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Trabajo en el área de la salud y he estado muy ocupada. Cinco de mis colegas son madres o están embarazadas, por lo que se les concede más tiempo libre; nuestro jefe es flexible y no me molesta el tiempo que se les da para atender a sus familias. Sin embargo, soy soltera y a menudo me piden que asuma su tiempo y/o tareas. Realmente quiero amarlas y servirlas, pero confieso que estoy luchando contra el cansancio y el resentimiento. ¿Qué debo hacer?


Es probable que las mamás y las mujeres embarazadas necesiten un poco de gracia adicional en esta temporada. Pero tú también. Quizá tengas más flexibilidad y disponibilidad al ser una persona soltera que puede administrar mejor su tiempo para servir tanto a tu equipo como a tus pacientes. Pero así como los padres deben equilibrar su trabajo dentro y fuera del hogar, tú también debes cuidar tu salud física, emocional, y espiritual, así como cultivar tu hogar y tus relaciones.

Antes de tener hijos, a menudo subestimaba la cantidad de descanso que necesitaba. Trataba mi cuerpo y mi horario como un programa de computadora que podía encender indefinidamente hasta que fallaba o me quedaba sin energía.

Cuando Dios estaba formando a su pueblo después del éxodo, una de las cosas más importantes que enfatizó fue el día de reposo. Este descanso no era solo para las familias o para ciertas profesiones; el día de reposo era un mandato universal para cualquiera que habitara en medio del pueblo de Dios. El día de reposo era y es un tiempo para adorar al Señor, disfrutar de los dones de su creación y pasar tiempo juntos. Revela algo único y hermoso sobre nuestro Dios y sus deseos para su pueblo. Somos preciosos para Él, no solo útiles para Él.

Aquí hay tres verdades para reflexionar:

1. El descanso te invita a estar completa en Él.

Tu servicio y sacrificio en nombre de tus pacientes y compañeros de trabajo es una forma tangible de encarnar el amor abnegado de Cristo. Pero para sostener este servicio, necesitas pasar tiempo con el Dador de vida.

El descanso no es solo para las familias o para ciertas profesiones; el día de reposo es un mandato universal para cualquiera que habite en medio del pueblo de Dios

 Las cargas acumuladas sobre tus hombros durante un turno laboral deben ser entregadas a Aquel que tiene el mundo en sus manos. Permite que este lamento te lleve al pie de la cruz, donde se muestra la plenitud del amor. Invita al Cristo resucitado a que te restaure en su presencia y te dé el poder con su Espíritu para seguir amando Su mundo como Él lo hace.

2. El descanso cultiva la esperanza en un reino que estará lleno de bondad y belleza.

El agotamiento y la fatiga al manifestar compasión son reales. Cuando los días están llenos de muerte y sufrimiento, el brillo de la vida se atenúa lentamente. El enemigo desea llevarnos a la desesperación. Pero este es el mundo de nuestro Padre y Él ya ganó la victoria. Nuestra esperanza está en un Dios que creó todas las cosas buenas y restaurará completamente cada centímetro cuadrado de la creación.

El verdadero descanso nos devuelve a nuestra humanidad. Esto requiere que involucremos al mundo con nuestro cuerpo físico: sentir el sol en nuestra piel, crear arte, restaurar el orden, dar un paseo por el vecindario o por un sendero de montaña. Estos pueden ser actos de adoración mientras disfrutamos de las cosas por las que Él se regocija. Nos ayudan a reimaginar el mundo a la luz de la esperanza de la resurrección, la esperanza de una nueva vida.

3. El descanso crea espacio para las relaciones.

Un proverbio sueco que hace eco de las palabras de Romanos 12:15, dice así: “Un gozo compartido es un gozo duplicado. Un dolor compartido es un dolor reducido a la mitad”. Cuando te estás quedando vacía, puede resultar agotador cultivar relaciones, pero es lo que necesitas más que nunca.

Es necesario y bueno invitar a amigos de confianza a tu dolor y alegría, y encontrar la fuerza para unirte a ellos en el suyo. Mantenerte conectado con la familia de tu iglesia (que puede parecer más difícil que nunca) te recordará que su trabajo juega un papel en una historia mucho más grande. Dios ha formado un pueblo para mostrar su amor en la forma en que se cuidan unos a otros y, a su vez, aman al mundo. Tu identidad principal es primero como miembro de la amada familia de Dios y luego como trabajadora de la salud.

En los últimos meses, muchos de nuestros profesionales de la salud han tenido que soportar largas y duras horas que son simplemente inevitables. Pero a veces la excepción se convierte en la regla y las horas extras se convierten en la norma. Es muy posible que estés en ese punto.

Tu disponibilidad no tiene que ser ilimitada para mostrar amor. Los límites pueden liberarte para servir sin resentimiento con un corazón puro y generoso

En ese caso, mi consejo es que hables con tu jefe y le hagas saber que no puedes seguir asumiendo tanto como antes. Que si bien deseas intervenir y ayudar, para poder cuidarte mejor a ti y a tus pacientes, necesitas más tiempo entre turnos. Busca consejo sabio y decide un número máximo de turnos semanales y comunica claramente que no puedes asumir más. Quizá decidas que todavía puedes trabajar horas extras en esta temporada, pero tu disponibilidad no tiene que ser ilimitada para mostrar amor. De hecho, los límites pueden liberarte para servir sin resentimiento con un corazón puro y generoso.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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