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Hace unas semanas la Corte Suprema de los Estados Unidos aprobó el matrimonio homosexual para el país entero. Sin duda, este hecho afectará a la Iglesia no solo en los Estados Unidos, sino en el mundo entero. En Latinoamérica ya hay 2 paises que han aprobado el matrimonio homosexual y con tiempo ese número aumentará. Tal vez no este año, ni el próximo, pero el día llegará en que este asunto no será solamente un problema del norte, sino algo que cada cristiano tendrá que enfrentar y la Iglesia en Latinoamérica debe prepararse para enfrentarla. 

Pero, ¿exactamente cómo se debe preparar la iglesia? ¿Es esta una batalla por tener el derecho de expresar nuestras opiniones en la esfera pública? ¿Es esta una lucha contra la persecución? ¿O es simplemente una pelea por definir el matrimonio de acuerdo a la Biblia y no al mundo? Y en medio de todas estas cosas, ¿qué hacemos con las personas en nuestras iglesias y a nuestro alrededor que luchan con la homosexualidad? El tema tiene varias dimensiones y debemos ser cautelosos de no simplificarlo demasiado.

La semana pasada tuve la oportunidad de corresponder con Sam Allberry, pastor en Maidenhead, R.U. y alguien que ha experimentado personalmente la lucha con la atracción al mismo sexo. Sam ha sido de mucha bendición y ayuda para mi en mi caminar hacia entender el tema de la homosexualidad y la iglesia. Su fidelidad a las Escrituras, apertura y honestidad en cuanto a su lucha personal, y dedicación a ser más como Cristo cada día me anima grandemente. En los últimos años, Sam se ha dedicado a ayudar a aquellos que luchan con la atracción al mismo sexo. Ha escrito libros en inglés y para el editorial de Coalición por el Evangelio, y recientemente lanzó una nueva página web con testimonios personales y recursos sobre la homosexualidad y la iglesia. 

Sam tiene una historia bastante interestante y te animo a ver el video de su testimonio (arriba) antes de leer la entrevista. Puedes hacerle clíc a CC para ver subtítulos en español.


Su historia, aunque no es algo muy común en Latinoamérica, es muy alentadora. Con esto no quiero decir que no hayan personas que luchen contra la atracción hacia el mismo sexo, pero generalmente se asume que no las hay, y como resultado, la iglesia no está preparada para tratar con gente que lo hace. ¿Qué cree usted que necesita la iglesia para entender esta lucha particular antes de tratar con ella?

Quizás lo principal es que este problema existe dentro de la misma iglesia. No es tan solo un problema en la más amplia sociedad moderna occidental, sino también un asunto pastoral para algunos de nuestros hermanos y hermanas. Puede ser tentador pensar en la homosexualidad como en algo que solo está “ahí fuera”, en el mundo, cuando en realidad, para cierto número de nosotros, está “aquí dentro” dentro de las familias de la iglesia. Así que hemos de reconocer que habrá algunos cristianos luchando contra esto en cualquier época, etapa o trasfondo, aunque nunca hayan querido tener que hacerlo, y estos necesitan ayuda y apoyo. Cuando empezamos con el sitio web LivingOut.org, en principio teníamos en mente a los cristianos occidentales. Quedamos asombrados por la respuesta que recibimos a nivel global, y como también en distintas partes de Latinoamérica. Por tanto, se trata de un asunto pastoral, y no solo de algo político o social.

Cuando se trata de hablar de la homosexualidad, a menudo de una parte escuchamos una condenación directa (”¡Los gays irán al infierno!”) mientras que el otro lado grita que no deberíamos juzgar tan rápidamente (“Ustedes no saben lo que es ser así”). Y eso por no mencionar que existe otra parte, totalmente distinta, que acepta completamente el comportamiento homosexual como normal, afirmando que Jesús nunca habló del tema. ¿Dónde encaja el evangelio en todo esto y cómo debería este moldear nuestra respuesta?

No debemos tomar nuestro ejemplo de la sociedad o de la cultura cristiana (tal y como la hemos recibido). Es muy importante que permitamos que el evangelio moldee nuestra forma de responder en este asunto. El evangelio de Jesús nos recuerda que todos necesitamos arrepentirnos. Eso significa que, espiritualmente hablando, todos tenemos un problema de orientación. Nuestros deseos sexuales, cualesquiera que sean, lo reflejan. Nuestro estado caído se muestra en cada área de la vida. Así que todos nosotros experimentamos deseos sexuales pecaminosos y desordenados. Nadie está “bien” en ese sentido: todos tenemos sesgos y necesitamos gracia, y la atracción hacia el mismo sexo es simplemente una de las manifestaciones de eso. Así que no hay cabida para estar mirando por encima del hombro los deseos sexuales de otros, mientras excusamos los nuestros. Todos estamos destituidos de la gloria de Dios. Pero el evangelio también nos recuerda que necesitamos acudir a Jesús y encontrar la plenitud, el perdón y la restauración en Él. Para cualquiera de nosotros, eso significa que venir a Cristo involucrará un costoso discipulado, mientras rendimos nuestras vidas delante de Él (incluyendo nuestros anhelos y deseos) y buscamos vivir solamente para Él. La nueva vida que Él nos da por su Espíritu nos ayuda a hacer justamente eso. Por eso, no se trata de que el evangelio tenga un mensaje para los gays y otro para la gente “normal”; es el mismo para todos nosotros: el arrepentimiento y una vida completa de discipulado. Generalmente, tenemos la tendencia a comprender mal el asunto de la homosexualidad cuando lo abstraemos de este marco del evangelio. El evangelio nos da claridad y compasión, verdad y amabilidad.

Usted tiene un libro en inglés titulado “¿Es Dios anti-gay?” (Is God anti-gay?). ¿Cómo respondería hoy a esta pregunta?

Trataría de explicar algo de lo que he dicho antes: Dios es anti-pecado, y este es un tipo de pecado. Diría que Jesús vino a por aquellos que están perdidos en el pecado, y que hay gracia en abundancia para cualquiera que venga a Él. Por tanto, ser gay no hace que quedes fuera del alcance de lo que se ofrece en Cristo. Es precisamente porque de tal manera amó Dios al mundo que envió a Jesús para salvarnos de nuestros pecados.

Usted también ha lanzado un ministerio en línea llamado Living Out, que ha sido traducido completamente al español. ¿En qué consiste Living Out y cómo puede recibir la iglesia ayuda a través de él?

Living Out es un sitio web construido en torno a los testimonios de personas que hemos experimentado tentaciones homosexuales y hemos visto que la Palabra de Dios es clara y buena con nosotros. Cada uno tenemos historias ligeramente diferentes que contar, pero todos estamos buscando vivir fieles a la enseñanza de Cristo, y creemos que esto nos lleva a una forma de vida más plena, y no más vacía. Esperamos poder añadir pronto más historias al sitio, desde otros trasfondos (por el momento todos somos hombres británicos). Hemos acumulado también artículos, reseñas de libros y otros recursos que esperamos nos equipen. Los objetivos del sitio son muy simples: animar y dar coraje a los cristianos que luchan contra la atracción al mismo sexo, equipar a la iglesia para responder a este problema con verdad y amor, y reflejar al mundo que está observando lo que creemos que debe ser un enfoque de la homosexualidad auténticamente guiado por el evangelio. También tenemos medios por los que la gente puede contactarnos y escribirnos, y nos ha conmovido profundamente escuchar historias de fieles cristianos por todo el mundo. Ninguno de nosotros tiene por qué estar solo en esto.


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