“Danos hoy el pan nuestro de cada día.” Mateo 6:11
Espero que la mayoría de los que estamos leyendo este pensamiento no tengamos que preocuparnos de qué comeremos esta tarde. Gracias a Dios por Su provisión y las muchas maneras de que en nuestro mundo de hoy podemos encontrar los recursos necesarios para suplir para esta necesidad básica y de subsistencia.
Es por eso que creo que se nos olvida pedir por “el pan nuestro de cada día”. Llegamos a depender más bien de nuestros trabajos y estos mecanismos, los cuales debemos de dar gracias a Dios por ellos. ¡Son evidencias de Su gracia!
Sin embargo puede que hayan situaciones inesperadas esta tarde (¡ojalá no!). Esas situaciones repentinas de crisis cuando toda nuestra auto suficiencia y sentido de seguridad se derrumban, y nos sentimos expuestos y vulnerables a los embates de las olas y en medio de la tormenta.
O simplemente los retos diarios que nos llevan a olvidarnos de la provisión de Dios y a actuar como si estuviéramos solos.
Es entonces importante pedir quizá no por el pan diario, pero más bien por la gracia necesaria para cada día y para cada momento. La gracia necesaria para confiar en que Dios está con nosotros y obrando en nuestro favor.
Las Buenas Noticias para ti y para mí, son que, “Él da mayor gracia” (San. 4:6) para cuando nos encontramos en cualquiera de estos momentos. La gracia necesaria para arrepentirnos otra vez de nuestra “suficiencia” y la gracia que nos lleva a correr a nuestro amoroso Padre Celestial, y a confiar en Su provisión para Sus hijos.
