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La historia: Una nueva encuesta revela que uno de cada seis adultos entre las edades de 18 y 23 años ahora se identifica como LGBTQ.

Antecedentes: Una encuesta reciente de Gallup (en inglés) revela que la cantidad de estadounidenses que se identifican como lesbianas, homosexuales, bisexuales o transgénero ha aumentado al 5.6%, en comparación con el 4.5% en la actualización anterior de Gallup que estuvo basada en datos del 2017. El incremento se debe principalmente a que las generaciones más jóvenes, que con mayor probabilidad se consideran algo más que heterosexuales, se identifican más como LGBT.

Casi uno de cada diez (9.1%) millennials (estadounidenses nacidos entre 1981 y 1996) y uno de cada seis (15.9%) miembros de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2002) se identifican como LGBTQ. En comparación, solo el 3.8% de la generación X (nacidos 1965-80), el 2% de los baby boomers (nacidos entre 1946-64) y el 1.3% de la generación silenciosa (nacidos antes de 1946) se identifican como algo diferente a heterosexual.

La categoría no heterosexual más grande es la bisexual. Más de la mitad de los adultos LGBTQ (54.6%) se identifican como bisexuales, en comparación con aproximadamente una cuarta parte (24.5 %) que dicen ser homosexuales, 11.7% que se identifican como lesbianas y 11.3% que se identifican como transgénero. Un 3.3% adicional ofrece voluntariamente otra preferencia o término no heterosexual para describir su orientación sexual, como queer o amante del mismo género. (Los encuestados podían dar múltiples respuestas al describir su identificación sexual, razón por la cual los totales superan el 100%).

La gran mayoría de los adultos de la generación Z que se identifican como LGBTQ (72%) dicen ser bisexuales. Gallup señala que el 11.5% de todos los adultos de la generación Z en los Estados Unidos dicen que son bisexuales, y alrededor del 2% se identifica como homosexual,  1.5% como lesbiana y otro 2% como transgénero.

Aproximadamente la mitad de los millennials que se identifican como LGBTQ dicen que son bisexuales. En los grupos de mayor edad, la preferencia bisexual no es significativamente más común que la preferencia homosexual o lesbiana.

Las mujeres también son más propensas que los hombres a identificarse como LGBTQ (6.4% y 4.9%, respectivamente) y bisexuales (4.3%, con 1.3% identificándose como lesbianas y 1.3% como otra cosa).

¿Qué significa esto? Nadie que ha estado dando seguimiento a las tendencias de la sexualidad en Estados Unidos se sorprenderá de estos resultados. El contagio social y la normalización de la homosexualidad se han combinado para hacer que las generaciones más jóvenes, altamente susceptibles y crédulas, crean que deberían identificarse como LGBTQ.

El contagio social es la tesis que señala que las actitudes, creencias y comportamientos pueden propagarse a través de las poblaciones como si estos fueran infecciosos de alguna manera. “La simple exposición a veces parece ser una condición suficiente para que ocurra la transmisión social”, dice el psicólogo investigador Paul Marsden (en inglés). “Esta es la tesis del contagio social: que los fenómenos socioculturales pueden propagarse y transmitirse entre poblaciones más parecido a los brotes de sarampión o varicela que a través de un proceso de elección racional”.

El contagio social es la única explicación adecuada de por qué tantas personas jóvenes, especialmente mujeres, afirman ser bisexuales o “bicuriosas” en tan poco tiempo. La promoción generalizada por los medios de comunicación de las relaciones entre mujeres bisexuales ha promovido la idea de que tal “experimentación” es una parte natural del crecimiento femenino.

La bisexualidad como forma de contagio social tiene numerosas causas que a menudo se refuerzan a sí mismas.

En primer lugar, durante años, el término de búsqueda más popular para la pornografía de mujeres ha sido “lesbiana”. (Sin embargo, este nombre es un poco inapropiado, ya que la mayor parte de la pornografía producida para esta categoría es por mujeres que también producen pornografía heterosexual). La pornografía que incluye a mujeres que participan en actos sexuales con otras mujeres es también la categoría más popular entre hombres y mujeres de 18 a 24 años de edad. Entre las mujeres que buscan pornografía en línea, “lesbiana” es el término más popular en general, y ese contenido tiene el doble de probabilidades de ser visto por mujeres que por hombres.

En los últimos 40 años, una gran cantidad de investigaciones en ciencias sociales ha establecido que el consumo de pornografía afecta las percepciones de la sexualidad y las normas sexuales. Desde el 1973, los investigadores revelaron que la exposición a la pornografía a una edad temprana aumentaba la participación en prácticas homosexuales (en inglés). No es sorprendente que, ya que más mujeres jóvenes están expuestas a la pornografía homosexual a una edad temprana, ellas consideren que participar en actos sexuales con otras mujeres es una parte natural de la feminidad.

Esa imagen se ve reforzada por sus modelos a seguir en los medios. Un número sorprendentemente alto de actrices jóvenes que comenzaron sus carreras en Disney Channel ahora se identifican como bisexuales, lesbianas o queer o han hablado de tener relaciones sexuales homosexuales. La lista incluye a: Miley Cyrus, Rowan Blanchard, Demi Lovato, Raven Symone, Selena Gomez, Josie Totah, Mollee Gray, Hayley Kiyoko, Alyson Stoner y Bella Thorne. Para otras actrices jóvenes y estrellas del pop, declararse gay/bisexual/queer es casi obligatorio y necesario para que el público joven los considere aliados de los LGBT.

Una de las razones por las que la bisexualidad se considera necesaria es que ahora se considera “transfóbico” no sentirse atraído sexualmente por alguien que tiene los mismos genitales que tú. En otras palabras, si eres un hombre que se niega a salir con una mujer trans (es decir, un hombre) o una mujer que se niega a salir con un hombre trans (es decir, una mujer), serás llamado transfóbico. (Irónicamente, esto anula la L y la G en LGBT, ya que los hombres homosexuales y las mujeres lesbianas que se niegan a salir con alguien que tiene genitales del sexo opuesto también se consideran transfóbicos). Para muchos estadounidenses, aún si no te sientes atraído a tu mismo sexo y no tienes deseo alguno de entablar una relación con personas del mismo sexo, es mejor identificarse como “bisexual” para evitar ser considerado intolerante.

¿Qué se puede hacer sobre la influencia del contagio social bisexual? El paso más importante que puede dar un padre es ayudar al niño a seleccionar el grupo correcto de compañeros. Para bien o para mal, tus hijos se verán influenciados por las personas con las que se relacionan. Si bien la Biblia no usa el término “contagio entre pares”, tiene mucho que decir sobre la compañía que mantenemos y el evitar las influencias dañinas:

“El que anda con sabios será sabio, pero el compañero de los necios sufrirá daño” (Proverbios 13:20).

“Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas” (Proverbios 1:10).

“No se dejen engañar: ‘Las malas compañías corrompen las buenas costumbres’” (1 Corintios 15:33).

Por supuesto, no podemos controlar completamente a quién estarán expuestos, pero siempre que sea posible, los padres deben conocer el grupo de compañeros de su hijo. Tanto como podamos, debemos elegir con quién pasarán su tiempo, tanto en línea como en persona.

Otra clave para combatir el contagio entre pares es diluir el efecto de los pares con influencias intergeneracionales. Fuera de los padres y maestros, la mayoría de los adolescentes y los niños no se relacionan con personas mayores todos los días. Esto suele ser cierto aún en nuestras iglesias, que tienden a estar segregadas por grupos de edad.

Tener personas mayores en la vida de los hijos puede diluir el efecto de su cohorte de edad y brindar a los adolescentes una perspectiva más amplia de sus problemas. También es útil que los niños mayores y los adolescentes tengan un adulto en la iglesia (y fuera de su familia) al que puedan acudir en busca de orientación o para hablar sobre sus luchas.

La comunidad intergeneracional es parte de la visión de Dios para la iglesia y la familia, por lo que nuestros hijos sufren cuando no tienen amistades e influencias que cruzan las líneas generacionales. Especialmente necesitamos cristianos mayores que no tengan miedo de hablar a favor de la visión bíblica de la sexualidad y mostrar a las generaciones más jóvenes cómo Jesús modela una mejor manera de ser un humano.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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