros, y obedeciendo con gozo los buenos y sabios mandamientos de Dios sin que nuestra obediencia se convierta en una manera de justificarnos a nosotros mismos. Nos dedicamos a las buenas obras no para buscar méritos, ganarnos nuestra salvación, o intentar justificarnos delante de Dios, sino como una gozosa obediencia al Dios que ya nos ha justificado en Cristo por gracia. Estas buenas obras son evidencia de salvación, no el fundamento o la base de ella.

4. ¿Cuáles son algunas de sus formas favoritas de vivir un “día cruzcéntrico”?

Creo que el día cruzcéntrico comienza con contemplar el evangelio desde la Escritura, aplicando el evangelio a mí mismo de manera personal, y celebrando el evangelio a través de la música. Así que mis prácticas de cada mañana no son únicas ni impresionantes. Son simples, pero por gracia de Dios efectivas, particularmente a lo largo del tiempo. Me encanta empezar el día contemplando la narrativa de la Biblia, “Jesucristo, y Este crucificado (1 Cor. 2:2), en cualquiera que sea el libro de la Biblia que esté estudiando. Encuentro útil leer una pequeña porción de la Escritura cada día y meditar en algunos versículos. Normalmente no leo porciones largas, y leo lentamente. Esta manera de hacer las cosas realmente le sirve a mi alma.

Bryan Chapell escribió algo muy útil: “Cada texto es [ya sea] predictivo de la obra de Cristo, preparatorio para la obra de Cristo, reflexivo acerca de la obra de Cristo, o resultante de la obra de Cristo”. Así que descubrir, reflexionar, aplicar, y celebrar cómo el texto que estoy leyendo contribuye a la gran historia de la Biblia es mi manera favorita de empezar el día, y la manera en que inicio el día generalmente hace toda la diferencia en el resto de mi día.

5. ¿Cómo pueden los pastores animar a sus iglesias a vivir diariamente vidas cruzcéntricas, ya sea en casa o en el trabajo?

La manera más efectiva en que los pastores pueden servir a los que aman es predicándoles apasionadamente el evangelio cada domingo. J. I. Packer escribió: “El viajero que va a través del panorama de la Biblia se extravía en cuanto pierde de vista el monte llamado Calvario”. Así que la manera más efectiva en la que un pastor puede servir a su iglesia es asegurándose de que hay algún vistazo del Calvario que sea adecuado (y no impuesto) al texto que está predicando en cada sermón. Las personas deben venir cada domingo esperando ver el monte Calvario a través de la predicación de la Palabra de Dios, sin importar de qué libro de la Biblia esté predicando su pastor. Y luego, el pastor necesita aplicar el evangelio de manera específica y hábil a todos los detalles de la vida diaria en y a través de su predicación.

Así que debemos ayudar a las personas a contemplar la gloria del evangelio, pero también a aplicar el evangelio a sus corazones y en el servicio a otros en el contexto del hogar y el trabajo. Esto es de vital importancia en el ministerio de enseñanza de un pastor.

6. ¿Podría enviar un breve mensaje a las más de 6,000 personas que son parte de #CoalicionLee, el grupo de lectura de Coalición por el Evangelio, que leyó “La vida cruzcéntrica” en mayo?

¡Me encantaría enviarles a estas personas un breve mensaje como agradecimiento por leer este libro! De hecho, me encantaría poder agradecer a cada uno de ellos en persona. Espero que este libro les haya servido de alguna pequeña manera con el evangelio. ¡Oro por que sean abrumados por la gracia mientras contemplan la asombrosa cruz!

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