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No vas a escuchar a pastores expresar estas frustraciones a menudo, pero son muy reales.

De hecho, algunos de estos problemas dificultan su ministerio. Aquí están diez de las frustraciones más comunes, seguidos por frases —casi textuales— que he escuchado de algunos pastores.

  1. Miembros de la iglesia que consideran el asistir a la iglesia como algo de poca importancia. “Tenemos familias que tratan el ir a un partido de fútbol como algo no negociable, pero unas pocas gotas de lluvia significa que van a faltar a la iglesia”.
  2. Críticas sobre asuntos pequeños. “Ella me envió un correo electrónico quejándose de mis calcetines. Lo digo en serio; mis calcetines”.
  3. Preocupación por el bienestar económico de su familia. “Un miembro prominente de la iglesia me dijo que estaban manteniendo mis salarios bajos para mantenerme humilde. Te garantizo que él no practica la misma humildad”.
  4. Altas expectativas de entender el lado de organización y liderazgo de la vida de la iglesia. “No tengo ni idea acerca de algunas de las decisiones financieras que se supone debo tomar en la iglesia. El seminario no me preparó para esto”.
  5. Las quejas a —o sobre— miembros de su familia. “Un miembro de la iglesia se quejó conmigo porque mi mujer no está en el coro. Ella nunca ha estado en un coro y no tiene ningún deseo de estar en un coro”.
  6. Inadecuada cantidad de tiempo ininterrumpido para la preparación del sermón. “Desafortunadamente, algunos miembros piensan que mi tiempo de preparación del sermón es tiempo libre para poder hablar con ellos”.
  7. Perder miembros de la iglesia. “Me gustaría poder manejar bien la pérdida de miembros de la iglesia, pero todavía lo tomo como algo personal”.
  8. Preocupaciones sobre el presupuesto de la iglesia. “Las ofrendas han sido bajas por dos años consecutivos, pronto podríamos tener que recortar personal o pagarle menos”.
  9. Reducción o estancamiento de la iglesia. “He hecho todo lo que sé —en vano, aparentemente— para dirigir a nuestra iglesia a un mayor crecimiento. Es muy frustrante”.
  10. Ofrendas designadas a preferencias personales. “Ya no logramos cumplir con nuestro presupuesto porque tenemos seis o siete familias que designan sus donaciones para sus proyectos favoritos”.

Tengo el honor y la oportunidad de escuchar a pastores reservados a expresar estas frustraciones muy reales. ¿Anadirías alguna otra? Puedes dejar tu comentario.


Publicado originalmente en thomrainer.com. Crédito de imagen: Lightstock
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