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Con un título como este, no hay por qué dar muchas vueltas. Vamos directo al asunto. Sin mucha introducción, este es el consejo que puede salvar tu matrimonio: Busca un trabajo a medio tiempo.

Ahí está. Listo. Esposos: Si quieren salvar o fortalecer su matrimonio, busquen un trabajo a medio tiempo.

Por supuesto, no estoy hablando de un trabajo literal que va a alejarte más de tu familia por todavía más tiempo. Lo que estoy argumentando es que el esposo procure su tiempo en su hogar con su familia con la misma intencionalidad y cuidado como si fuera un trabajo.

Demasiados matrimonios sufren porque el esposo llega a la casa mentalmente, físicamente y emocionalmente agotado del trabajo. Él se ha esforzado en ser un proveedor para el hogar y ahora llegó a su sofá-cama o a la computadora o a algún otro proceso de descompresión y relajación de un día difícil en el trabajo. Este tipo de cosas puede que estén bien de vez en cuando, pero el convertirlas en la práctica traerá graves problemas.

Unos años atrás, luego de comenzar un trabajo nuevo, llegué mental y emocionalmente drenado a la casa por varios días consecutivos. El tirarme en el piso a descansar se convirtió en mi postura común en la casa. Un día mi esposa se me acercó y me dijo, “Oye, no queremos tus sobras. No le des a los demás tu todo y nos dejes a nosotros con tus sobras”.

Esto me chocó como un meteorito. Mi esposa y mi familia estaban agradecidos de que yo proveyera. Pero no querían solo un proveedor. Ellos querían un padre; querían un esposo. En otras palabras, hay más qué hacer como esposo que hacer dinero. Él necesita estar involucrado mental emocionalmente en la casa, y de manera intencional.

Es por eso que la ilustración de tener un segundo trabajo en las noches funcionan tan bien. Como esposos, debemos llegar a la casa con al menos la misma cantidad de involucramiento que como llegamos al trabajo, si no más. Los esposos necesitan llegar a su casa a liderar a sus familias. Necesitan servir a sus esposas al escucharlas, aprender de ellas, nutrirlas, y pastorearlas. No podemos hacer eso cuando estamos “recuperándonos” del trabajo o alejados de los demás para tener nuestro “tiempo para mí”. La descripción laboral de un esposo implica intencionalidad meditada. Tenemos que estar dándolo todo.

No exageraría al decir que el 90% de la consejería marital que he dado como pastor involucra a los esposos que han descuidado su trabajo como maridos. Que se han enfocado más en su lugar como proveedor que en su lugar de líder-pastor de la casa. El cambiar esto no va a resolver todos los problemas, pero sin duda mejorará drásticamente muchas cosas.

Así que, esposos, permítanme retarles a volver a la casa a trabajar en un trabajo que aman en un lugar que aman. Llega a escuchar a tu esposa, a hablar con ella, a aprender con ella. Juega con los niños. Haz de las labores y mandados. Haz unos chistes. Lee la Biblia con ellos. Oren juntos. Jueguen algún juego. Prepara algún postre. Arregla algo que esté dañado. Coquetea con tu esposa. Siéntate y habla. Lo que sea que vayas a hacer, hazlo intencionalmente, como alguien que está ahí, compartiendo con su familia y no escapando de su familia.


Publicado originalmente para The Gospel Coalition. Traducido por Jairo Namnún.
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