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Yo creo que esta es la realidad en cualquier ministerio en cualquier parte del mundo, no solamente en el aspecto musical sino en el servicio general de la iglesia. La iglesia está conformada por hermanos comunes y corrientes que sirven voluntariamente al Señor conforme a su disposición y a su contexto. En ese sentido, yo quiero enfocar esta respuesta en dos aspectos, desde el aspecto del músico que está sirviendo y de la perspectiva del pastor o del líder.

Primero, de la perspectiva del músico o hermano que sirve, me gustaría llamarle músico servidor o servidor músico. El libro de Santiago nos dice que toda dadiva y todo don perfecto viene de lo alto. Tenemos que entender que Dios es quien ha puesto en nuestro corazón la habilidad, el talento para servirle pues a Él mismo. Es Dios en su soberanía quien dispone de esas habilidades. El Apóstol Pablo hablando a los efesios, hablando acerca de los dones espirituales dice que Dios mismo fue quien dio. Fue Dios quien en su soberanía pues nos dio y tenemos que saber que eso dones, esos talentos que tenemos por parte de Dios, fue Dios quien nos lo dio y el Señor pues dárnoslo. Tenemos que estar conscientes que es lo que vayamos a ser. El libro de Colosenses en el capitulo 3 versículo 23 y 24 dice que “todo lo que hagáis hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiremos la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servimos”. Y en ese sentido, un verdadero creyente, un verdadero músico que es servidor, un verdadero cristiano que dispone sus habilidades a los pies de la cruz, a través de la obra que Dios está haciendo en su iglesia local, debe de entender que todo lo que haga debe de hacerlo con la aptitud correcta, de corazón dice el texto, debe de hacerlo para el Señor, debe de hacerlo sabiendo que implica un compromiso con Dios, con la obra de la iglesia local y con un liderazgo local y debe de hacerlo pues entendiendo que ese talento viene por la gracia del mismo Dios. Todo esto incluye disponer nuestras habilidades musicales a disposición de la iglesia local que Dios nos ha puesto. Muchos músicos se amparan en que sirven a veces voluntariamente en la iglesia del Señor para hacer las cosas pues como bien le parezca o para hacer y deshacer en la iglesia del Señor, entonces como, desde la perspectiva nuestra como músicos tenemos que entender que somos voluntarios pero que esas habilidades que tenemos, las tenemos por la pura gracia de Dios y por eso vamos a disponerlas al servicio de nuestra iglesia local pero de la perspectiva del pastor o del líder debemos de entender también que estos hermanos siervos, ovejas pues no son nuestros empleados, no son personas a quienes nosotros vamos pues a abusar en el sentido del tiempo. Yo he visto músicos abusados —si vale la palabra que se hacen llamar músicos— donde muchas veces hay pastores que utilizan o aprovechan su influencia para no solo para el músico sino para cualquier servidor para sacar a veces beneficios que no van a apuntar a la cruz de Cristo. El líder o el pastor deben entender que ese servidor tiene una vida que desarrollar, debe de ir a la universidad, debe de tener estudios, tiene familia y eso es algo que es importante en el reino del Señor.

Ahora, por eso yo creo, mientras mas organizado podamos tener el ministerio es mucho mejor, tanto para el liderazgo como para aquel siervo. Días de horario de ensayos, organizar un repertorio, proveer información oportuna y previa, calendarios mensual, trimestral, semanal. Evitar imprevistos, todo este tipo de cosas nos va ayudar a como manejar un equipo de voluntarios de manera efectiva en la iglesia local, en otra palabra organizar lo mejor posible el ministerio musical. Ahora cuando nosotros vemos lo que la Palabra de Dios dice, mucha gente dice, a pero dice el texto que no debo de servir a los hombres sino al Señor, no, el pasaje no dice que no sirvamos a los hombres, el pasaje lo que nos esta diciendo, que no sirvamos mirando a los hombres sino mirando a Dios, que no esperemos recompensa de los hombres sino de Dios y que al servirle a los hombres, le estamos sirviendo a Dios. En una ocasión, el Señor Jesucristo nos mostró en el libro de Mateo, en el capitulo 25, que sirviendo a los que están alrededor de nosotros le estábamos sirviendo a El. Dice el versículo 37, entonces esas personas justas responderán, Señor en que momento te vimos con hambre y te alimentamos o con sed y te dimos algo de beber o te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, el Rey les dirá versículo 40, les digo la verdad que cuando lo hicieron algunos de estos pequeños a mi lo hiciste. En otras palabras, Señor cuando toque o cante para ti, o cuantas veces lo hice, respuesta del Señor, todas las veces que lo hiciste para mí a través de mi pueblo.

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