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La predicación domingo tras domingo de la Palabra de Dios es un gran privilegio. También es una gran responsabilidad y una labor muy ardua. Pensando en esto, en Coalición por el Evangelio hemos iniciado una serie de entrevistas breves a pastores experimentados en la labor de exponer lo que Dios ha hablado a su iglesia.

A continuación, Justin Burkholder nos explica cómo prepara sus sermones. Él sirve como pastor en Iglesia Reforma (Guatemala) y como coordinador de plantación de iglesias para The Evangelical Alliance Mission. También es el autor de Sobre la Roca: un modelo para iglesias que plantan iglesias y escribe en su blog.


¿Cómo luce su preparación para el sermón dominical?

Usualmente empiezo el día martes imprimiendo el texto en una hoja. Allí comienzo a hacer observaciones del pasaje mientras analizo las palabras en él. Utilizo mucho Logos y su guía exégeta del pasaje, estudiando versículo por versículo y palabra por palabra, para asegurarme de que estoy entendiendo la lógica del texto.

Después de que he llegado a una buena idea de la estructura del texto y he plasmado su idea central, dejo de trabajar en el sermón por el resto día y me ocupo de otras cosas. Eso me permite orar sobre el pasaje y pensarlo un poco en la tarde o la noche.

El miércoles dedico el día entero a la preparación del sermón. Empiezo con el texto otra vez, ajustando mi estructura del sermón si es necesario. Luego visito algunos comentarios para comparar mis observaciones.

Después empiezo a escribir el sermón como tal. Inicio con los puntos principales y empiezo a desarrollar y explicar los pensamientos del autor, viendo sus aplicaciones mientras escribo. Usualmente termino con un buen mapa de hacia adónde voy.

Luego de esto, no vuelvo a tocar el sermón hasta el viernes o el sábado, cuando termino el bosquejo y añado la introducción, la conclusión, y las ilustraciones. Este tiempo adicional me permite meditar más el texto y contemplar las mejores formas de comunicar la idea central.

¿Cómo escoge el pasaje o el tema que abordará en su sermón?

En Iglesia Reforma predicamos principalmente series de libros enteros. De vez en cuando hacemos series temáticas, pero ellas usualmente tienen que ver con algo teológico o muy puntual con lo que está lidiando nuestra membresía.

La manera en la que uno prepara sus prédicas debería adecuarse a su contexto y realidad diaria.

 

Planificamos nuestra predicación con más o menos un año de antelación. Los pastores siempre estamos en oración por nuestra congregación y, en base a lo que observamos en ella, determinamos cuáles serían los mejores libros para predicar el próximo año.

¿Dónde aprendió su método para preparación de sermones?

Aunque tomé clases de predicación en el seminario, desarrollé mi método durante mi práctica, buscando la forma de preparar sermones que tenía más sentido para mi manera de pensar y mi horario. Lo más importante es que seamos fieles al texto.

La manera en la que uno prepara sus prédicas debería adecuarse a su contexto y realidad diaria. Por ejemplo, ahora tengo a dos hijas pequeñas en casa. Eso significa que no tengo muchas horas fuera de la oficina para preparar sermones, y tengo que buscar aprovechar bien el tiempo que tengo.

¿Más o menos cuánto tiempo toma preparar un sermón?

Si hablamos de horas sentadas frente a texto, usualmente son más o menos 10. Sin embargo, uno pasa mucho más tiempo meditando y pensando el sermón. Salgo a correr en las mañanas y ese tiempo también me sirve para ajustar ciertas partes de la prédica. En mis tiempos de oración también vienen cosas a mi mente en cuanto a la forma en que voy a comunicar la Palabra.

¿Utiliza manuscritos, bosquejos, una mezcla de ambos?

Utilizo manuscritos, en particular porque estoy predicando en mi segundo idioma. Sin embargo, he predicado con manuscritos desde que era un predicador más joven. Esto me ayuda a tener claro lo que diré, y si luego me quiero desviar del bosquejo en algo que siento que el Espíritu me está moviendo a decir, puedo hacerlo sin perder el rumbo. Siempre puedo regresar cuando tengo mi manuscrito frente a mí.

¿Usa un iPad o imprime sus sermones? ¿Por qué?

Prefiero usar un iPad porque siento más libertad cuando lo uso. No tengo que estar distrayéndome con las hojas. También me permite llevar mis prédicas siempre conmigo. En cualquier momento podría sacar algún sermón que he predicado antes, y predicarlo. Más que nada, me gusta porque no tengo que pensar en imprimir mis sermones o preocuparme por perder el orden de las hojas.

El único que hace que nuestra predicación sea eficaz es el Espíritu Santo.

¿Alguna recomendación para nuevos predicadores?

Todavía me considero un predicador nuevo. Sin embargo, sí puedo decir que es muy importante encontrar tu propia voz. No podemos predicar como John Piper o R. C. Sproul. Así que mi recomendación es: ¡sé tú mismo! Dios te creó con una perspectiva, una forma de pensar, dones, y habilidades. No tienes por qué intentar emular a otro, a menos que sea en su piedad y fidelidad al texto.

¿Cómo describiría la importancia de la oración y el Espíritu Santo en la preparación y entrega de sermones?

Creo que todo pastor que se sube a un púlpito para predicar no cree que ha orado lo suficiente. Esto es parte del desafío de ser predicador. Sin embargo, el único que hace que nuestra predicación sea eficaz es el Espíritu Santo.

Es por eso que, además de orar por el sermón durante la semana, también oro el domingo en la mañana antes del servicio, durante la alabanza, y momentos antes de estar en el púlpito. Le ruego a Dios que haga que su Palabra sea eficaz en la vida de su pueblo. Mis palabras no pueden hacer que los muertos resuciten, pero Dios sí puede obrar eso con su Palabra y eso es lo que anhelamos.


Puedes escuchar sermones del pastor Justin en el sitio web de Iglesia Reforma.

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