Este escrito fue uno de los ganadores en nuestro primer taller para escritores Cómo escribir para la iglesia.
Nota de la autora: Esta historia fue inspirada en la retirada de las tropas de Estados Unidos y la OTAN de Afganistán, la cual desató la persecución Talibán en contra de los seguidores de ʿĪsā (Jesús). Me imaginé a un pastor que no tuvo la oportunidad de salir del país, relatando como él y otros creyentes que se refugiaron en las montañas Kuh-i-Baba trajeron gloria al nombre de Cristo poniendo su esperanza en Él, viviendo la Palabra y confiando en Su soberanía.
Abdulhamid, siervo del digno de alabanza y pastor en la región de Hazarajat, Afganistán. A la iglesia de Cristo en las naciones. Con el fin de exaltar y dar a conocer a Jesús el Hijo de Dios en la aflicción, escribo esta carta.
Estados Unidos y la OTAN acaban de retirar sus tropas del terruño afgano. El miedo se apodera de las almas. El ambiente se tornó sombrío y las tinieblas parecen prevalecer. Una cacería sangrienta en contra de los seguidores de ʿĪsā (Jesús) ha comenzado. El Talibán ha tomado las riendas de la nación y van acechando sin piedad a quienes identifican como infieles.
El Dios de toda consolación ha enjugado nuestras lágrimas en este lugar
El peligro es inminente. Algunos creyentes han escapado del país, y otros, como yo, han tenido como única opción huir a las montañas. Una cueva en Kuh-i-Baba se ha convertido en hogar transitorio para algunos hermanos en la fe y para mí.
El Señor nos ha guardado de la jauría de sabuesos que con violencia nos buscan por oler distinto. No me refiero a las exquisitas especias del kabuli pulao adheridas a nuestro atuendo, sino al perfume del conocimiento de Dios que esparcimos por todos lados. Aroma fragante de su amor somos.
El Dios de toda consolación ha enjugado nuestras lágrimas en este lugar. Con su Palabra, súplicas y cánticos, animamos los corazones abatidos. Constantemente recordamos su bondad y misericordia. Propusimos no permitirle a la mente sumergirse en las aguas turbias del descontento y la ingratitud.
¿En qué aprovecha al alma acrecentarse de ansiedad? Como buen ungüento que trae alivio al cuerpo es saber que la aflicción de los santos no pasa desapercibida a los ojos de Cristo. Él con fidelidad intercede por los suyos ante el Padre. Nos gozamos en que la familia de la fe alrededor del mundo, mucho más grande que millares de ejércitos, también ora y nos acompaña en espíritu. ¡Somos bendecidos!
Mientras exista un hoy, nos exhortaremos unos a otros a fijar los ojos en Jesús y a confiar en su soberanía. No seremos amedrentados por un león, que aun para rugir con fuerza, necesita la aprobación de su Hacedor.
Nos gozamos en que la familia de la fe alrededor del mundo, mucho más grande que millares de ejércitos, también ora y nos acompaña en espíritu
Esta aflicción determinada por Dios como necesaria, nos ha ayudado a bien. Como instrumento en las manos del Omnipotente, está siendo usada para aumentar el apetito de sus escogidos por las cosas de arriba y a matarnos el deseo por lo terrenal. Testificamos que Su verdad está más viva que nunca en nuestra mente y corazón.
El Maestro nos ha enseñado a distinguir lo importante de lo perecedero. La redención y perdón de nuestros pecados es nuestro tesoro más preciado. Buena noticia merecedora de ser anunciada a la humanidad con urgencia y sin temor. Su venida está cerca.
El evangelio seguirá avanzando. No hay persecución, régimen o religión que pueda hacerle frente al Todopoderoso y obstaculizar su plan de salvar y añadir ovejas a su redil.
La iglesia en Afganistán seguirá ejecutando la voluntad de Dios con valentía. ¡ʿĪsā es Dios! Solo a Él adoraremos y serviremos. Amén.
