¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

“De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza”, Job 42:5-6

Al terminar el libro de Job, hay varias lecciones que me impactan profundamente.

Por un lado, después de que Job ha estado luchando con Dios para probar su inocencia, tiene que llegar al punto de rendirse completamente a Él. Como dice el versículo, él dice que aunque de alguna forma le conocía, ahora ha tenido una profunda y transformadora experiencia que le abre los ojos a su condición de justicia propia. y a la vez, a la gracia, misericordia y amor del Padre.

Son versículos tan impactantes, tan personales, tan… familiares, porque deben apuntar a esa misma experiencia nuestra de vivir vidas caracterizadas por el arrepentimiento como una evidencia de la obra del evangelio en nosotros.

Por otro lado, es interesante que los argumentos de los amigos de Job estaban, si no en todo, en bastantes cosas en lo correcto. Sin embargo en este último capítulo, el Señor mismo dos veces les dice que estaban mal en su apreciación más bien de El mismo, completamente erróneos en cuanto a Su carácter.

Es cierto que Job es pecador, algo que él mismo tiene que reconocer, pero Dios en Su infinita justicia, y a la vez gracia y misericordia, ha provisto para la condición de Job. En su momento y aún en su ignorancia y visión limitada Job habló diciendo, “Yo sé que mi Redentor vive” (19:25) apuntando a la futura obra de Cristo.

Dios restaura y aún bendice mucho más a Job multiplicando lo que anteriormente tenía y mostrando, en una lección objetiva, lo abundante y extravagante de Su amor y Su gracia en favor de los Suyos.

Piensa en esto y encuentra tu descanso en El.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando