¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Para los cristianos no es una opción vivir como Jesús; es un mandamiento y una evidencia de que estamos unidos a Él por la fe (1 Jn. 2:6). Resulta imposible vivir como Jesús con nuestras propias fuerzas, pero sí es posible a través del poder que el Espíritu Santo nos da.

Debemos saber que el evangelio puede hacer un cambio profundo en nuestras vidas. Si lo que Cristo hizo en la cruz no nos motiva a ser cristianos comprometidos, nada más lo hará.

Cada mañana, al despertar, necesitas predicarte a Cristo. Cuando no sientas ganas de orar, leer, servir, o perdonar, mira a Cristo. Un claro entendimiento de la obra de Cristo a nuestro favor es lo que necesitamos para que nuestra vida no esté sujeta a los ánimos y desánimos.

Ahora, ¿cómo puede lucir una vida transformada por Cristo? Estas son tres características de la vida de Jesús que nos motivan a imitarlo y a comprometernos con su causa.

1) Jesús se compadece de las necesidades de las personas

La compasión que Jesús manifestó es algo que me impacta. Él tuvo compasión por los enfermos, hambrientos, y las viudas (Mc. 8:2-3; Lc. 7:13). En el ejemplo de Cristo, vemos empatía hacia el que sufre y nos predispone a acompañarle en su sufrimiento.

En el episodio de la alimentación de los cinco mil (Mt. 14:13-14), Jesús se había apartado cuando oyó de la muerte de Juan el Bautista. Con esa noticia, Jesús seguro estaba angustiado. Sin embargo, en ese contexto, Él siente compasión por la multitud. En medio de su dolor, no pensó en Él sino en los otros. La angustia no le impidió ver la necesidad del otro y hacer el bien.

Si lo que Cristo hizo en la cruz no nos motiva a ser cristianos comprometidos, nada más lo hará

Nuestro pecado nos lleva a mirar solo por nuestros intereses y encerrarnos en nuestros problemas. Eso nos impide ver los problemas de nuestro prójimo. En contraste, Jesús estaba interesado en las necesidades de las personas y nos muestra que la verdadera compasión nos mueve a la acción.

2) Jesús prioriza la salvación de las personas

Jesús no solo entendía las necesidades físicas de las personas, también comprendía sus necesidades espirituales. Él sabía el propósito de su venida: llamar a los pecadores al arrepentimiento (Lc. 5:32).

Jesús fue apodado “amigo de pecadores”, acusado de comer y beber con ellos (Mt. 11:19; Lc. 5:29-31). Él se acercó a esas personas porque entendía la necesidad que ellos tenían de un salvador. Ser como Jesús significa mirar a las personas perdidas como Él las veía, como ovejas sin pastor (Mt. 9:36).

En el episodio de la sanación de un paralítico, el Señor perdonó sus pecados antes de sanar su parálisis (Mc. 2:1-12). Jesús sabía que el problema más urgente de las personas no es físico, sino espiritual. Los problemas físicos son temporales, mientras el problema espiritual —a causa de nuestro pecado— es eterno. Ninguna necesidad es más urgente que el perdón de los pecados.

3) Jesús está comprometido con la obediencia al Padre

Jesús estaba comprometido con su vida de oración, meditación, y servicio. Él obedeció a Dios sin importar lo que le costara. Cuando Pedro trata de impedir la obra en la cruz, Jesús le reprende e ignora su propuesta (Mt. 16:21-23). Me impacta ver a Jesús dispuesto a obedecer al Padre más allá de las presiones humanas que pueden promover nuestra desobediencia a Dios.

Cada mañana al despertar necesitas predicarte a Cristo; cuando no sientas ganas de orar, leer, servir, o perdonar, mira a Cristo

Hay un precio por obedecer: puedes perder a tus amigos, familia, o dinero (Mt. 10:34-39). Jesús estuvo dispuesto a perder su vida por obedecer al Padre (Mt. 16:38-39). Sin embargo, en Dios no hay pérdidas. Si estamos dispuestos a sacrificar todo por obediencia a Dios, Él nos recompensará (Mt. 19:29-30). Que nuestro mayor anhelo sea honrar a Dios. Ser como Jesús es entender que la obediencia al Padre no se negocia.

El amor de Cristo nos impulsa

Al leer el Nuevo Testamento, veo el compromiso de los primeros creyentes y concluyo que todo verdadero cristiano está comprometido con Cristo y ser como Él. El evangelio es poder de Dios para dar vida y para motivar a aquellos cristianos poco comprometidos.

El efecto salvífico del amor de Cristo nos impulsa, como testificó Pablo (1 Co. 5:14-15). El amor de Cristo origina en nosotros amor por Él (1 Jn. 4:19). El remedio para cristianos sin compromiso espiritual es ir a Cristo en arrepentimiento y fe. ¡Contempla la gloria de Cristo y serás transformado a su semejanza! (2 Co. 3:18).

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando