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Nota del editor: Esta es una transcripción del video. Puede encontrar más contenido como este en nuestro canal de Youtube.

Yo creo que, si hay un problema que nos caracteriza como hispanos, muchas veces es la capacitación formal, y al preguntarnos cómo podemos mejorar y optimizar esa capacitación en el ministerio, yo pienso que nosotros tenemos que orientar esta pregunta a una respuesta, y es invertir en capacitación.

En una ocasión tuve la oportunidad de ir a un entrenamiento de reparación de instrumentos de vientos y nuestro profesor, que era una persona muy capacitada en el área, nos orientó sobre la realidad de que muchas veces nosotros depositábamos la confianza en el equipo que tenemos. Pero el profesor decía: “No. El ochenta por ciento de lo importante aquí es tu capacidad, tu capacitación y un veinte por ciento tu equipo”. Muchas veces los músicos nos enfocamos mucho en tener un buen equipo, pero a veces no sabemos ni siquiera cómo funciona ese equipo. Muchas veces en la iglesia queremos tener el mejor equipo, tecnológicamente hablando, pero a veces solamente sabemos encenderlo y apagarlo. No sabemos ni siquiera cómo utilizar ese equipo. Por eso debemos enfocarnos claramente en la capacitación, lo más técnico que podamos y vamos a ver un mejor resultado en nuestro servicio al Señor.

Esa capacitación debe ir en dos sentidos, y yo creo fielmente que el ministerio musical vuela sobre dos grandes alas: el ala teológico-espiritual y el ala técnico-musical. No podemos negar la una ni la otra.

Yo pienso que nosotros como músicos, líderes de alabanza y pastores, ya que estamos haciendo tanto énfasis en la capacitación pastoral, debemos hacer énfasis intencional en la capacitación técnico-musical y también teológico-espiritual, orientada al ministerio musical. Por eso creo fielmente que debemos invertir en capacitación. Pero, como les decía, esa capacitación debe ser en dos sentidos: a nivel teológico-espiritual, debemos promover la lectura de buenos libros en el ministerio, orientados al ministerio musical y a la adoración; debemos promover la lectura de buenos artículos en el grupo, debemos compartir buenos artículos; no debe pasar un momento de un ensayo, no solamente sin que se ore la típica oración de inicio o de cierre de un ensayo, sino que se abra la Palabra de Dios, que se lea la Palabra de Dios, que se explique la Palabra de Dios en un tema devocional dirigido al corazón de nuestros hermanos que sirven en el ministerio musical. Por eso debemos ser intencionales en esto.

Pero, de igual manera, debemos ser intencionales también en la capacitación musical. Debemos, si podemos, enviar a nuestros jóvenes y nuestros miembros a estudiar formalmente a una escuela municipal, algún conservatorio, alguna escuela privada o el profesor que está ahora mismo por excelencia: YouTube —hay un montón de clases gratuitas online, y debemos aprovechar este recurso que Dios ha puesto, la tecnología, en nuestras manos—, y al combinar estos dos tipos de capacitación vamos a tener resultados diferentes; vamos a ver cómo podemos ver un ministerio fructífero, un ministerio que va a ir creciendo no solamente en el corazón, sino también en las manos.

Y quiero cerrar esta parte con este salmo. El salmo 33, en el versículo 1, del 1 al 3 dice:

“Alegraos, oh justos, en Jehová;

En los íntegros es hermosa la alabanza.

Aclamad a Jehová con arpa;

Cantadle con salterio y decacordio.

Cantadle cántico nuevo;

Hacedlo bien, tañendo con júbilo.”

(Sal. 33:1-3 RVR 1960)

Yo creo que este salmo orienta de manera muy clara y muy viva lo que es tener esa capacitación teológica, bíblica, espiritual y esa capacitación técnica. Porque habla de “alegraos”, “justos”, “íntegros”, “hermosa la alabanza”, “aclamad”. Eso es bíblico. Eso es el corazón. Eso es espiritual. Pero cuando dice “con arpa”, “cantadle”, “decacordio”. Menciona instrumentos. Menciona herramientas que necesitan tecnicismo. Y eso es, pues, la capacitación musical que necesitamos tener. Dice el salmo “Hacedlo bien, tañendo”, tocando. Eso es técnico. Entonces, el Salmo 33 nos ilustra de una manera bien clara lo que es la mezclar, pues, nuestro corazón, la teología, la Palabra de Dios y nuestras manos. Pues, tocar, hacerlo bien, técnicamente hablando. Pienso que esta respuesta puede enfocar a esta pregunta.

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