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Es devastador para una esposa descubrir que su esposo busca experiencias sexuales fuera de su matrimonio. La pornografía y las fantasías sexuales que alimentan su uso son conductas infieles que rompen la promesa sagrada: soy devoto y fiel solo a ti.

¿Cómo debe responder una esposa cuando su esposo continúa luchando con la pornografía, confesando otro resbalón o caída? ¿Debe ella seguir perdonando cuando él sigue fallando en matar este pecado? ¿Debería resignarse a vivir con eso porque, bueno, no es esto lo que hacen los hombres, incluso los hombres cristianos? ¿O debería separarse, incluso considerar el divorcio, para terminar con el dolor de su matrimonio problemático?

Tres respuestas piadosas

Déjame sugerirte tres formas de enfrentar tu dolor.

1. Aflicción

Dios te invita a sufrir el dolor, la confianza rota, y la profunda decepción causada por la búsqueda de pornografía por parte de tu esposo. La aflicción reconoce el daño del pecado y es un camino hacia el profundo consuelo que Dios da: “Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu” (Sal. 34:18).

Dios te recuerda una y otra vez en las Escrituras que le importas profundamente.

2. Enojo

No está mal experimentar la ira ante los pecados y las tentaciones que permanecen de este lado del cielo. La inmoralidad sexual en el matrimonio roba a ambos cónyuges la unidad centrada en Cristo y el gozo de la intimidad matrimonial.

Esperar en tu Dios quien es digno de confianza, tu roca, te tranquilizará en el cansancio y el dolor de tu situación.

3. Buscar comunidad

Necesitas una amiga de confianza o una líder espiritual que camine contigo. Muchas esposas creen erróneamente que la sumisión y el respeto significan mantener en privado el pecado de su esposo. Aunque sería deshonroso transmitir los pecados de tu esposo a todos los que están al alcance del oído, un pequeño grupo de amigas piadosas y dignas de confianza son un valioso consuelo y ayuda para tu alma. Una iglesia saludable te mirará y te dirá: “Soy la guardiana de mi hermana”.

Dos maneras de avanzar

Mientras tratas con tu dolor, el Señor te llama a buscar vías para una mayor redención, no solo para ti, sino también para tu matrimonio. Aquí hay dos respuestas adicionales al pecado de tu esposo.

1. Aprende

Si tu esposo continúa luchando, aprende más sobre este tema en particular.

2. Discierne

Al aprender más sobre su lucha con la pornografía, ¿ves una trayectoria positiva de superar este pecado, incluso si hay fallas en algunos puntos? ¿O está atrapado? Peor aún, ¿se está rindiendo? Discernir si realmente está tratando —con humildad— de superar su pecado, o simplemente está jugando con él, te ayudará a saber si necesitas acercarte a un pastor o anciano que pueda acompañarte para confrontar a tu esposo, como lo instruye Mateo 18:15–20.

Esto, mi hermana, no es traicionar la confianza; es demostrar amor valiente.

Un objetivo principal

El amor para el que Jesús nos ha capacitado da valor en el matrimonio. Necesitas audacia para enfrentar el pecado, al ayudar a tu esposo a participar despiadadamente en la batalla para matar de hambre a la carne y alimentar al Espíritu (Gá. 6:7–9).

¿Cómo puede lucir el amor activo por Cristo y tu esposo? Aquí hay algunas ideas.

– Ora constantemente por él y por tu matrimonio.

Comunícate honestamente sobre la mejor manera de confesarse contigo. ¿Qué ayuda a generar confianza sin provocar miedo en tu corazón o imágenes en tu mente?

– Persigue la santidad en tu propia vida.

Experimentar dolor o miedo pueden tentarte a chismear, tener amargura, o incluso perseguir tus propios ídolos de consuelo pecaminoso. Cuídate de esos pecados y aboga por la ayuda del Espíritu Santo para seguir caminando en la piedad, incluso en medio de esta prueba intensa.

Jesucristo tiene el poder de llevar una transformación radical a cualquier persona sumida en el pecado.

– Espera que tu esposo encuentre y mantenga una responsabilidad efectiva.

¿Quiénes son los hombres con los que él es completamente honesto? ¿Quién lo exhorta y lo alienta en su batalla contra la lujuria? La rendición de cuentas te permite descansar al saber que los demás recibirán los golpes más feos de sus confesiones, pero también lo harán ser honesto contigo. Es responsabilidad de él establecer una rendición de cuentas, no la tuya. Si se niega, recuerda que una respuesta piadosa es que busques la guía y la supervisión de la comunidad de una iglesia de confianza.

– Pregúntale a tu esposo cómo puedes ayudarlo a huir de la tentación.

En 1 Corintios 10:14 se nos dice que huyamos de la idolatría, lo cual significa que no deben haber ventanas secretas por las cuales entrar hacia el pecado. Tu marido, ¿ha configurado obstáculos tecnológicos (como filtros en dispositivos y televisores)? Los teléfonos inteligentes y otros dispositivos pueden parecer necesarios, pero no lo son. Cuando dijo Jesús que “si tu mano te hace pecar, córtala”, eso implica un compromiso radical a erradicar todas las incursiones al pecado (Mt. 5:30).

Hermana, esperar en tu Dios quien es digno de confianza, en tu roca, te tranquilizará en el cansancio y el dolor de tu situación. Jesucristo tiene el poder de realizar una transformación radical a cualquier persona sumida en el pecado.

A través de la responsabilidad sólida y el autocontrol habilitado por el Espíritu, los esposos pueden luchar sabiamente, haciendo lo que sea necesario para eliminar este pecado. Los cerebros se pueden volver a cablear al nivel de las vías neuronales. Los hábitos de comportamiento pueden ser reentrenados. Pueden ocurrir milagros.

Así que no te desanimes ni te rindas. Las heridas que estás experimentando son reales, pero no son en vano, y no tienen que terminar en una tragedia. Tu dependencia infundida por la esperanza en el amor y la fuerza de Cristo, y en una iglesia saludable, puede configurar la manera en que avanzas junto a tu esposo.


Publicado originalmente por The Gospel Coalition. Traducido por Patricia Namnún.
Imagen: Unsplash.
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